Goce y reflexión

Goce y reflexión

El docente, investigador y periodista cultural Osvaldo Frank Manjarrés Fuentes escribe sobre lo que representa el Carnaval Internacional de las Artes que se celebra en Barranquilla y que tiene como su principal escenario el emblemático sitio conocido como ‘La cueva’, en el cual, en distintas épocas, se han congregado y han tertuliado numerosos intelectuales de Barranquilla, el Caribe y otras latitudes.

Acerca de “el espectáculo como reflexión”

Osvaldo Frank Manjarrés Fuentes

Los eventos culturales de gran magnitud suelen convertirse en agradables y llenos de sabiduría, en la fiesta de la palabra, en un goce personal, fraternal, familiar. Eso es el Carnaval Internacional de las Artes: una intención multifacética con sabor y aliento caribe, que desde hace 17 años ha venido mostrando a Barranquilla como una ciudad con gente de mucho talento para organizar, con determinados méritos, actividades socioculturales.

En este tipo de convocatoria, el ser, protagonista o no, se sumerge en un universo crítico, de pensamiento, de creatividad, de humor, de comicidad, de historia, de cine, del mensaje pictórico; en general, está presente el arte.

Entonces, la palabra se siente fresca y el auditorio: motivado y expectante. Referentes específicos de una detallada y amplia programación. Se vive una especie de catarsis llena de emociones, de expectativas, de alegría sin par; porque, además, los eventos son gratuitos.

El Carnaval Internacional de las Artes se programa en diferentes espacios, lugares, sedes; pero lo más importante de este carnaval (que no necesita disfraz) es que la gente lo vive, lo goza, aprende, se rodea y dialoga con los invitados: colombianos o de otra nacionalidad. Todo un espectáculo en horarios simultáneos para bien de los barranquilleros y visitantes. Eventos llamativos y de atención para escoger y disponer, pensar o reflexionar. Por eso, bien dice el lema del Carnaval Internacional de las Artes: “El espectáculo como reflexión”.

Un aspecto de la más reciente edición del Carnaval de las artes en La Cueva de Barranquilla.

Pienso que soy el único periodista cultural de Santa Marta (no es arrogancia ni egocentrismo) que asiste a este proyecto que, en este 2023, llegó al XVII. En varias ocasiones he percibido la alegría de estar presente frente a grandes escritores y demás personalidades de otras artes, notándose una conexión cultural entre protagonistas y público. Ambos son la expectativa de cada evento. Los asistentes interactúan con los invitados al conversatorio o espectáculo. Para mí es un orgullo personal haber asistido en varias ocasiones. Recuerdos significativos y memorables en el Amira De La Rosa, en la Facultad de Bellas Artes de Uniatlántico, en el Parque Cultural del Caribe y, ¡claro!, en La Cueva.

Solo pude asistir el jueves 20 de abril a este emblemático espacio, que lo pone a uno a revivir una historia que está ahí, pero que se traslada a nuestro Caribe colombiano y otras latitudes de nuestro continente. La Cueva es una preservación recordatoria e histórica del renombrado y mimado Grupo Barranquilla, porque intelectuales o no, profesionales universitarios o no, se dieron a conocer con la magia de su narrativa, de la poética, de lo pictórico, de la música, del cine, y todo lo que concierne al ámbito cultural. Aspectos que con estricto análisis estudian los directivos y organizadores de la Fundación La Cueva, y que se refleja en el desarrollo del Carnaval Internacional de las Artes.

Para cualquiera, por decirlo así, entrar a La Cueva es una maravilla, solo con abrir la puerta se percibe un fresco mundo cultural, otra dimensión artística que conquista un universo alucinante: el museo, la culinaria, la música, las fotos, los salones, los libros, las pinturas, los conversatorios, el departir, convierte a este sitio en sensorial, donde se vive una cultura barranquillera, una cultura Caribe, con referente internacional.

