Para este tiempo de Semana Mayor, Fernando Mora Rodríguez nos trae la Canción denominada ‘Caminante abstracto’, con partitura y sonido MIDI. Se acompaña del cuento infantil ‘El caminante inteligente’, adaptación de un cuento popular cubano.
CUENTO INFANTIL
El caminante inteligente
Tras varias horas caminando bajo el sol un hombre pasó por una pequeña granja, la única que había en muchos kilómetros a la redonda. El olorcillo a cocido llegó hasta su nariz y se dio cuenta de que tenía un hambre de lobo. Llamó a la puerta y el dueño de la casa, bastante antipático, le abrió.
– Buenas tardes, señor.
– ¿Quién es usted y qué busca por estos lugares?
– No se asuste, soy un simple viajero que va de paso. Me preguntaba si podría invitarme a un plato de comida. Estoy muerto de hambre y no hay por aquí ninguna posada donde tomar algo caliente.
El granjero no se compadeció y para quitárselo de encima le dijo en un tono muy despectivo:
– ¡Pues no, no puedo! Son las cinco y mi esposa y yo ya hemos comido ¡En esta casa somos muy puntuales y estrictos con los horarios, así que no voy a hacer ninguna excepción! ¡Váyase por donde vino!
El hombre se quedó chafado, pero en vez de venirse abajo, reaccionó con astucia; justo cuando el granjero iba a darle con la puerta en las narices, sacó un billete de cinco pesos del bolsillo de su pantalón y se lo dio a un niño que jugaba en la entrada.
– ¡Toma, guapo, para que juegues! ¡Si quieres otro dímelo, que tengo muchos de estos!
El granjero vio de reojo cómo el desconocido le regalaba un billete de los gordos a su hijo y pensó:
– “Este tipo debe ser rico y eso cambia las cosas… ¡Le invitaré a entrar!”
Abrió la puerta de nuevo y con una gran sonrisa en la cara, le dijo muy educadamente:
– ¡Está bien, pase! Mi mujer le preparará algo bueno que llevarse a la boca.
– ¡Oh, es usted muy amable, gracias!
Aguantando la risa, el viajero pasó al comedor y se sentó a la mesa ¡Había echado el anzuelo y el pez había picado!
Mientras, el granjero, un poco nervioso, entró en la cocina para hablar con su mujer. En voz baja, le dijo:
– Creo que este desconocido está forrado de dinero porque le ha regalado a nuestro hijo un billete de cinco pesos ¡y le escuché decir que tiene muchos más!
– ¿En serio?… Pues entonces no podemos dejarle escapar ¡Tenemos que aprovecharnos de él como sea!
– ¡Sí! Vamos a intentar que esté lo más contento posible y ya se me ocurrirá algo.
Adaptación del cuento popular de Cuba Tomado de https://www.mundoprimaria.com/