Ha fallecido, a sus 102 años, el incomparable cronista deportivo barranquillero Chelo De Castro C. y El Muelle Caribe rinde homenaje a su memoria publicando una entrevista que le hizo Edgardo Caballero hace cuatro años.
CHELO DE CASTRO C.
Legado: «Pregunta pringamosera»
75 años activo en el periodismo deportivo, con cierre paradigmático a sus 102 años de edad al fallecer…
Nota del director: Cuando, hace cuatro años, don José Víctor de Castro Carroll —mejor conocido en el mundo periodístico como Chelo de Castro C.— cumplía 98 de vida, el amigo presentador y periodista Edgardo Caballero Gutiérrez entrevistó al legendario cronista deportivo. Este creía que no llegaba a los cien… Sin embargo, anduvo hasta los 102 y escribió hasta los 100 —así lo confirmó uno de sus hijos—, como, en 2018, se lo había ‘profetizado’ en una pregunta su entrevistador. Tras el fallecimiento de don Chelo el pasado lunes 20 de junio, en la presente actualización se reproduce aquella entrevista que había sido publicada en El Muelle Caribe. Este es nuestro homenaje al incomparable periodista, paradigma de la ética profesional y de la moral y autor de la expresión “pregunta pringamosera”, un legado para las nuevas generaciones del periodismo, no hay duda. En la imagen destacada de este módulo, octubre de 2017, tomada de https://capsulas.com.co/, el periodista paraguayo Gabriel Cazenave, de la Asociación Internacional de Prensa Deportiva, AIPS, le hacía entrega a Chelo de Castro C., a sus 97 años, del premio ‘Una Vida en el Deporte’, y junto con Estewil Quesada, de la Asociación Colombiana de Redactores Deportivos, Acord, seccional Atlántico, que entregaba pergamino exaltando los valores personales y profesionales de don Chelo.
Por Edgardo Caballero Gutiérrez – Especial para El Muelle Caribe
Transcurrían los años setenta y mi carrera como locutor y periodista comenzaba en la Voz de la Patria 1310 AM, ‘La emisora de la tonalidad perfecta’ propiedad de la familia Vasallo Gómez.
Las estrellas de ese entonces en la radiodifusión barranquillera eran, Marcos Pérez Caicedo con su radio-periódico Informando, Edgar Perea en el futbol, Tomas Barraza, Roger Araujo, Efraín Peñate Rodríguez, Ventura Diaz Mejía, y el gran Gustavo Castillo García, entre otros. Era la época de la competitividad radial en Barranquilla y tuve la fortuna de ser de los últimos locutores parte del staff de tan prestigiosa emisora. Y también don Chelo de Castro y su ‘Desfile Deportivo, programa matutino que se emitía todos los días, a partir de las 7:30 de la mañana, y en horas de la tarde, al ángelus, y se denominaba igual: ‘Desfile Deportivo’, pero con un agregado: la especificación de que era un ‘suplemento’.
Habían transcurrido más de cuatro décadas y siempre había soñado con entrevistar al gran maestro, Chelo, quien había de acuñar para el periodismo, tanto el general como el deportivo, la expresión «pregunta pringamosera», alusiva a esos interrogantes que llevan los efectos de la pringamosa, la planta semi-silvestre, urticante, ‘dañina para el humano’, debido a que provoca dolorosas alergias con el solo contacto… «Pregunta pringamosera», a la postre, un legado que nos deja don Chelo.
Deseaba entrevistarlo, sí, y llamé a ‘Chelito’, el mismo que popularizo el Joe Arroyo en una de sus canciones, ‘Chelito’ me dijo: “Llámalo a la casa y pregúntale porque tú sabes que el viejo es cabrero y ha estado achacado de salud”. Así lo hice, y me dijo: “Qiubo mijo, estoy un poco achacado pero pasa mañana por la casa y conversamos”.
Llegué, según lo acordado, a su casa en el viejo Prado. Doña Judith, su esposa, me invito a pasar a la sala de televisión y él estaba sentado en el mecedor esperándome.
Luego del saludo afectivo como siempre, le dije, como me ha dicho el dermatólogo, “vamos al grano”.
—¿Abusando de sus recuerdos, hablemos de los V Juegos Centroamericanos y del Caribe realizados en 1946, a un año de sus inicios como Periodista Deportivo?
