Madonna y Guernica

Madonna y Guernica

Mauricio Salgado Castilla toca el tema de la aceptación y dice que son innumerables las situaciones en las que los hijos hacen esfuerzos absurdos —incluso cometiendo graves delitos— para lograr el reconocimiento de sus padres.

Madonna llorando y Guernica en Ucrania

Por Mauricio Salgado Castilla

Madona,  ‘No llores por mí Argentina’, imagen de https://hyunjiwoon.tistory.com/

El recuerdo de Madonna cantando ‘No llores por mí Argentina’, en 1996, trae una serie de emociones. En ese momento ella ya era un artista muyfamosa, conocida por su maravillosa voz y su capacidad de asombrar al mundo con sus vestimentas, actitudes y comentarios. Madonna definía cuál era el código de vestimenta y cuáles eran los temas a tratar, por eso el impacto al verla en los recientes Grammy fue considerable: era otra persona. No se sabe a ciencia cierta cuántos procedimientos quirúrgicos ha tenido, pero lo que sí podemos aseverar es que la mirada brillante, desafiante, triunfadora ha desaparecido.

Las noticias están inundadas por la catástrofe para la humanidad que es la guerra en Ucrania. Se pregunta si lo que está pasando es real. Se pensaba que este estilo de dramas humanos, ocasionados por una persona, habían quedado en el pasado. La ONU, la Unión Europea, la OTAN, el G20 y la misma globalización donde las empresas multinacionales como McDonald’s, Microsoft, Renault, Nestlé o Coca-Cola, habían creado una atmosfera donde los bombardeos a ciudades con niños, mujeres y ancianos —como lo sucedido a Londres, a otras ciudades europeas y a Hiroshima y Nagasaki en Japón durante la Segunda Guerra Mundial— eran ya inconcebibles.

Guernica de Picasso, imagen de https://www.aboutespanol.com/

Todas esas organizaciones tienen como objetivo preservar la paz, buscan que las personas tengan mejores vidas y que los conflictos sin importar la naturaleza se resuelvan de una manera pacífica. Por eso las imágenes desastrosas, alarmantes de las ciudades destrozadas, con cadáveres de niños y mujeres, nos recuerdan al más famoso cuadro de Pablo Picasso, Guernica, creado para recordar la devastación por el ataque que sufrió está población durante la guerra civil española a manos de la aviación nazi, al servicio de la dictadura de Franco en España.

Se preguntará: ¿Qué tiene que ver esto con Madonna? ¡Todo! Porque las personas que han logrado el tan anhelado triunfo ya sea artístico, político, periodístico —que han cautivado la atención del mundo—, se dejan manipular con valores errados  basados en la negación a envejecer o en la ambición desmedida, como la de Vladimir Putin, una persona que, de por sí, ha disfrutado de todo lo que la vida le puede dar: tiene familia, con dos hijas, riquezas más allá de lo posible, era reconocido en el mundo, recibido con todos los honores por presidentes y reyes, pero no fue suficiente.

Sueña con ser un Zar, un conquistador alegando una verdadera tontería para atacar a Ucrania, como lo es la de querer liberar al pueblo de un gobierno nazi y, así, atacar a civiles indefensos, destruir la infraestructura, atacar las personas en sus casas, en sus escuelas y hospitales. Vale la pena recordar que el presidente de Ucrania Volodimir Zelenski es judío, lo más alejado de la filosofía nazi.

Con que creencias y valores se educan las personas que buscan de diferentes formas ser otras, alterar su cuerpo, su imagen, tratar de ser cómo su avatar virtual trabajando muy duro para ahorrar, someterse a dolorosas y arriesgadas operaciones para ser “aceptadas”, para destacar y ser famosos, descubriendo finalmente que todo era una ilusión. Estas creencias son la base de los pensamientos que llevan a emociones y sentimientos que condicionan las actitudes y el comportamiento y se reflejan en el desempeño, en las familias, con los amigos, la pareja y en el trabajo.

Todos los seres humanos necesitamos ser aceptados, reconocidos por sus pares, en especial por sus padres. El más valioso activo de un hijo es saber que sus padres están orgullosos de él. Son innumerables las situaciones en las que los hijos hacen esfuerzos absurdos, incursionan en negocios riesgosos para lograr el reconocimiento de sus padres, sobre todo si son personas que han tenido éxito en la parte económica.

El caso Interbolsa -Fabricato es un ejemplo de esto. La historia se inicia con Rodrigo Jaramillo Correa, fundador de Interbolsa, que logró que las acciones de su empresa se cotizan en la muy emblemática bolsa de Wall Street en New York. Su hijo Tomas Jaramillo Botero, con todos los privilegios de educación, relaciones sociales y recursos, en compañía de los estafadores Alessandro Corridori de Italia y Juan Carlos Ortiz Zárate, que para el momento ya había sido expulsado de la bolsa de Bogotá, gestaron la manipulación de las acciones de la empresa textilera Fabricato, usando el reconocimiento de Interbolsa —para ese momento la firma número uno como corredora de bolsa en Colombia—, para mostrarle al papá que él podía hacer más dinero en menos tiempo.

¿Estafar a cientos de personas que confiaban en Interbolsa por ‘descrestar’ a papá? Parece una muy pobre excusa, pero él de por sí ya tenía una cuantiosa fortuna. ¡No hay otra razón! Qué pobres valores y creencias. Tomas Jaramillo, sin duda alguna, con una baja valoración personal, una pobre autoestima, encontró en los estafadores eco.

Rodrigo y Tomás Jaramillo… Por impresionar a papá.

Por muy absurdo que parezca esto, es la única excusa que pudo fabricar con urgencia. Todos los humanos del planeta soportan sus vidas en valores y creencias, dados por los padres, colegios, amigos, medios y sociedad.

El dinero o la fama no pueden ser las únicas razones para vivir. Con urgencia necesitamos que los educadores dediquen sus esfuerzos a desarrollar la autoestima, a propender porque sus hijos se valoren por lo que son, a ser solidarios, a encontrar satisfacción más allá del alcohol y las muy mal llamadas drogas recreativas y de los protagonismos efímeros.

¿Qué valores estas dejando en tus hijos, en tus estudiantes?

Imagen destacada de este módulo tomada de https://www.todojujuy.com/

@salgadomg