Vitrineando con Anato, nos encontramos en el Centro Internacional de Negocios y Exposiciones-Corferias, con una boyacense que, desde su condición de guía-turística, nos convenció para ir a Provincia de Márquez-Boyacá.
A la Provincia de Márquez, con la guía
turística María Isabel Lanza Rodríguez
Por José Orellano
Día de la mujer y en el radar de El Muelle Caribe está María Isabel Lanza Rodríguez.
Nacida en Ramiriquí, Boyacá —vereda Santa Ana—, es ingeniera industrial, gestora cultural y guía de turismo de la Red de Turismo Comunitario de la Provincia Márquez, una de las 13 en que se organizan los 123 municipios que caben en los 48 kilómetros cuadrados de superficie de un departamento que es página historial y en estos momentos es gobernado por Carlos Amaya.
Muy locuaz, María Isabel se desvive por promocionar, con argumentación turística, la demarcación territorial a favor de la cual cumple su papel de gestora cultural y guía de turismo, esa demarcación que alberga a los municipios boyacenses Ciénega, Viracachá, Boyacá, Tibaná, Turmequé, Jenesano, Nuevo Colón, Rondón, Úmbita y Ramiriquí, el terruño de ella.
A María Isabel la conocí en la 43ª Vitrina Turística de Anato en el estand de Boyacá, el departamento con un puente que sirvió de escenario a la batalla final de la independencia de Colombia del yugo español: ¡histórico! ‘La batalla de Boyacá’ se titula aquella jornada épica de 1819.
La amabilidad de esa genuina mujer boyacense en la atención que me dispensó al acercarme a vitrinear en su estand, me atrapó y nos pusimos a conversar.
Su Provincia de Márquez reúne a 10 municipios situados en cercanías al suroriente de Boyacá —diseminados en «uno de los legendarios valles de los Andes colombianos»— y que comparten la misma temperatura, los mismos alimentos y una cultura muy parecida. «Diversas expresiones culturales que a lo largo de los años han dado forma a la ‘cultura campesina’ del altiplano».
María Isabel me invita a su región y me la describe: «Te ofrezco páramo, bosque alto andino, frailejones, lagunas a más 2.600 metros sobre el nivel del mar y vas a conocer el aprovechamiento que hacemos de los cultivos nativos, las semillas nativas, la gente que todavía siembra y cosecha el maíz y la papa nativos y los transforma en las delicias de la comida boyacense».
La dejo hablar: «Nosotros aprovechamos muchísimo que hay mucha gente que todavía cultiva de manera tradicional y orgánica también —cuidando el ambiente— y eso lo transformamos en alimento, de manera tradicional, utilizando el horno de leña, la piedra para moler».
Y obviamente, habla de sus famosos amasijos: «La arepa boyacense, que es la más famosa, pero la más rica es la de Ramiriquí, de donde yo vengo. Somos super productores de maíz y hacemos la arepa con el maíz morado —el maíz de colores— y, como también somos grandes productores lácteos, rellenamos esa arepa de cuajada».
María Isabel Lanza Rodríguez está en lo suyo, promocionando su provincia de Márquez, echándome encima su red de palabras, dispuesta a pescarme y volverme turista visitante de su demarcación territorial, sus bondades, su fortaleza, su industria…
«La empresa más grande de lácteos en Boyacá está en nuestra provincia. Gracias a todo esto hacemos la mezcla perfecta de maíz con lácteos para las arepas, y también las jarapas de harina de maíz recién molido, las arepuelas de harina de trigo, las almojábanas».
Bien se sabe que esos pasabocas campesinos son manjares para los turistas, en especial extranjeros, quienes los hacen volar, o mejor: desaparecer mediante el consumo. Y María Isabel dice el porqué: «Porque nuestro maíz es un poquito dulce y eso hace que el sabor sea muy natural, agradable a cualquier paladar».
