Sobre la base de un guion de ordenamiento de ideas, intervenciones a manera de animación-ambientación y preguntas —guion elaborado solo para el moderador-entrevistador— se desarrolló un diálogo de una hora entre Jaime De la Hoz Simanca y José Orellano como mecanismo comunicacional para la presentación en Filbo del libro ‘García Márquez y Vargas Vila, un camino dos historias’, de De la Hoz Simanca… Las respuestas surgían espontáneas desde la sapiencia del autor sobre la temática de su obra, prueba fehacienre de su dedicación en ese andar suyo tras los pasos de Gabo y El divino… Conozcamos, pues, guion y respuestas.
José Orellano: Jaime, ¿pudiéramos sentarnos a esperar ficción en tu próxima narrativa, realismo mágico, mera ficción en cuentos o novelas?
Jaime De la Hoz Simanca: Sería para lograr una especie de autocomplacencia íntima, pero sin ninguna pretensión, pues esas aventuras están reservadas para mentes brillantes, y la mía no posee el más mínimo brillo. Ah, el atrevimiento no pasaría de minicuentos o cuentos cortos, como en antaño. ¿Escribir novelas? ¡No tengo sentido del ridículo!
Jaime es la portada de la revista Mariamulta —impresa y digital— que entrará en circulación este lunes 8 de mayo.

Por Orellano Niebles

Para mí, el esplendoroso enganche a este libro titulado ‘García Márquez y Vargas Vila, un camino dos historias’, es que obliga, desde las seis primeras líneas de su primer párrafo, a que se le lea de un solo cipotazo, a punta de tinto, de menjurje argentino de yerba mate y de muchísimas ganas de cumplirle al amigo que recién vuelve… recién vuelve, sí —doce años después, sí, desde aquellos años por La Guajira—, y quien, faltando poquísimas horas para la presentación de su obra aquí en Filbo’35, me ha invitado a que lo acompañe en este acto, despojado de solemnidad ceremonial…
Preciso que aprendí periodismo “respirando tinta de imprenta” —como lo dice el libro en la voz de García Márquez cuando este alude las enseñanzas de sus maestros en El Espectador Guillermo Cano y José Salgar—… preciso que soy periodista empírico, autodidacta, y que, por lo tanto, me siento sumamente honrado de compartir este escenario con el economista y periodista profesional, especialista en comunicación para el desarrollo regional y magister en educación, Jaime De la Hoz Simanca, actual decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Autónoma del Caribe…
José Orellano: —Desde mi humilde y precipitada apreciación —precipitada, porque surge de una sola lectura a las volandas—, ‘García Márquez y Vargas Vila, un camino dos historias’ se trata de un libro cargado de mil y una virtudes que, con la excusa de ser una “biografía doble” —la de dos figuras colombianas de las letras— nos induce, entre otras cosas, a apreciar y valorar muchísimas pinceladas de la historia de Colombia, nuestro pasado, y de otras latitudes, inclusive del otro lado del charco, pero en especial historia política… ¿Qué piensas al respecto, Jaime?
Jaime De la Hoz: «Vargas Vila y García Márquez, han sido los escritores más grandes de la literatura colombiana, eso de por sí marca un camino. Mario Vargas llosa en “historia de un decidido” habla sobre la influencia de los demonios históricos, con los que estoy seguro contagiaron a estos dos grandes escritores. Por otra parte, Vagas Vila se ve más influenciado por “los demonios políticos”, ya que la época en que se desarrolló su obra, Colombia atravesaba un difícil periodo de guerra en civil comprendido entre 1860 (nacimiento de Vargas Vila), a 1933, gracias a la guerra entre los dos bandos políticos del momento: conservadores y liberales. De igual manera García Márquez vive un “demonio histórico” en el momento en que sucede el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán. Entonces estos sucesos marcan de una manera u otra la decisión de escribir y expresarse de estos dos autores, sin hablar de los diversos episodios que se dieron en toda América latina y porque no de todo el mundo».

