Miguel Maldonado Martínez hace su análisis sobre los resultados de la elección presidencial del pasado domingo 19 y detalla las cinco razones por las cuales Gustavo Petro le ganó a Rodolfo Hernández en franca lid.
ANALISIS DE LA ELECCIÓN PRESIDENCIAL
5 razones para el triunfo de Petro
Por Miguel Maldonado Martínez
Hay muchos factores que incidieron en el resultado de la elección de este domingo J19. De entrada, en nuestra óptica hay cinco puntos que fueron decisivos para entender la victoria de Gustavo Petro, como el primer presidente de izquierda en Colombia.
Primero, las Encuestas le hicieron daño a Rodolfo, exceso de triunfalismo. Petro es el primer presidente de izquierda de Colombia luego de haber sido guerrillero del M-19, ser uno de los firmantes de la desmovilización de ese grupo, sumarse a las fuerzas políticas que nacieron de ese acuerdo de paz, como los partidos Polo Democrático y Colombia Humana. Antes de él, solo Carlos Gaviria en 2006 había tenido una votación significativa de la izquierda, pero fue Petro en su tercer intento el que consolidó la llegada histórica de un político de ese espectro al poder.
Las Encuestas en su mayoría le daban el triunfo a Rodolfo, en una clara manipulación por medios afines a Uribe y el gobierno, pero al final pocas acertaron, la manipulación se hace evidente en la forma como la cadena RCN y la revista Semana, descaradamente daban por sentado el triunfo de Rodolfo.
Los que ven la política con pasión creían que Rodolfo Hernández capturaría alrededor del 51% de los votos, pero cuando más colombianos empezaron a escucharlo en medios, cuanto más opinaba el anciano candidato más se equivocaba, las putas y las vírgenes, las drogas para todos, muchas opiniones lo desnudaron y su intención de voto empezó a bajar.
Las encuestas, que mostraron un ascenso considerable de Hernández poco antes de la segunda vuelta, reflejaron que el candidato de la Liga de Gobernantes Anticorrupción se había estancado. Los resultados lo demostraron: Hernández pasó de 5,9 millones de votos a 10,5 millones de votos, un aumento de 4,6 millones, menos que los 5 millones que obtuvo Fico Gutiérrez en primera vuelta.
Hernández creció más que Petro en primera vuelta, pero no le alcanzó para superar la ventaja que ya Petro había amasado.
A pesar de contar con el apoyo de muchos políticos tradicionales y algunos de ellos cuestionados, como Roy Barreras y Armando Benedetti, es la primera vez que un político alejado de los partidos tradicionales y los grandes grupos de poder llega al cargo más importante del país. Aunque desde hace años es, de hecho, parte de la política tradicional, Petro no es reconocido como un miembro de la élite y su campaña reflejó la mirada a la población diversa, las minorías con el enfoque social que pocas veces había triunfado.
Segundo, Rodolfo Hernández perdió por sus propios errores: muchos se imaginaban que, por ser Rodolfo Hernández, un empresario y candidato independiente conocido por su lenguaje coloquial y su campaña atípica, recogería los votos de la derecha, cuyos grupos políticos concentraron su apoyo hasta el 29 de mayo en Federico ‘Fico’ Gutiérrez, que fue tercero en esa primera ronda.
Pero en estas tres semanas las declaraciones de Hernández desmarcándose del uribismo —los votantes que apoyan a Álvaro Uribe y su partido, Centro Democrático, del actual presidente Iván Duque—, así como de los sectores tradicionales, al parecer lo alejaron de los votantes que muchos pensaban que sumaría de manera automática.
Muchos vieron la candidatura de Hernández como la de un ‘advenedizo’, muy lejana al programa estructurado de Petro. Además, Petro tuvo una organización electoral mejor que la de Hernández. Rodolfo se quedó solo en las redes sociales y le faltó apoyo en zonas rurales. Parece que el plan de Hernández estaba concentrado solo a través de redes y el impulso ciudadano, pero cuando los electores están lejos del puesto de votación como en las zonas más apartadas de los centros urbanos, hay que apoyarlos para que lleguen a votar, se ve que las maquinarias tradicionales se quedaron cortas en ese tema al apoyar a Rodolfo.
