Punto dialógico

Punto dialógico

En Soledad-Atlántico, toda una tarde dialógica: interacción verbal e intercambio de ideas dentro del propósito de la fundación Arajo de conocer orígenes de nombres de calles y barrios del pueblo.

Imagen de portada: soledeños congregados en una tarde soledeña, dialógica, vibrando con Arajo en busca de aproximaciones a la toponimia del terruño.

Explorando la historia de Soledad:
relatos y anécdotas sobre orígenes
de nombres de sus calles
y barrios

Por José Manuel Villarreal Gravini

El viernes 22 de marzo de 2024, los habitantes de Soledad se sumergieron en un viaje hacia el pasado de su pueblo durante una nostálgica tertulia dialógica. La Fundación Arajo, en colaboración con destacadas personalidades locales, desarrolló este evento en el Patio Tropical de Oscar ‘Muñeca’ Donado, en el barrio Cortijo.

En un ambiente lleno de entusiasmo y expectación, se estableció que el principio de que “nadie tiene la verdad revelada” guiaría la discusión, lo que implicaría que se valora la diversidad de opiniones y perspectivas.

El periodista soledeño José Orellano, apoyado en la virtualidad desde Bogotá, compartió anécdotas y recuerdos sobre distintos lugares de Soledad. Desde la calle Cocosolo, que debe su nombre a un único árbol de coco que nació en medio de esa calle, hasta la calle Cantarrana, que recuerda los coros nocturnos de ranas y sapos en épocas de lluvias, cada historia revelaba una faceta única del pasado de la ciudad.

Uno de los momentos más destacados de la tertulia fue la explicación del origen del barrio Cachimbero. En un sector cercano al mercado había un par de horquetas con su travesaño donde los dueños de burros solían atar a sus animales para ir a tomar tragos. Los burros inevitablemente hacían sus necesidades, lo que generaba un olor nauseabundo que llevó a llamar a esta zona “Cachimbero”. Con el tiempo, el barrio creció alrededor de estas horquetas y el palo donde se amarraban los burros.

Cuatro instantes de la tertulia dialógica en el Patio Tropical de Oscar ‘Muñeca’ Donado, en el barrio Cortijo de Soledad. Convocatoria de la fundación Arajo.

Una curiosidad es que cuando los dueños de los burros se emborrachaban y no podían caminar, sus amigos los subían al burro —cruzados, boca abajo, sobre el sillón: cabeza, brazos y pies colgando— y los enviaban de regreso a su hogar. Estos los llevaban hasta la puerta de la casa del dueño para que sus familiares los recogieran.

En la tertulia, que se condujo bajo la premisa de que cada perspectiva es válida y enriquecedora, se escuchó una versión diferente sobre el origen del nombre del barrio Cachimbero. El periodista de Copelsol Radio, Evaristo Rolando, contó que uno de los primeros habitantes era un señor de cierta edad que fumaba mucho, hasta el punto de que tanto él como el lugar ya olían a cachimba.

El Licenciado Luis Cervantes disipó las especulaciones sobre el origen del nombre del barrio La María. Según contó, el nombre no se debe a la presencia de muchas mujeres llamadas María, como se creía. En cambio, señaló que la tienda, propiedad de María Parra, una mujer originaria del interior del país, fue el punto de partida. Inicialmente se conoció como la tienda de la Cachaca María. Luego, la calle pasó a llamarse La María y posteriormente se extendió el nombre al barrio entero. El Licenciado Cervantes apenas pudo terminar su relato, al no poder contener las lágrimas, conmovido por el recuerdo de su madre, la Cachaca María.

El logo de la fundación.

Celinda Carbonell Cabarcas, en representación de la Real Academia de Historia de Soledad, RAHIS, recordó que la Urbanización Hipódromo tomó ese nombre porque en ese mismo terreno se iba a construir una pista destinada a las carreras de caballos. También rememoró que por los alrededores de los barrios Cruz de Mayo y Cachimbero existía una casa de citas denominada Puerto Escondido que era liderada por dos francesas.

El abogado Luis De Alba, en una de sus muy ilustrativas intervenciones, contó que el barrio Ferrocarril fue un barrio de invasión y se denominó así porque por ese sector se iba a construir una vía férrea.

El coleccionista de música Rodolfo Márquez compartió una semblanza de Carlos Alberto Zambrano Herrera, más conocido en el pueblo como ‘Carlos el loco’, quien llevaba consigo una honda en el cuello para proteger el fajo de billetes que guardaba en un pote. ‘Carlos el loco’ solía pedir dinero a cambio de mostrar los billetes, y a todos les decía: “Dame 5 y soy tu marío”.

Animado encuentro de soledeños en busca de la historia del pueblo, el origen del nombre de calles y barrios.

El exgerente de la Caja Agraria, Pablo Pérez, en cada intervención ponía una nota jocosa con sus anécdotas, incomodando a algunos de los participantes a los que señalaba como asistentes asiduos al Bufón o a la casa de Abraham Balza.

En cuanto al origen de la palabra butifarra, hubo consenso en que era un simplismo afirmar que su nombre deriva de ‘buti’ (embutido) y ‘farra’ (fiesta). Aunque se trató de un comentario humorístico, no debe considerarse como un hecho verídico acerca del origen de la palabra butifarra.

Además de las fascinantes conversaciones sobre la toponimia soledeña, los asistentes tuvieron la oportunidad de disfrutar de una exposición de obras de arte del Grupo 4Mujeres 4Expresiones, que agregaron un elemento artístico al evento.

En resumen, la tertulia dialógica sobre los orígenes de los nombres de calles, barrios y sitios emblemáticos de Soledad fue un éxito rotundo, proporcionando a los participantes una nueva apreciación por la rica historia y la identidad única de su ciudad. La fundación Arajo espera seguir organizando eventos culturales que fortalezcan los lazos entre los habitantes de Soledad y enriquezcan la vida de la comunidad en el futuro.

Dialógica soledeña en torno a Arajo