—Tengo por seguro que —como ha ocurrido conmigo—, esta obra ha de cautivar al lector hasta hacerlo su prisionero, y parafraseo literalmente a su autor, a Jaime, quien, en la página 105 de este libro nos cuenta que la novela ‘Ibis’ de José María Vargas Vila carece de grandeza literaria, de acierto estructural o logro narrativo, pero la referencia como una historia escandalosa cargada de lujuria no exenta de sutil erotismo; y afirma que, sin duda, ‘Ibis’ «cautiva al lector hasta hacerlo prisionero»… Siento que me incumbo en la literalidad de la frase que, sustraída del contexto del correspondiente capítulo, me la “robo” para expresar mi entrega, durante horas seguidas, par días, a la lectura de la obra… Afirma Jaime: «La novela, ‘Ibis’, posee algo de magia que seduce en medio de referencias rimbombantes y metáforas que fatigan. Hay en ella un derroche de excesiva sabiduría que, a la larga, termina siendo parte del encanto de la obra».
«“Ibis” es la obra que catapulta a Vargas Vila. La escribe en la última década del siglo XIX. Se sabe que la obra provoca una ola de suicidios en América latina, ganándose la fama como “la biblia del suicidio”. “Teme al amor como a la muerte./ Él es la muerte misma./ Por él nacemos y morimos./ ¡Seamos fuertes para vivir sin él!/ El amor es Alfa y Omega:/ principio y fin de la existencia./ Es la maldición”, escribía Vargas Vila. Entonces esta obra hace que su autor empiece a sonar por toda Latinoamérica e Hispanoamérica».
‘García Márquez y Vargas Vila, un camino dos historias’ es la última obra de quien, a la fecha, acumula diversos reconocimientos por su trabajo periodístico y literario… Jaime De la Hoz Simanca ha sido:
Finalista (en 2002) del primer concurso nacional de cuento corto Juan Rodríguez Freyle, promovido por Intermedio Editores y El Tiempo; nominado por cuatro años consecutivos al premio nacional de periodismo Simón Bolívar, al cual se haría acreedor durante los años 2004, 2005 y 2007; Premios Mario Ceballos Araujo, de la Universidad Autónoma del Caribe, y Semana-Petrobras, en 2008, con la serie colectiva ‘Contra el olvido’, publicadas en El Heraldo. Jaime trabajó en este medio, El Heraldo de Barranquilla, entre 1988 y 1995 y, entre mayo de 2007 y febrero de 2008, ocupó el cargo de jefe de Redacción… Fue director periodístico del programa de televisión ‘Encuentro’, de Telecaribe, y es coautor del libro de crónicas y reportajes ‘Trece claves para soñar’, de los tres libros que conforman ‘La biblioteca moderna de periodismo y del libro de reportajes y crónicas ‘Son guajiros’….
—El libro que presentas esta noche en FILBo’35, de 311 páginas que albergan trece capítulos —con 248 pies de páginas—, epílogo y bibliografía, riquísimo en detalles, con infinidad de breves semblanzas y una exhaustiva recolección de voces vivenciales —minuciosa cacería de elementos enriquecedores de la narración—, ¿cuánto tiempo requirió para ser, finalmente, parido en la cuna impresora de SantaBárbara Editores, empresa cultural que dirige Alfonso Ávila?