El espectro es amplio. Y la química de sabor, diferente a la que se genera en una panadería industrial. Las mantecadas de harina de maíz y de harina de trigo llevan consigo el sabor de la laja de leña, del horno de barro y «¡es muy delicioso!», dice esta mujer con orgullo boyacense.
Y sigue tratando de convencerme: «Es un hecho que muchos en Colombia tenemos un ancestro boyacense o hemos comido comida boyacense o hemos conocido a alguien que usa ruana y sombrero y nos parece una persona muy particular que cuenta muy buenas historias: eso lo tenemos nosotros en la provincia de Márquez. Y yo te llevaré a la raíz».
—¿Y en esa raíz qué encontraré?
«Vas a encontrar de dónde viene la mayor parte de la comida de Colombia y vas a sentirte muy bien, porque el clima es muy agradable y, además, van a conocer el frailejón».
El frailejón, con su apariencia peculiar: parece una esponja creada por hojas peludas y abultadas en un tallo largo y grueso que se divide en numerosas ramas y que puede crecer hasta tres metros y vivir más de cien años.
El frailejón, clave en los ecosistemas de páramo, fundamental en el flujo de agua, refugio y alimento para aves, roedores y anfibios. Y de gran importancia cultural para las comunidades que habitan en los páramos: elemento clave en la medicina tradicional y fuerte soporte en la construcción de viviendas y cercados.
El frailejón, ese que en el páramo de Berlín-Santander, acaba de ser objeto de un milagro de la naturaleza: debido a los incendios forestales de enero una extensa área se convirtió en cementerio de frailejones, pero a finales de febrero, sin que nadie se lo esperara —decían que había que esperar medio siglo para que ocurriera— estaba en recuperación, los frailejones muertos resucitaban, de entre la flora incinerada brotaban cogollos y captaban agua, su principal misión en el ecosistema. ¡Milagro!
María Isabel Lanza Rodríguez recrea realidades boyacenses y precisa los diferentes ‘tipos’ de habitantes de Boyacá: los que viven en el pie de monte llanero, son ‘boyacenses llaneros’… A los habitantes de las inmediaciones del páramo les dicen ‘boyacenses de altura’, «y también tenemos boyacenses cerca al río Magdalena y boyacenses en la Sierra Nevada del Cocuy donde habitan las comunidades étnicas».
Ciénega, Viracachá, Boyacá, Tibaná, Turmequé, Jenesano, Nuevo Colón, Rondón, Úmbita y Ramiriquí se identifican por sus características geo-culturales y, de acuerdo con la convicción de esta ingeniera industrial, esa es la razón por la cual «llamamos provincia» a esta conjunción de entes territoriales, sus usos y costumbres.
Un trozo de Boyacá, que es «geografía que alimenta, paisaje de frutas, hortalizas, raíces y tubérculos… La tierra del tejo, del ciclismo, de los amasijos, las alpargatas, los canastos y sumercé», lee, una y otra vez, María Isabel en el impreso a todo color por sus cuatro caras que ella entregaba a quienes se acercaban a su estand.
—María Isabel: háblame ahora de la economía de cada una de esas provincias, ¿cómo se sostienen?
«Cada provincia tiene un fuerte: Valle de Tenza, por ejemplo, es super fuerte en artesanías y en naturaleza, en las fuentes hídricas que están en el pie de monte llanero: cascadas divinas, la represa de Chivor… En provincia Ricaurte, la historia, Villa de Leyva, y Ráquira y su producción artesanal en barro… Tipos de economía diferentes a la de nosotros, que estamos en la parte alta: en nuestra provincia, la economía se basa en la alimentación, en el aprovechamiento que hacemos de los alimentos».
—Un muelle, María Isabel, sirve para realizar tareas de cargue y descargue… Aprovecha El Muelle Caribe y descarga una motivación para que los colombianos se vuelquen sobre la Provincia de Márquez.