Y, en el día de mi suerte (jueves 20 de abril), tuve la gran oportunidad de escuchar —en tres momentos de la programación— a destacados exponentes de la culinaria, de la historia, de la literatura. Todo con contenido y acento colombianos.

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Cumbia, cumbiamba, sabor Caribe como “espectáculo como reflexión”.

La atracción histórica de La Cueva me atrapó para hacer parte de una selecta audiencia, que escuchó con una esmerada atención a los exponentes Alex Quessep, un chef muy reconocido en Barranquilla; y con él, dos excelentes conversadores que se les notaba el amor por esta tierra: Juan Carlos Correa y Jorge Escaff, con la conducción del escritor Miguel Iriarte, director ejecutivo de la Fundación La Cueva.

Les correspondió conversar sobre la vida y obra de Karim Ganem Maloof, escritor barranquillero, fallecido a temprana edad. El 7 de marzo de este año. El joven tenía 32 años.

A los exponentes y grandes amigos de Karim se les percibía en sus voces el sentimiento, la fraternidad y familiaridad que los conectaba con el escritor. Además, estaban haciendo el lanzamiento de su libro “Calor Residual”, una obra mágica y fenomenal con sabor a cocina.

La audiencia comprendió a través de la disertación la pérdida de un intelectual, de un ideólogo, de un literato con proyección internacional.

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Académicos, historiadores y literatos se han referidos con mucha frecuencia a la población negra en Colombia. Nuevamente en La Cueva, y dentro de la programación matinal del Carnaval Internacional de las Artes, se reunieron el escritor Javier Ortiz Cassiani y el historiador Dolcey Romero para dialogar sobre: “La Cuestión negra en el Caribe colombiano”. Acompañamiento de la historiadora y presentadora cultural Angelina Cimarra.

Escuchando a los exponentes a uno, no se le puede escapar que está al frente de gente estudiosa, investigadora, que lee y enseña serios aspectos: la llegada de los negros a nuestros territorios Caribe. Explicando cómo las letras, la academia, la historia sigue teniendo presencia para narrar y aclarar al pueblo colombiano y especialmente a la juventud el proceso de la esclavitud en la Costa Caribe Colombiana. Y estuvo claro, que con este tipo de exponentes está la enseñanza, la claridad histórica y verdadera de “La Cuestión negra en el caribe colombiano”.

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Pedro Badrán Padauí, escritor Caribe.

Pedro Badrán Padauí es un escritor caribe ribereño, nació en (Magangué -Bolívar). Fue invitado para el lanzamiento de su última obra: la novela “Crímenes de Provincia”. La crítica y editora Tawny Moreno Baloco fue la encargada de conducir lo previsto, un tema literario. La Cueva, con sus paredes llenas de historia fue testigo de la prosa sencilla, clara y coherente que utilizó el literato ante las propuestas y/o preguntas de la conductora; y así, la audiencia captara el misterio policial de “Crímenes de Provincia” que para el autor fue todo un largo y proceso creativo, un viaje que duró alrededor de 20 años.

Al final, Pedro Badrán, autor de varios libros de cuentos y novelas respondió con categoría de creador de ficciones y argumentador de realidades, las preguntas categóricas de los asistentes, porque los atrapó, como si fuera un detective, con la verdad de “Crímenes de Provincia”.  

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Carnaval Internacional de las Artes: tremendo espacio para vivir el arte, la cultura. Donde se aprecian eventos que van desde la literatura hasta la música, pasando por la culinaria. Y ellos ahí, observando que no se escape nada de la programación, de la logística. Son el escritor y gestor cultural sucreño Miguel Iriarte. Director de la Fundación La Cueva; y Carlos Polo, escritor y periodista, apoyados con un gran equipo de colaboradores. Sin olvidar, a la insigne presentadora, que con su llamativa voz de inmediato atrapa a la audiencia: Shirley Campillo.

Barranquilla, orgullosa, con cinco días de espectáculo vivió una reflexión.