La bailarina barranquillera Klemcy Salza Arrieta, gestora cultural migrante en Colonia, Alemania, cumplió periplo cultural por 5 sitios del mundo y el relato sobre trajines con toque humano del mismo lo hizo ella al director.
MIGRANTE INCANSABLE
El periplo de Klemcy
Colonia-Bogotá-Barranquilla-El Banco, Magdalena… Y El Banco-Barranquilla-Bogotá-‘Franckfurt-Colonia
Por José Orellano
Llegó a Bogotá procedente de Colonia, Alemania, el domingo 18 de septiembre, y, a como diera lugar, teníamos que vernos.
No fue en el teatro ‘La MaMa’ como se había programado inicialmente para el lunes 19 —tarde-noche invernal, no coincidimos en el punto de encuentro, aunque ella estaba allí y yo llegué hasta allí—, pero sí había de ser cinco días después, antes del mediodía, en el Juan Valdez al aire libre del tercer piso del CC Titán Plaza.
—Padre mío, gracias por este encuentro —me dijo Klemcy Salza Arrieta, empedernida migrante. Y, fundidos en cálido abrazo, nos declaramos en perenne amor filial. Tal como lo recoge el video que nos hicieron y que ha circulado en redes.
Comenzado en Alemania, había de transcurrir para ella el periplo cultural Colonia-Bogotá-Barranquilla-El Banco, Magdalena… Y El Banco-Barranquilla-Bogotá-‘Franckfurt-Colonia, donde reside hace años.
Un periplo más, para esta migrante cultural: serían 22 los días que había de gastarse en ese recorrido.
En el Distrito Capital, Klemcy había de estar hasta el 25, bajada en casa de su amiga Francy Hernández, directora administrativa del teatro ‘La Mama’, y con quien se conoce desde hace 27 años…
—Realmente mucho tiempo de confianza mutua, aunque hayamos discutido algunas veces —me dice—. Tú bien lo sabes: soy súper terca y a veces un poco acelerada y entonces, cuando estoy en Colombia, me doy cuenta, sobre todo, de que nuestro ritmo de vida es totalmente otro.
Estacionada por cinco días a 2625 metros más cerca del cielo, se pondría al tope con las actividades culturales, pero también había de tener tiempo para verse con varios amigos y evocar los años finales del decenio de los 90, sus primeros años como bailarina —Zajana Danza, 1997 al 2001, el maestro Jorge Tovar—, antes de extender alas y salir a volar por el mundo.
Estando en esas, a Klemcy le llegó la noche del domingo 25 de septiembre —exactamente 194 años después de la fallida conspiración septembrina contra el presidente Bolívar— y en el aeropuerto Eldorado se disponía a retornar, cinco años después, a su terruño.
Klemcy cuenta: “Mientras vuelo rumbo a Barranquilla, vienen a mi mente infinidad de pensamientos y de mí se apodera la nostalgia al saber que ahora cuando me baje del avión en el Ernesto Cortissoz no me esperan mi madre ni mi padre ni mi hermano mayor, los tres reunidos ahora en la Eternidad. No es fácil, pero me llena de alegría encontrar a mi sobrino Yasinth Salza Serrano, un joven súper piloso, muy inteligente, que me recuerda mucho a mi hermano Alexis, todo sereno, pausado, quien siempre me infundía la sensación de tenerlo todo bajo control”.
Y en ese momento, Klemcy no puede evitar creer, con certeza, que las características de su sobrino no son solo herencia del padre sino “legado de más arriba, de mi madre Narcisa Arrieta Español”.
El vuelo de Barranquilla-Bogotá tarda una hora y algunos minutos más. Para mi hija putativa fue relativamente un vuelo tranquilo. “Una tranquilidad que se interrumpe una vez te bajas del avión, tomas autopista y llegas de retorno a Barranquilla, mi descomplicada ciudad cuyos habitantes hablan rápido y en voz alta, lo que para las costumbres europeas es un tono muy elevado. Como es de suponer yo amo todo esto. Y tras mis 30 años ya fuera de mi terruño, no dejo de extrañar nuestra forma de hablar —abierta, espontánea— y muchas cosas más”.
Klemcy llega a su casa en el suroccidente de Barranquilla y tiene que enfrentar un vacío enorme. “Veo los libros de mi padre, algunas plantas que quedan del gran jardín que tenía mi madre, su adorado palo’e níspero, su fruto, el cual me gusta muchísimo, especialmente en jugo con leche, qué delicia. Y también se yergue el palo’e torombolo, que ese fruto sí para nada me gusta”.