Otra de las cosas más comentadas hacia la segunda vuelta fue la falta de debates. Antes de la primera vuelta hubo una veintena: Petro asistió a cinco debates y Hernández fue a siete. Pero tras pasar a segunda vuelta Hernández anunció que no asistiría a debates y, aunque esta última semana de campaña el Tribunal Superior de Bogotá ordenó a los candidatos presidenciales programar un debate, este no se realizó: Petro aceptó hacerlo y Hernández dijo que lo haría con varias condiciones, y su equipo de campaña no asistió a la reunión para organizarlo en Bogotá.
¿Fue un tiro al pie? Los candidatos tienen que salir, los electores los tienen que tocar. Me parece que había regiones donde él debería haber hecho su trabajo, pero se encerró en su departamento, Santander y en su ciudad, Bucaramanga, es más hasta se fue a la Florida, cosa que no le favoreció, dejo el espacio libre para que Petro se moviera hábilmente por toda la geografía nacional.
La campaña de Hernández, desde la primera vuelta fue atropellada: dio declaraciones polémicas y salieron a la luz escándalos previos. Una postura muy criticada por sus contradictores fue la que tuvo frente a los temas concernientes a las mujeres.
Hernández no fue al debate organizado por más de 30 organizaciones de mujeres, feministas y LGBTQ, al que sí asistió Petro.
“La mujer metida en el Gobierno, a la gente no le gusta”. La frase de Hernández en una entrevista en Bésame Radio a finales de mayo. El pedazo de la entrevista generó controversia y al candidato lo calificaron de misógino y sexista. No obstante, tanto Hernández como la estación radial comunicaron el contexto completo de la declaración. El conductor radial Marcelo Cezán le preguntó: “Me contaron que la mujer ha sido importante en su vida personal y en su vida política; muchas de su gabinete en la alcaldía de Bucaramanga eran mujeres. ¿Usted cree en la labor de la mujer, en la dirección, gobernando, dirigiendo cosas de alguna manera?”.
Hernández precisó entonces que él se refería a cuál sería el papel de su esposa, Socorro Oliveros, si llegara a ganar las elecciones: “Es bueno que ella haga los comentarios y apoye desde la casa. La mujer metida en el Gobierno a la gente no le gusta, porque ven que es invasiva y que no fue a la que eligieron, eligieron fue al marido. Entonces si hay algo que me tenga que decir, ella cree, Socorro, mi esposa, ella me lo va a decir en la casa, pero no estar metida allá con carro, chofer, asesores, gastándole plata a la ciudadanía, no estamos pa’ eso”, dijo. “A este próximo gobierno le toca ponerse las pilas a ahorrar”.
En abril, en una entrevista con Radio Nacional de Colombia, Hernández, dijo: “Yo recibo a la Virgen Santísima y a todas las prostitutas que vivan en el mismo barrio con ella, a todo el mundo lo recibo, pero que no les cambio el discurso”. Esa declaración fue retomada por críticos y medios en junio antes de la segunda vuelta, lo que llevó a Hernández a reconocer que se equivocó y a Íngrid Betancourt, quien se sumó a la campaña de Hernández, a ir a una iglesia a pedirle perdón a la Virgen.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en Colombia 78,2 por cienro de los colombianos son católicos.
Tercero. El techo de Petro era mayor: aunque se decía que Petro tenía un techo electoral y le era muy difícil aumentar su votación, logró una mayor participación en dos zonas del país que le apoyaron mayoritariamente: el Caribe y el Pacífico colombiano.
Petro obtuvo la presidencia con más de 11.2 millones de votos, algo más del 50% por ciento de la votación. Petro, que había sumado 8.5 millones en primera vuelta, creció 2—7 millones de votos, lo suficiente para ratificar su predominancia en la elección. Pero los resultados muestran un país dividido: la ventaja es clara, pero no amplia.
Petro logró convencer a electores que no lo apoyaron en primera vuelta, más que los del candidato de centro Sergio Fajardo (que obtuvo poco más de 885.000 votos en primera vuelta—, y creció su caudal, pasó el techo que algunos analistas dijeron que había tocado.
