El Viejo Mundo pa’2

El Viejo Mundo pa’2

Pleno ambiente navideño para una crónica de Evo Matrix sobre la travesía cultural de Camilo Torres y Leonardo Borda —artistas titiriteros— por África y Europa. Desde allá viven-y-gritan “¡Felices fiestas!”.

Imagen de portada: A modo de infografía, aspectos del viaje de los titiriteros bogotanos al Viejo Mundo.

AFRICA-EUROPA

Por festivales, calles y tranvías va la
aventura de 2 titiriteros colombianos

Por Evo Matrix

Una parte del Viejo Mundo los ha visto pasarla muy bien.

Por allá por esas lejanas tierras, Camilo Torres Guanume y Leonardo Borda Pinzón —dos titiriteros y teatreros bogotanos que han decidido tomar su pasión por el arte y el teatro de marionetas y transformarla en una odisea cultural a través de África y Europa—, pasarán Nochebuena, fin de año y día de Reyes.

“¡Felices fiestas!”, nos gritan desde allá. “La Nochebuena la pasaremos en Berlín y fin de año y día de Reyes en Leverkusen, el Universo mediante”, precisan Leonardo y Camilo.

En Kenia, promoción a ‘Tobías, un viaje de ida’, un arte que simboliza integración colombo-africana.

El recorrido de este par de artistas aventureros —con sus marionetas como parte primordial de su equipaje—, comenzó a finales de octubre de 2024 y no solo es un viaje físico, sino también una exploración profunda de culturas, lenguajes y paisajes que alimentan su vocación artística.

La travesía comenzó por Nairobi, Kenia, donde, con su obra titiritera Tobías, un viaje de ida’, participaron en el Kenya International Theatre Festival Trust —un primer Kitfest— y allí estuvieron hasta el 15 de noviembre.

Después de Nairobi, el viaje los llevó a Kampala, Uganda, donde Tobías, un viaje de ida’ repitió en el Kampala International Theatre Festival —un segundo Kitfest— y a esta región africana, Camilo y Leonardo se la gozaron hasta finales de noviembre.

Los dos festivales internacionales a los que han asistido en África Leonardo Borda Pinzón y Camilo Torres Guanume reúne a artistas de diversas partes del mundo, importante roce internacional para la delegación colombiana. “Fue una experiencia única, llena de aprendizaje. La cultura africana tiene una riqueza impresionante, y su teatro nos cautivó”, cuenta Camilo.

En ambos países, la comunicación fue un desafío. Aunque en Uganda y Kenia predomina el inglés como lengua franca, los titiriteros, acostumbrados al español, descubrieron que dominar un segundo idioma era más que necesario para una experiencia enriquecedora. Sin embargo, lograron conectar con el público mediante su arte, que traspasa las barreras del lenguaje.

En medio de la gira, les llegó la noticia: han sido certificados por el Museo de Títeres de Bogotá, Mutíbo.

Y en medio del viaje, una grata noticia desde Colombia, originada el 18 de noviembre: el grupo ‘Enraizados-títeres-teatro-artesanías’, del cual ellos hacen parte, ha sido certificado por el Museo de Títeres de Bogotá, Mutíbo, que lo considera “parte esencial del Espacio 4: Jaime Manzur”.

“De las cosas buenas que nos están pasando”, dicen los titiriteros.

Al compás de sus peripecias, el 1 de diciembre la pareja de artistas llegó a Berlín: la vibrante capital alemana, fue su primera parada en Europa. Allí, encontraron en los tranvías de la ciudad un escenario perfecto para sus espectáculos. “La reacción del público ha sido increíble. Algunos suben al tranvía cansados, tal vez de un largo día de trabajo, pero se van con una sonrisa”, comenta Leonardo.

El 14 de diciembre, viajaron a Leipzig, una ciudad al este de Alemania, donde, con Tobías, un viaje de ida’ en acción, realizaron presentaciones no solo callejeras —como si estuvieran en Bogotá— sino también en escenarios cerrados, aunque no fue fácil lograrlo, porque todo obedece a programación previa, incluso con un año de anticipación.  “Aprendimos algo”, dicen. Y allí, continuaron con sus improvisaciones en los tranvías.

