El río Teusacá desemboca en el río Bogotá a la altura del municipio La Calera. Innumerables son los esfuerzos que se hacen para que no vierta contaminantes al río Bogotá. Constructora Cusezar se suma a tal propósito.
Múltiples esfuerzos para que el río
Teusacá no contamine al Bogotá
La constructora Cusezar se suma al programa de preservación ambiental ‘La gran cuenca del río Teusacá’
Por Inocencio De la Cruz
El río Teusacá fluye desde el Alto Los Tunjos, a 3.560 metros rumbo al cielo, baja por los cerros orientales y la sabana de Bogotá, pasa por los municipios cundinamarqueses de La Calera, Guasca y Sopó y desemboca en el río Bogotá, en Cajicá, a 2.554 metros de altura.
Se integra a un edén, en el cual aun se respira aire puro, un extenso territorio tranquilo que sube hacia los páramos Chingaza, El Verjón y Cruz Verde, como fascinación para el avistamiento, la excursión y hasta la residencia si se desease vivir en armonía con la naturaleza, en una región inigualable.
Por estos días de octubre, el Teusacá soporta, sereno, las arremetidas de un invierno que no para y que, según expertos, a alcanzado tal estado como una consecuencia del cambio climático.
Ese río no ha escapado a dañinas acciones perpetradas por la mano del hombre, pero también hay gente preocupada por su conservación y a lo largo de los últimos años distintas entidades —con el aval y la participación de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, CAR— han desarrollado acciones para generar conciencia y cuidado sobre el afluente, de gran importancia para La Calera, por cuanto en este sitio privilegiado vierte su caudal al río Bogotá, al tiempo que abastece varios acueductos rurales.
A esas iniciativas ambientales que ayudan a la protección de ríos y bosques en la zona se ha sumado la constructora Cusezar, en el marco de un programa de compensación de 440 árboles en la ladera del río en La Calera.
Esa plantación de árboles hace parte del programa ‘La gran cuenca del río Teusacá’, liderada por Progresar E.S.P. en alianza con otras empresas como Cusezar, Espucal E.S.P., la Universidad de La Salle y Bosques y Semillas.
“En Cusezar hemos venido implementando la sostenibilidad ambiental en cada uno de nuestros proyectos y acciones con comunidades”, dice la gerente general de la constructora Susana Peláez. “De allí que adelantemos actividades de compensación ambiental inteligente para el beneficio de los ecosistemas impactados”, agrega.
De acuerdo con Andrea Santa, directora de cuentas corporativas de Babel Group-Sistema de Información, entre los 440 árboles sembrados en cercanías del proyecto ‘Entre bosques’ —localizado en La Calera— se encuentran especies nativas como garrocho, cedro, roble, mano de oso, corono espino, ciro, laurel de cera, velitas, guayacán y raque.
A estas 440 plantas se suma la siembra de otros 250 árboles realizada por Cusezar hace tres meses.
Como parte del programa de protección del río Teusacá, en el cual participan además de Cusezar otras organizaciones como la CAR, la alcaldía de La Calera y los bomberos, cada mes se está realizando una actividad de limpieza, mediciones de la calidad del agua, charlas pedagógicas, así como otras iniciativas ambientales.
Páramos, subpáramos y zonas de amortiguación están situados en La Calera bajo el concepto de zonas de conservación y sus potenciales son el agua y la biodiversidad, por ello el interés generalizado de preservar el río Teusacá, el cual debe estar cada vez más limpio a fin de facilitarle frecuentes sesiones de respiro, esfuerzos tendientes a evitar que este afluente vierta contaminantes al Río Bogotá.
En este paraíso existen aves como la pava de monte, el tucán de páramo y el halcón peregrino, así como el curí y el conejo, más una gran lista de insectos: la fauna, más la rica flora en la que habitan y todo un maravilloso entorno natural, a todo lo cual hay que preservar.
En todas estas iniciativas se ha contado con el acompañamiento de unidades pertenecientes al Ejército Nacional.