Allí en su casa, Klemcy entra en una fase de quietud y reflexión y siente el vacío propiciado por la ausencia física de tres miembros-complemento de su núcleo familiar: padre, madre y hermano mayor. “Pero no me siento triste, así de extraña es mi sensación. No me dan ganas de llorar ni nada…”.
Había de contarme que seguidamente se dio una ducha, se ‘empijamó’ y se quedó en su habitación pensando en cuanta-cosa debía hacer el lunes. “Pero ese lunes, a diferencia de lo que había pensado y organizado, nada hice, preferí quedarme en casa. Me bebí mi café, leí un par de temas y me puse a organizar algunas cosas en el patio”.
El martes quiso ir al cementerio, pero en Barranquilla llovió todo ese día, y no pudo cumplir su deseo de visitar a sus muertos. “Aproveché para trabajar en la organización del nuevo vídeo institucional de la fundación, al cual invita todos a que lo vean”.
El miércoles seguía lloviendo en la capital del Atlántico, pero Klemcy ya no podía seguir encerrada en casa, tenía que salir a hacer diligencias. “Una de ellas, recibir del abogado Ángel Guzmán los documentos por medio de los cuales mi madre había dejado la casa paterna a nombre mío”.
Y Klemcy sigue con su relato: “El jueves 29 de septiembre, a las 7:30 de la mañana, me recogieron para ir a la Aduana, donde realizaríamos nuestro vídeo”.
Este día, por vez primera desde cuando se instituyó ‘Arte en paralelo-Resiliencia en movimiento’ había de conocer, presencialmente, a casi todo el equipo de producción de la fundación. “A la única que conocía personalmente era a Carmen Sanjuan Meléndez, ‘La Carmen’; al resto del grupo, no”, dice. Y se refiere a Yenis Muñoz, Miguel Púa, Cindy Ramírez y Emir Lara, a quienes había tratado, durante más de dos años, por internet.
“Yo estaba súper emocionada. Cuando vi a Cindy, fue hermoso, ella es una chica súper tímida, después llegó Emir con sus cabellos rizados y esa voz que emociona —ha llegado al grupo para enriquecer nuestro trabajo— y, por último, Migue, que es como un abuelito, muy sabio y nos hace reír mucho”.
Esta vez, Klemcy y su combo la pasaron ‘súper genial’, juntos desde las 8 de la mañana hasta las 11:00 de la noche: serían 15 horas de trabajo continuo en la grabación, realización y producción del vídeo, actividad que los había llevado a que en horas de la tarde trabajaran en Casa Cofradía Teatral dirigida por Nibaldo Castro. Estando aquí, al grupo se sumaron Yenis Muñoz y ‘La Carmen’.
Los otros días habían de ser de muchos encuentros, invitaciones a almorzar, reuniones de trabajo y más, pero a la cama se iba a las 10 de la noche. Aunque no quería, despertaba a las 6 y media para que el día le rindiera.
Así, hasta el 12 de octubre. El 13, en horas de la mañana viaja con Cindy Ramírez a El Banco, Magdalena, y el resto del equipo lo haría el 14 en la madrugada.
“Fueron 4 días de cumbia, durante los cuales pude compartir con grandes maestros. Yo estaba en el festival como jurado internacional y mis colegas de trabajo fueron Roberto Ramírez Ocampo y Edelmira Massa Zapata hija de la maestra Delia Zapata. Elegimos a la Emperatriz Nacional de la Cumbia María Fernanda Hernández.
—Imagínate ese banquete cultural, con grandes maestros de esta expresión rítmica y folclórica colombiana, la cumbia, música y danza, en idílico escenario: El Banco, el viejo puerto del maestro José Benito Barros Palomino.
Presente Klemcy en El Banco y presente su equipo de producción hubo transmisión Facebook Live, como si fuera una emisión más de ‘Arte en Paralelo-Resiliencia en movimiento’.
La noche del lunes 17, festivo, la polifacética artista volvió a Barranquilla y al día siguiente, 18, voló de regreso a Alemania, para asistir entre el 19 y el 23 a la Feria del Libro de Franckfurt, uno de cuyos actos fue la presentación del libro ‘Franckfurt, Territorio literario’ y del cual ella, Klemcy, es uno de los personajes exaltados por su obra.
Ahora, mi hija putativa está en Colonia y desde allá me informa que ya tiene lista la programación cultural de su fundación ‘Klemcy Salza-Arte com idiomas’ para 2023. Un hecho que, junto con otros, divulgamos como piezas gráficas ilustrativas del registro del periplo cultural de Klemcy, entre septiembre y octubre.