Cuando el día avanza hacia las noches de Cartagena, los colores se van difuminando hasta asumir el tono gris-rojizo-anaranjado-dorado del crepúsculo vespertino. Y surge entonces la inspiración —como aquella vez para Jaime R. Echavarría—, recreada en esta ocasión por la niña cartagenera Fiorella Pizarro García, 13 años, estudiante de octavo grado, y quien con su celular de cierta gama captó imágenes que, gustosos, proyectamos en este relanzamiento de la imagen de El Muelle Caribe.