personajes —más sobre Vargas Vila— y la historia de Colombia y allende las fronteras.
«Este proceso me ha tomado toda la vida, inicie mi gusto literario con la obra de Vargas Vila, que en ese entonces era un autor prohibido. Precisamente me inicié con la novela “Ibis” cuando mi padre me dijo que la leyera y quedé prácticamente en shock. Me encantó esa prosa bella, las referencias, descripciones. Desde entonces no he parado, desde entonces no paró la investigación con todo aquello te tuviera que ver con José María».
—¿Dificultades? ¿Tropiezos? ¿Obstáculos en la investigación? ¿Acaso, mucho desecho de materiales recabados?
«Sí, definitivamente. Sobre todo, porque existían muchas leyendas o mitos acerca de Vargas Vila y de García Márquez, que era necesario comprobar rigurosamente para entrar en materia de investigación».
—A uno, como mero lector de ‘García Márquez y Vargas Vila, un camino dos historias’ le queda la sensación de que tú, en tu biblioteca, tienes las obras completas tanto de Vargas Vila como de García Márquez y que acudiste a ellas tantas veces como lo necesitaste… Porque resulta sorprendente que en breves semblantes puedas decir seudónimos o apodos y nombres propios, de pila, como se dice, de personajes involucrados en las correspondientes biografías… ¿Es así?
«De Vargas Vila yo me di con la tarea de conseguir sus libros originales, entonces la base de mi investigación es sobre esos libros auténticos para tener la seguridad de la severidad de mis ideas. Con García Márquez no hubo problema, ya que su obra es evidentemente más accesible por la época en que fue creada».
—Más allá de estar comprometido contigo para acompañarte en este acto, no me ruborizo al manifestarte que mientras iba leyendo a ‘García Márquez y Vargas Vila, un camino dos historias’, más y más me convencías de que, todo lo que aquí narras, especialmente cuando asumes tu propia voz, goza de la fuerza de una verdad emanada de tu talento y la autoridad de esa, tu voz, mi punto de vista manifestado gracias a cierto pensamiento de Gabriel García Márquez tras su primera lectura de ‘La metamorfosis’ de Frank Kafka, y que tú cuentas en tu libro… Sobre la base de esta apreciación mía, ¿a qué exhortas a quienes nos acompañan en esta presentación de tu obra?…
«Exhorto a que recuperemos el legado de Vargas Vila, ya que es un escritor olvidado. A mi consideración, él debió ser el primer premio Nobel de literatura colombiano. En el periodo comprendido entre 1900 a 1933, año de la muerte de Vargas Vila, solo dos escritores de nacionalidad española ganaron un Nobel de literatura: en 1904, lo ganó José Echegaray, que fue más matemático que escritor, y en 1912 lo ganó Jacinto Benavente, quien fue un escritor reconocido universalmente por sus obras de teatro. Para ese entonces, Vargas Vila era uno de los escritores más leídos en América Latina y España, con traducción a muchos idiomas de sus obras. Entonces me pregunto ¿por qué no hubo un reconocimiento al escritor colombiano?, siendo que su obra ha sido estudiada por expertos y hoy sometida a criticas feroces».
—Mi lectura de un tirón, solo como lector, de ‘García Márquez y Vargas Vila, un camino dos historias’ me paseó por varias palabras que de pronto no tenía muy a la lengua, extraviadas o desconocidas… Entre muchas, anoté “facundio”, “cristianara” —de un texto de Alfonso Fuenmayor— y “cristobalcolónidas”, “cris-to-bal-co-ló-ni-das”, esta última, diría, de tu autoría… Dame la satisfacción de confirmarme que tengo claro el significado que le das a “cris-to-bal-co-ló-ni-das” (descubridores de que el agua moja).
«La última es de Vargas Vila. Me encantó. Se refiere a aquellos intelectuales baratos, que creen que poseen aptitudes de las cuales carecen, que creen que han descubierto el mundo, como Cristóbal Colón. La he usado en varias crónicas, reportajes. Obviamente no es reconocida por la Real Academia».

—En la página 24 del libro, tú llamas Gabito a García Márquez, cuando te refieres a la temprana afición de este, muy niño aun, por la lectura y la cocción en su mente del deseo y la necesidad de contar, algún día por venir, todo lo que sus abuelos, el coronel Nicolás Márquez y Tranquilina Iguarán, le contaban… Habrá dos o tres alusiones más a Gabito en tu obra, que el resto serán Gabo o García Márquez… Deseo compartir aquí una anécdota al respecto que involucra a alguien que influyó mucho tanto en ti como en mí: el doctor Juan B. Fernández Renowitzky, aun vivo, a sus más de 85 años… El Heraldo aún estaba en la calle Real, allá en la plaza Colón, calle 33 entre La Paz y Progreso, la calle de las Notarías, y en portada se publicó una información referente a García Márquez… En el título, necesariamente por ganar espacio, utilicé la palabra Gabo… El doctor Fernández, en su condición de director del periódico, me llamó a su oficina apenas llegó el día de la publicación y me dio una orden de impajaritable cumplimiento: «Nunca más Gabo en El Heraldo… A partir de ahora, siempre Gabito… Gabo es cachaco, Gabito es costeño… Gabito es amistad… La amistad de El Heraldo con él, la amistad de muchos intelectuales barranquilleros, entre quienes me incluyo, con ese genio de las letras»… Al final, la fuerza de la costumbre —y la misma aceptación del Nobel— impondría a Gabo como su afamado apodo, aquí y en toda la bolita del mundo, y dejaría a Gabito para muy pocos… ¿Qué opinas?