«Yo comencé en 1945, pero un poco antes ya estaba ejerciendo en el semanario ‘La unidad’, de Armando Zabaraín. Me llevó Marco Aurelio Vásquez, “Niño Yeyo”. En esas justas hubo una cantidad de lanzadores extraordinarios y un juego empatado a una carrera que no se pudo definir porque el estadio Tomas Arrieta no tenía ni techo ni luz artificial y ese duelo de serpentinas, entre el lanzador colombiano… Se toma su tiempo buscando en el libro de sus recuerdos y me dice, en tono triste: «Esa es la vaina, el problema de la memoria»… Y sale en la búsqueda de esos momentos vividos en el Tomas Arrieta, tratando de encontrar los nombres que se han quedado difuminados en el tiempo. Retoma la idea y me dice: «Primero ‘Petaca’ Rodríguez venció en el primer juego a Cuba, siendo el mejor pitcher del torneo».
—¿En los Juegos Centroamericanos y del Caribe el béisbol ha sido el deporte rey?
«Había dos deportes, el béisbol y el futbol y en ambos equipos Colombia clasificó campeón. Un duelo inolvidable se realizó en el diamante tomasino, entre Petaca “por Colombia y el pitcher Wayubín Olivo de República Domicana. Llegando al final del encuentro los dominicanos no tenían pitcher cerrador y optaron por no salir al campo y se fueron del estadio, razón por la cual el comité organizador decidió que la selección colombiana fuera campeona del torneo, pero de una forma poco práctica, poco elegante: en un estadio vacío, hacer la formación para que los declararan ganadores. Y en futbol, creo que Colombia ganó la final, creo que fue a Costa Rica. De tal manera que nuestro país ganó oro en los dos deportes de conjunto más populares: futbol y béisbol».
—¿Cuándo y dónde se fundó su programa ‘Desfile Deportivo’?
«En Emisora Atlántico, pero de allá salí de pelotera con el dueño de la emisora que nunca tenía un contador para liquidar las pautas comerciales… Salimos de pelotera y me fui para ‘La voz de la patria’ y allí duré 40 años».
—¿‘Desfile Deportivo’ nace en compañía de otro de los grandes del béisbol y el periodismo en Colombia, Mike Schmulson?
«Sí, en 1953. Después Mike se fue a estudiar a los Estados Unidos y yo quedé solo en el programa y lo sostuve solo durante tantos años».
—¿El trio Mike Schmulson, Marcos Pérez Caicedo y Chelo de Castro a qué países fueron y a qué eventos?
«En compañía de Marcos Pérez yo fui a la pelea de Monzón con Mantequilla Nápoles, el 9 de febrero de 1974, en la zona de Ville de Puntaux, en las afueras de Paris. Comenté esa pelea ganada por Monzón por knock out técnico, porque el cubano no salió para el séptimo round. Yo entrevisté a ‘Mantequilla’ y me dijo que Monzón lo que hacía era meterle el pulgar en el ojo derecho, aprovechando el mayor alcance. Esa fue una gran pelea hasta el sexto round cuando tiraron la toalla. También estuve en diversas ocasiones en los Estados Unidos, en compañía de Mike Schmulson, claro. Comenté varias peleas allá. En fin, esa fue una época valiosa en la vida periodística mía».
—¿Su concepto sobre Muhammed Ali?
«Tú sabes que yo sostuve siempre que Alí no era el mejor boxeador de todos los tiempos. Estaban Joe Louis, Jack Dempsey, Jack Johnson, boxeadores que le hubieran ganado a Alí. Yo estoy convencido de eso…».
Hace una pausa e intenta recordar una pelea de Ali con…. De nuevo me mira, y me dice: «A mí me robaron documentos de boxeo y el álbum de boxeo y perdí la fuente de consulta que yo tenía, valiosa para todos los tiempos».
—Antonio Cervantes ‘Kid Pambelé’, ¿qué concepto le merece?
«El mejor boxeador colombiano, no tengo la menor duda de eso. Un hombre de pegada seca, fuerte, y no era un boxeador técnico, pero los contendores no lo castigaban, no podían castigarlo. En fin, Pambelé, para mí, ha sido el mejor boxeador de nuestro país en todos los tiempos».
—¿Qué piensa del cambio de nombre a los escenarios deportivos en Barranquilla?