La diferencia final fue de alrededor de 718.000 votos, 3,22 puntos porcentuales.
Cuarto: Francia si caló en la Colombia Afro, mientras que la vice de Rodolfo NO: Francia Márquez, vicepresidenta y formula de Petro, ayudó a consolidar esas abrumadoras mayorías en las dos costas colombianas, en la pacífica y en el caribe con gran población afro, Petro le sacó considerable ventaja a Rodolfo.
Colombia pasará de la primera mujer vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, a la primera vicepresidenta negra, Francia Márquez. Es un hecho histórico. Como en muchos países de Latinoamérica, en Colombia los negros son una población que poca representación política ha tenido a nivel nacional. Según el DANE, la población negra, afrocolombiana, raizal y palenquera es del 9,34 por ciento de la población total nacional, según cifras de 2018.
Aunque los negros tienen dos escaños en el Congreso como circunscripción especial afrodescendiente y ha habido alcaldes, gobernadores y ministros negros, es la primera vez que una persona negra ocupa el cargo vicepresidencial.
Francia Márquez: “Después de 214 años logramos un gobierno del pueblo, el gobierno de los nadies de Colombia”, Márquez, quien creció en Yolombó, Cauca, es, según su propia descripción, es una mujer “negra, afrodescendiente, oriunda de las regiones más empobrecidas”. Fue la gran revelación de las consultas internas —fue la tercera más votada de todos los aspirantes— y llega al poder sin un recorrido político amplio.
Márquez recorrió gran parte del país con una campaña para —según ella— dignificar la política y hacer visibles a “los y las nadie”, a las mujeres violentadas y a las víctimas de las violencias de este país.
La vicepresidenta electa nació en 1981 en una montaña en medio de dos ríos, en el municipio de Suárez, Cauca, en el suroeste de Colombia. Allí, según contó, aprendió de minería, agricultura y pesca. Desde muy joven empezó a liderar espacios en su comunidad, y a empoderar a los suyos, incluso desde el reconocimiento de su negritud, en un país altamente racista. Es mamá de dos hijos, a quienes, por miedo, tuvo que sacar del país mientras realizaba la campaña actual, afirmó en marzo. Es abogada graduada de la Universidad Santiago de Cali y fue galardonada en 2018 con el Premio Goldman, algo así como un ‘Premio Nobel del Medio Ambiente’ por su lucha liderando la comunidad de La Toma contra la minería ilegal de oro en su tierra ancestral, que estaba contaminando con mercurio el río en el que pescaba toda su comunidad.
Quinto. Subió la participación. El pálido crecimiento del voto en blanco entre primer y segunda vuelta, se evidencia el fin del uribismo. En primera vuelta hubo una participación de 54,91 por ciento y una abstención del 45,09 por ciento. En la segunda vuelta participó 58,07 por ciento de los electores y hubo una abstención del 41,93 por ciento.
Frente a una campaña poco común con dos candidatos considerados por algunos analistas como antisistema y que despertaban muchas críticas, algunos anticipaban una mayor abstención. No fue así, más gente acudió a las urnas que el 29 de mayo.
Otro camino era que creciera significativamente el voto en blanco, pero pasó del 1,73 por ciento en primera a 2,24 por ciento en segunda vuelta. De 366.623 votos a poco más de 500.00, la gente se decidió por alguno de los dos candidatos.es un ‘récord’ de participación que llevó a Petro al poder, según él poco común en las democracias occidentales donde el voto es voluntario.
También es destacable que la jornada electoral transcurrió sin problemas y que una vez se conocieron los resultados no hubo incidentes. “La democracia colombiana sale muy fortalecida. No hay ningún síntoma de violencia o golpe de Estado. Nada de eso ha sucedido”.
Al final se puede concluir que el uribismo está sepultado. Además, se vive crisis en la derecha, ahora hay ‘orfandad’ ya que ni Hernández ni Gutiérrez serían inmediatamente los líderes que necesitaría la oposición, los áulicos de Uribe tipo Paloma Valencia y María Fernanda Cabal, no tienen musculo para asumir posiciones de liderazgo, viven a la sombra de Uribe como casi todos los que se han beneficiado de la protección del ahora desgastado expresidente Uribe.