el guión de presentación del libro ‘García Márquez y Vargas Vila, un camino dos historias’, de De la Hoz
Simanca. Honda satisfacción en MIBLOG al compartir este trabajo.
«Gabito, así lo llamaban desde niño sus hermanos, sus padres, en sí: su entorno familiar. Muchos quisieron apelar a eso como forma de afecto, cariño. E incluso a su mujer le decían “La gaba”. En sí, es muy normal».
—Es obvio que el deseo de un autor de libros, de un escritor, es que su obra se mueva en los estantes de las librerías, ¡se venda!… La publicación por estos días en El Espectador de ‘García Márquez y Vargas Vila, un camino dos historias’, capítulo por capítulo, ¿no choca con las espiraciones de buena venta del libro?
«El Espectador publicó hace unos días en su magazín cultural un capítulo del libro. Está próximo a salir el segundo y último capítulo».
—De Vargas Vila se dice que, por encima de sus defectos y sus virtudes —mucho más las segundas que los primeros—, imperaba una “sinceridad demoledora” … Acudo a tu sinceridad para la respuesta a la pregunta que sigue: ¿Pudiéramos sentarnos a esperar ficción en tu próxima narrativa, realismo mágico, mera ficción en cuentos o novelas?
«No, no, ni de riesgos».
—¿Por qué?
«No, porque uno sabe de sus limitaciones, yo no voy a entrar en ese terreno de escribir que una novela. Yo tengo sentido del ridículo…».
—Entonces, ¡no!
«Sería para lograr una especie de autocomplacencia íntima, pero sin ninguna pretensión, pues esas aventuras están reservadas para mentes brillantes, y la mía no posee el más mínimo brillo. Ah, el atrevimiento no pasaría de minicuentos o cuentos cortos, como en antaño. ¿Escribir novelas? ¡No tengo sentido del ridículo!».
—En la página 261 de tu obra, en extenso párrafo que reproduces, el, al fin de cuentas panfletario… ‘El procaz divino’, el misógino, el anticlerical, José María Vargas Vila, hace gala de su mordaz genio creativo y dice: «Como cosas antiguas, les recomiendo los Grafómanos de América, especie de libro escrito hace ya muchos años por un simio cubano que responde al jocoso nombre de Emilio Bodadilla y cubre la desnudez mental de sus esperpentos, con un seudónimo conventual: un Candil, en las manos de un lego idiota; en ese libro de aquel inédito desesperado, el más rico pámpano de Idiotía, jugoso de cretinismo, aquel fracasado del Éxito, huérfano de todo renombre, vapulea mi estilo, con motivo de un artículo mío aparecido en Némesis, mi Revisa Política; a los amantes de lo grotesco, recomiendo el libro de aquel mastodonte insular, desprovisto de toda forma de talento, ajeno a todo visión de Arte, a toda delicadeza de espíritu, pero que es, en su prosa embrionaria, de acéfalo primitivo, el más espeso y caudaloso arroyo de vulgaridad que se haya arrastrado jamás por las cloacas de una imprenta; ser el autor predilecto de las polillas, has sido hasta hoy el destino de aquel hongo mental, que no ha podido salir de la obscuridad y vegeta en ella, consumido por la Envidia… Tal vez este reclamo mío, arroje algún rayo de celebridad, sobre aquel congrio glutinoso, dormido en los pantanos del Despecho; lo deseo de todo corazón». Qué representa, al fin de cuentas, ese libelo:

«Una faceta de Vargas Vilas poco estudiada es la de panfletario, de los auténticos, de los admirables. Considero que lo que acabas de leer es pura literatura, ni injuria ni calumnia.Él se gradúa de panfletario con una obra que se llama “Ante los bárbaros, el yankee, he ahí el enemigo” que es una obra en que desnuda y destapa toda la actitud imperialista de los Estados Unidos y sus pretensiones de dominio global. Vale la pena rescatar la palabra grafómano, que no es más que quien se encarga de escribir con vicio por 18 horas en el escritorio, se convierte en un hábito cotidiano, solo se tiene tiempo para hacer y ser eso».
Para complementar este registro, destacamos que SantaBárbara Editores hizo una edición hermosa, con cubierta dura, con sobre cubierta de ‘García Márquez y Vargas Vila, un camino dos historias’
«El editor Alfonso Ávila se preocupó mucho por la excelencia de los acabados, es algo que le agradezco mucho», anota Jaime De la Hoz Simanca.
No hay duda… Hay que salir a comprar el libro… Los invita no el crítico literario sino el partner, la llave, el brother, el amigo de Jaime De la Hoz Simanca, autor de esta biografía doble, un compendio de historia: ‘García Márquez y Vargas Vila, un camino dos historias’… Comprarlo y leerlo de un solo tirón.
Muchas gracias… Muchas gracias.