Van dando amor, pero el invierno europeo no ha sido fácil. “El frío nos da duro, pero seguimos adelante. Es parte de la aventura”, confiesa Camilo, mientras ambos se abrigan con botas, bufandas y gorros llevados desde Colombia o adquiridos durante su travesía.

Después de Leipzig, el recorrido de Camilo y Leonardo —y de Tobías y su papá, las marionetas de la obra— continuará por Leverkusen, al norte de Alemania, para luego adentrarse en Bélgica y Bruselas, donde alguien los espera. Posteriormente, cruzarán a París, Francia, donde la magia de la ciudad promete ser un escenario único para sus títeres. En la ciudad luz también habrá alguien esperándolos.

Los titiriteros bogotanos en acción, en el marco de un Puppetry workshop o taller de títeres en Kampala.

Finalmente, su itinerario los llevará a España, donde esperan recorrer ciudades como Pamplona, Cáceres, Madrid y Barcelona antes de despedirse de Europa en mayo de 2025.

Con la ilusión de continuar llevando su arte por el mundo, Camilo y Leonardo planean regresar a América por Argentina. Allí, en el sur del continente, planean cerrar su gira antes de regresar a su amada Bogotá.

El viaje ha traído consigo desafíos inesperados, como el clima extremo del invierno europeo y las barreras lingüísticas. “Hemos aprendido que dominar el inglés es esencial. Aunque hemos encontrado más personas que hablan español en Alemania, queremos prepararnos mejor para nuestra próxima aventura”, reflexionan.

En cuanto a la comida y las costumbres, aseguran que no han tenido mayores problemas. “Todo ha sido muy normal. La comida nos ha sorprendido gratamente, y hemos encontrado formas de adaptarnos. Eso sí, extrañamos, como es natural, los sabores de nuestra tierra”, comparten entre risas.

El arte no distingue razas ni credos. Ahí están Camilo y Leonardo, rodeados de africanos apasionados, como ellos, por el teatro y las marionetas. Todos hablan un mismo idioma, que es universal: arte.

Las presentaciones en la calle han sido un componente esencial de esta gira. “En Leipzig, la experiencia fue maravillosa. La interacción directa con el público nos llena de energía”, cuenta Camilo.

“Era maravilloso ver a un ‘acordeonero’ nuestro, movido por los dedos de Camilo, y la gente alelada al verlo y escucharlo interpretar el tema ‘María del Carmen’, de Andrés Landero y su conjunto”, precisa Leonardo.

Además, el ambiente íntimo de los tranvías ha creado momentos únicos, donde pasajeros de todas las edades no se sustraen al disfrute de un espectáculo inesperado en medio de su rutina diaria.

Por África y Europa se la han gozado, no importa el calor o el frío.

Camilo y Leonardo no solo representan a Colombia en el extranjero, sino también a la Universidad Pedagógica Nacional, UPN, donde ellos son “Los profes Camilo y Leo”, y al grupo ‘Enraizados-títeres-teatro-artesanías’. Los dos, junto con sus marionetas —Tobías, su papá, ‘El acordeonero’ y pare de contar—, están llevando consigo un mensaje de resiliencia, creatividad y amor por el arte. Su compromiso con el teatro de marionetas trasciende los escenarios tradicionales, encontrando espacios en tranvías, calles y festivales que conectan con personas de todas las culturas.

“Este viaje nos está mostrando que nuestros sueños no tienen límites. Queremos seguir aprendiendo, creciendo y llevando nuestro arte a muchos rincones del mundo”, concluyen con una sonrisa que refleja su espíritu inquebrantable.

Cuando regresen a Colombia, lo harán llenos de experiencias, anécdotas y un legado que enriquecerá no solo su trayectoria, sino también la escena cultural del país. Camilo y Leonardo demuestran que, con pasión y determinación, es posible cruzar fronteras y crear conexiones humanas a través del arte.

Por el momento, se despiden este 2024 de El Muelle Caribe —y de Colombia—, volviendo a gritar: “¡Felices fiestas!”.

Así es el cuento…

Camilo Torres Guanume y Leonardo Borda Pinzón —junto con las marionetas Tobías y papá y alguna más en los camerinos—, protagonistas de una odisea Cultural por el Viejo Mundo.