Apenas a 400 metros de altura —un buen ambiente— sube Junior para enfrentar, en Copa Sudamericana, a Oriente Petrolero, de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia. La afición aspira a que ratifique lo hecho últimamente.
A ratificar el buen momento de
buen fútbol y abrazo con el gol
Y a consolidarse como líder de Copa Sudamericana en Santa Cruz de la
Sierra, Bolivia, ante Oriente Petrolero
Por El Impertinente

Sube el Junior de Barranquilla a Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, y allá tiene que jerarquizar.
Va a enfrentar la noche de este jueves a Oriente Petrolero y es la instancia precisa para que ratifique que la goleada a Fluminense —con el que volverá a jugar, de vuelta, el miércoles 4 de mayo— no fue producto del azar sino de una planificación futbolística.
Son solo 400 metros de altura y allí Junior tiene además que sumar para consolidarse en el liderato de la Copa Sudamericana y demostrarle a Suramérica, a América y al mundo que es, en realidad, un equipo grande.
Está desde la madrugada del miércoles en Bolivia y para el partido no contará con el venezolano Luis ‘Cariaco’ González ni con Hómer Martínez, John Pajoy y Wálmer Pacheco. Ha viajado Alfonso Simarra, buen defensa, que bien puede ser remplazo de Germán Mera, quien está lesionado.

Ante Oriente Petrolero, Junior debe corroborar que es un genuino equipo de fútbol, que juega bonito dentro de lo nuevos cánones de la práctica del futbol y que está abrazado con el gol. En el Metropolitano los está haciendo y de a tres.
Miguel Ángel Borja también tiene el deber de reafirmarse como goleador: este año lleva 10 con Junior, en 15 partidos jugados: Liga Bet Play, Copa Colombia y Copa Sudamericana. Son ocho en el futbol colombiano y dos en el torneo regional internacional.
En la Liga Bet Play, Junior es quinto con nueve partidos ganados —el clásico lo ganó, tras los desmanes con muerto incluido en el Sierra Nevada—, seis perdidos y dos empatados para sumar 29 puntos, a uno del número de ingreso a los cuadrangulares, y una diferencia de goles de más 8.
La afición barranquillera aspira, a pies juntilla, que en Santa Cruz de la Sierra Junior salga victorioso. Para los analistas, es la gran oportunidad que tiene el equipo de volver a llenar el Metropolitano, una vez termine la sanción de plaza suspendida.
El pueblo no juega… ni con él se juega
Por Esteban Jaramillo Osorio
¿Quién es tu candidato preferido para conducir la Selección Colombia?
Opina, tranquilo, tienes la palabra, así tu voz no será escuchada por quienes deciden. Convéncete de que no eres parte del fracaso, eres una víctima.
No solo los periodistas gozan del privilegio de la opinión autorizada, ni de darle rienda suelta a sus especulaciones. Tú también puedes hacerlo.

Todos tenemos un recomendado para reemplazar a Reinaldo Rueda, la única víctima visible hasta ahora, en el derrumbe en rendimiento y resultados. LOS MÍOS SON BIELSA Y GALLARDO porque aparte de sus conocimientos, no aceptan manipulaciones.

Aunque el reconocimiento, la fama y los dineros de los triunfos son para directivos, entrenadores y futbolistas, quienes se desconectan de sus compromisos en la adversidad con gran facilidad, el sentimiento verdadero está en el público.
Quienes compartieron con Reinaldo responsabilidades, desde el área administrativa, se empeñan en buscar justificaciones, sin explorar diseños con soluciones, para un proyecto renovado y serio.
Todo parece una burla, porque, sin despeinarse, pasan de agache en el monitoreo crítico por el papelón vivido.
Llegará pronto un entrenador interino, cuestionado en los resultados, afecto al autobombo y al de los medios, cercano a los afectos del presidente de turno, para sobrellevar los próximos compromisos amistosos.
Costumbre fue a lo largo de los años dilatar la elección en propiedad, para aliviar los gastos, sin prever, analizar, consensuar y elegir con acierto, como ha ocurrido en los últimos procesos
La tendencia ácida de criticar a los aficionados desde los púlpitos de los dirigentes del fútbol profesional, acusándolos de desagradecidos, es la misma de James insultándolos. El pueblo no juega.
Por ello nada se dijo, ante la incontinencia verbal del futbolista cuando se desbocó en medio de su incapacidad. Idéntica fórmula como rechazo para deslegitimar a los críticos, los que no tragan entero ni se someten a los caprichos de la dirigencia, cuando esta es prepotente. Siempre se ha visto.