¿Sabes cuántos productos de uso cotidiano como el celular, la ropa, sus zapatos, fertilizantes, entre otros, son derivados del petróleo? ¿Has revisado con qué reemplazar los plásticos de uso frecuente para no depender de los hidrocarburos?
DEL DICHO AL HECHO
Está bien: no te gusta el petróleo,
pero… ¿renunciarías a sus bondades?
Estigmatizar el uso de este hidrocarburo en procura del cuidado de los ecosistemas trae responsabilidades personales para aportar a la transformación, más allá del discurso del día a día.
Por Mabel Rocío Castillo Pineda
En medio del creciente debate sobre la dependencia del petróleo y su impacto ambiental, surge esta pregunta: ¿Es el petróleo un recurso imprescindible para nuestro desarrollo económico y estilo de vida?
Aunque han surgido algunas propuestas en procura de reducir el consumo indiscriminado de productos derivados del petróleo —el aceite negro al que se le ha considerado como ‘el oro negro’—, este es y seguirá siendo una pieza clave en la industria, la economía y el desarrollo.
De hecho, los ingresos de Ecopetrol para 2022 “llegaron a los 33.4 billones de pesos representando el doble del año anterior y alrededor del 10 por ciento de todas las ventas del sector productivo en Colombia”, de acuerdo con el líder del sector petrolero en Colombia Mario Zamora, quien precisa que “si se continúa con el discurso de estigmatización frente a la industria petrolera, se creería que se debe a que la sociedad está dispuesta a cambiar sus modelos de consumo y que ya existe un avanzado reemplazo de insumos”.
Así las cosas, dejar de explorar y extraer petróleo impactará el bolsillo de los colombianos y la vida de todos, tanto en el precio de los combustibles, como en el aumento de impuestos e incluso en el déficit en materias primas de la mayor parte de industrias. Una situación que repercutirá incluso en el empleo y la canasta familiar. No explorar o bajar el ritmo de exploración puede llevar al país a depender de la importación casi en un ciento por ciento.
De acuerdo con estadísticas de la Agencia Nacional de Hidrocarburos-ANH, el promedio anual de producción —entre abril de 2022 y abril de 2023—, fue de 771.278 barriles de petróleo por día, lo cual representa un incremento del 3,38 por ciento comparado con lo registrado el año anterior.
Los analistas señalan que apostarle a la transición energética a corto plazo, no solo significa pensar si se está dispuesto a renunciar a los privilegios que hoy nos brindan los derivados del petróleo, sino también a generar estrategias que permitan de manera gradual y aterrizada ese objetivo. Y al mismo tiempo, lograr estabilización, fortalecimiento, freno a la incertidumbre y aumento de la confianza de la Inversión Extranjera Directa- IED, que tan solo el año pasado tuvo un incremento de 57,7 por ciento, del cual el 72 por ciento correspondió a la minería y los hidrocarburos.
No hay que olvidar que el petróleo ha sido la columna vertebral del crecimiento industrial y tecnológico y que ha dado impulso a la humanidad hacia la era moderna.
Para el transporte, la industria y la fabricación, el petróleo ha sido la fuente primordial de energía y materia prima para una amplia gama de sectores. En consecuencia, esta industria jalona la economía mundial, brinda energía a los hogares y ha sido la base para la fabricación de productos esenciales de la vida diaria como medicamentos, ropa, calzado, fertilizantes, celulares, todo tipo de tecnología, entre otros. Además, ha sido una importante generadora de empleo y oportunidades para miles de personas alrededor del mundo.
Según cifras de la ANH, a mayo 2023 son 4 los pozos exploratorios perforados registrados de tipo A3, A2 y A1, cifra mucho menor al mismo periodo de mayo 2022 que registró 9. Se estima que, en los próximos años, debido a los problemas que se vienen presentando con las comunidades y la falta de incentivos para la inversión, más el incremento de los impuestos y la eliminación del pago de renta con regalías, este rubro se convertirá en un nuevo gasto, mas no en una inversión. Generaría una disminución en la renta al minimizarse la entrada de recursos por la venta de hidrocarburos.
Además, la disminución en los subsidios que se viene dando generaría que a futuro los impuestos se incrementen.
Lo más relevante aquí es que Colombia necesita los dividendos, las regalías y los impuestos del petróleo. Precisamente, factores que pesan en la economía del país.
En esa medida, la búsqueda de alternativas energéticas y el desarrollo de fuentes renovables son pasos en los que se deben avanzar. Si bien es cierto que la humanidad enfrenta desafíos significativos para cambiar sus patrones de consumo, la clave está en una mayor conciencia y educación que promuevan el uso responsable y que tengan el potencial de cambiar las mentalidades y fomentar un enfoque más responsable hacia nuestros recursos naturales, sostiene Mario Zamora Santacruz, ingeniero de petróleos, master y MBA y candidato a doctorado, que ha participado en distintos proyectos del sector hidrocarburos en Colombia, tanto en exploración como producción y que también ha desarrollado actividades académicas en China, Abu Dhabí, Estados Unidos, Inglaterra y México.
Durante 7 años, Zamora Santacruz —empresario con más de 23 años de experiencia en la industria de hidrocarburos— fue secretario de la junta directiva de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos-ACIPET, y presidente de la Society of Petroleum Engineers, Colombia. Igualmente, miembro de juntas directivas y presidente de compañías multinacionales y creador e impulsor de la marca de lujo ‘Donde tú quieras’.