«Que vengan a conocer, en mi provincia, el lugar en el cual hay mayor concentración de páramo en el país… Que, además, vengan a comer la comida tradicional boyacense, no solo el cocido, sino lo que se hace en las casas: la bebida fermentada, las sopitas boyacenses que son super deliciosas y super nutritivas y van a saber cómo se hace de manera tradicional… Vengan a vivir nuestra marca ‘Boyacá es para vivirla’. Invito a todo el mundo, gracias a El Muelle Caribe, a que venga a vivir Boyacá con cualquiera de todos los operadores locales».
Y esos operadores son Muysccubun Tours, Artisen SAS, Bictur SeSumercé, Respira Turismo, Traveling Feeling y Caminos Andinos…
—Me estás convenciendo, María… ¿Dónde dormiría?
«Disfrutarás la acogida de los alojamientos rurales: ‘Casa del viejo’ en Tibaná, vereda Ruche, territorio muisca. O en la granja ‘Los conejos’, en Ramiriquí, Resguardo Bajo».
—¿Qué desayuno comería?
«Una deliciosa changua con almojábana y con huevito campesino».
—¿Y al almuerzo?
«Huy… Te invito a que comas algo que se llama jutes de maíz, jutear, palabra indígena, es hacer fermentación de un alimento, y que es una tradición que viene de los indígenas y es un superalimento. También hay jutes de papa, pero en mi provincia prima el jutes de maíz».
—¿A la hora de la cena qué me servirías?
«Una deliciosa sopa de dulce de maíz que se prepara con guarapo y se sirve con cuajada y te irás a dormir delicioso».
—Y a las once, media mañana, y al refrigerio, media tarde, ¿de qué pudiera antojarme?
«La oferta es variada en postres, porque los hay de ciruela o de manzana o de pera o de durazno. Somos super productores y hacemos postres y yogures con todos esos frutos».
—Así las cosas, ¡volveré super gordo…!
«Muy bien ‘alimentadito’, como nos dicen a los de Boyacá».
—¿Pero no gordos?
«Gordos no, porque hay que ir a caminar, hay que salir a conocer el páramo, las cascadas, la naturaleza, y así bajamos los kilitos que nos habíamos ganado con la gastronomía boyacense».
María Isabel insiste en la invitación y me oferta las siguientes ‘experiencias’ durante mi eventual estancia en provincia de Márquez: Finca Portal Sanay, en Boyacá-Boyacá; Fundación Kokopeli-taller de artesanías en fique, también en Boyacá-Boyacá; Del Fogón Saberes Gastronómicos-talleres de cocina campesina, en Ramiriquí; las artesanías en gaita –planta como la guadua o el bambú—, paja blanca y chisque con Magdalena Aponte Gutiérrez, en la vereda Ruche, en Tibaná; los productos de la Asociación de Artesanos y Emprendedores de Jensano-Artejen, y el Parque ecológico Oasis El Endrinal, en Ramiriquí…
Con María Isabel en Ramiriquí, otras-os guías son Angie Paola Plazas en Ciénega, Edgar Bautista en Tibaná, Ismael Rincón Rosas en Jenesano, Nydia Caro Caro en Ramiriquí, Sandra Soler Sánchez en Tibaná y Nelcy López en Ventaquemada, pero esta localizada en la Provincia del Centro.
Ya sé suficiente, pues, y dejo a María Isabel Lanza Rodríguez con su fluida parla para que siga convenciendo potenciales viajeros haciala Provincia de Márquez y, entonces, me dispongo a dirigirme hacia Arauca, la realidad virtual con ‘Capybara’ y Edwin Guerrero: ‘Arauca, una experiencia única’… Arauca, el mejor cacao del mundo… Esa Arauca que… ¡me sonará para siempre!…
¡Feliz día de la Mujer, feliz mes de la Mujer, María Isabel!
Fuentes complementarias: https://blog.croper.com/ – https://www.eltiempo.com/colombia – https://www.humboldt.org.co/