Canción de la semana

Canción de la semana

‘Más allá de las montañas’, la canción de la semana… Título doce, último, del álbum 18 de Fernando Mora Rodríguez-Navarquía en El Muelle Caribe. La acompaña el cuento infantil ‘La montaña más engreída del mundo’.

Sonido MIDI: Musical Instrument Digital Interface, tema: ‘Más allá de las montañas’

CUENTO INFANTIL

La montaña más engreída del mundo

Cuento infantil que hará reflexionar a tus hijos sobre vanidad y soberbia

Una montaña se jactaba de ser la más bella y la mejor del mundo. Era orgullosa y engreída, y todos estaban muy hartos de su manera de ser.

El mar, a sus pies, estaba especialmente enfadado con su actitud.

—¿Quién se habrá creído que es? —dijo y se enfureció por momentos.

—¿Es que no se da cuenta? —dijeron el río y la pradera—.  Su paisaje sin nosotros nunca sería tan bello. 

—¿Por qué se siente superior a todos? – dijeron las rocas.

Pasaban los días y la montaña seguía presumiendo de su belleza e insistía en que, sin ella, el mundo no tendría sentido.

Las nubes y el sol, con mucha paciencia, también escuchaban todos los días, desde el cielo, sus peroratas.

Un día el sol se levantó de muy mal humor y, de nuevo, escuchó decir a la montaña:

—Soy la más bella, la más alta, la más, la más, la más… Y el sol tanto se calentó y sus rayos brillaron con tanta fuerza, que provocó un incendio.

—¡Socorro, socorro! ­—gritó la montaña ardiendo, poniéndose muy negra.

El mar y el río pensaron que podían ir en su ayuda, y apagar en un momento el fuego con sus olas; pero no lo hicieron.

Las rocas pensaron que podían ir en su ayuda, y hacer un cortafuegos para que el incendio no avanzara; pero tampoco hicieron nada.

Al rato, las nubes empezaron a descargar agua sobre la montaña, que sintió un alivio inmediato.

La montaña quedó negra, fea y desolada; pero gracias a las nubes había sobrevivido al voraz incendio que, accidentalmente, había provocado el sol.

Transcurridos muchos años fue recobrando su hermosura; pero jamás volvió a jactarse ante los demás de nada. Ese día había aprendido que todos eran diferentes, que ninguno era superior al otro, y que cada uno tenía su espacio en el mundo; y eso era, precisamente, lo  que iba dejando tan preciosos y distintos paisajes en la naturaleza.

Tomado de https://www.guiainfantil.com/

Fernando Mora R. 3138710837 – navarquia@gmail.com