«En Barranquilla no se construía un estadio que no lo pusieran Municipal, el estadio municipal tal, el de la 72 por ejemplo. Lo de ‘Romelio Martínez’, es de mi autoría, la idea es cambiar los nombres de municipal por los de grandes deportistas de la Barranquilla de los viejos tiempos. Romelio fue alero izquierdo del Sporting y de la selección Atlántico, gran jugador y gran señor, además bachiller del Colegio Americano y profesor del mismo colegio. Era una persona culta e hizo un gesto comentado por mí y se lo he puesto en conocimiento a muchos periodistas. Cuando Magdalena y Atlántico jugaron por primera vez en el campeonato nacional de futbol en Barranquilla, la selección de nuestro departamento llegó descuadernada. Primero, un jugador antioqueño había lesionado gravemente a Gabrielito Diazgranados y este no volvió a jugar nunca más, y, ultimo José Escorcia, gran arquero, estaba concentrado para los juegos nacionales y había salido de pelea con un jugado, cuyo nombre no recuerdo, y de una patada lo mató y lo pusieron preso. De tal manera que Atlántico fue a ese torneo con esas dos fallas».
—Usted tiene la bicoca de 98 años, ¿será que escribe su último artículo cuando cumpla 100?
Suelta una carcajada y me dice: «No, yo no creo llegar a cien años. Me siento bastante quebrantado, bastante enfermo. Yo nací con una enfermedad que llaman Vértigo de Menier, incurable, hasta ahora no ha podido ser curada por la ciencia médica. De tal manera que esa enfermedad va y viene y cuando viene lo ataca a uno con mareo y con una serie de secuencias graves. Entonces yo, ya no estoy en condiciones, pero creo que con 98 años he luchado mucho».
Doña Judith Vásquez de De Castro lo mira con el amor del primer día, y descubro que la memoria externa de don Chelo es ella, con quien formó un lindo hogar de 7 hijos, 5 varones y 2 mujeres. Y han compartido los últimos setenta años de sus vidas, juntos.
Ahora hablamos de la forma en que dejó de fumar: cuando su hija le dijo “papi, quiero ser optómetra”, él cogió el paquete de cigarrillos con los cerillos y los hechos a la caneca de la basura. Un compañero, jocosamente le dijo: “Ahorita te veo comprando otro paquete y te voy a esperar para tocarte el hombro”… Entre risas, don Chelo me dice: «Hace más de cuarenta años y todavía me está esperando». Y el benemérito señor vuelve a sonreír.
En este momento, la entrevista se convierte en un dialogo entre amigos y regresamos a los estudios de ‘La voz de la Patria’, cuando siempre antes de comenzar ‘Desfile Deportivo’ —después de Marcos Pérez—, él desconectaba el teléfono, le ponía seguro a la puerta y tocábamos temas de familia, como el caso del último de sus hijos, Darío, que lo quería volver loco tocando acordeón y otros instrumentos en su casa… Hoy, Darío es el popular ‘Chelito de Castro’, músico de reconocida fama internacional.
Ahora, la respuesta del maestro Chelo, no se hace esperar: «Él nació con la música en el alma y en el corazón. Es un gran músico, de gran significación para nuestra familia. Ahora es un director de orquesta que la contratan en diversas ciudades colombianas y el exterior.
—¿Ha visto los partidos de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018?
«Por cuestiones de salud no he podido asistir, pero los he visto por televisión. Lo triste de nuestra selección de béisbol, es que pierde con Panamá, que era una ‘anchovita’ que teníamos nosotros. No ganaban nada, pero mira hoy: la ‘anchovita’ nos ganó.
Y ya para terminar le pregunto…
—¿Pelé para Chelo de Castro?
«Ese fue un extraordinario jugador. La marca de goles que él estableció: un mil doscientos y pico de goles, es imbatible, no hay esperanza de que un ser humano supere ese récord de Pelé, no es posible. Yo vi a Pelé Jugar en el estadio Romelio Martínez una noche que vino el Santos y me di cuenta de que todo el equipo jugaba para él, para que siguiera haciendo goles… Y hablando de goles, a ‘El flaco’ Roberto Meléndez le vi goles violentos de larga distancia porque él, con la zurda, tenía un perrenque extraordinario. Y vi cuando Junior trajo a Heleno de Freitas, maravilloso jugador brasilero, superior a todos los demás que vinieron en esa época, pero era conflictivo, peleaba hasta con los dirigentes del Junior. Yo considero que Gabrielito Diazgranados fue el más completo delantero que tuvo el Junior, lo tenía todo: dribling, fuerza y gol.
José Víctor de Castro Carroll, el popular “Chelo” de Castro, Medalla de Oro en el periodismo deportivo Mundial, Carcamal que corre en la prueba 100 años planos de la vida.