Rafa Manjarrez, compositor vallenato, refleja en ‘Ausencia sentimental’ y ‘Señora’ dos posturas sobre uno de sus oficios: una es un orgullo regional; la otra, un amor prohibido con dilemas éticos.
Rafa Manjarrez no se siente nada
orgulloso de su exitazo ‘Señora’
Por El Monje
Rafa Manjarrez, abogado y compositor, nos regala dos perspectivas distintas de su propio quehacer creativo, en canciones que han dejado huella en el vallenato: ‘Ausencia sentimental’ y ‘Señora’.
Cada una, emblemáticas, marca una postura diversa hacia lo que, como autor, considera que una canción debe transmitir, y cómo cada mensaje impacta en su conciencia.
Himno de la lejanía
‘Ausencia sentimental’, tema al que Manjarrez puede considerar como la mejor de sus composiciones, es más que una canción: es el himno que desde 1986 legitimó folclóricamente al Festival de la Leyenda Vallenata. En sus versos, el compositor pone en el centro de la canción el dolor de la lejanía, el amor por la región natal y la nostalgia profunda que siente quien, por esa vez, no puede retornar. La letra refleja una pena colectiva, una “ausencia sentimental” que se convierte en símbolo para quienes, desde lejos, añoran sus raíces y vivencias.
‘Ausencia sentimental’
Interpretación comercial en la mejor voz del vallenato: Silvio Brito.
El protagonista de la canción rechaza la invitación al Festival, aunque en el fondo desea ir; decide quedarse en la capital, sacrificando sus deseos por las limitaciones de su origen humilde y las responsabilidades que lo atan a la sede del festival: Valledupar. La fuerza de este tema, tan representativo, está en que hace palpables los sentimientos de distancia, desarraigo y compromiso que embargan a quienes viven lejos de su tierra y añoran cada detalle que los conecta a ella, desde las costumbres hasta el paisaje y las personas. Este mensaje ha convertido a ‘Ausencia sentimental’ en una bandera del Festival y del orgullo vallenato.
Manjarrez, al enaltecer su valor, reconoce en ella no solo un logro estético, sino una expresión de la identidad de su región, un mensaje digno de perpetuarse y con el cual se siente plenamente identificado. Una de sus canciones que le ha dado amplio reconocimiento como autor.
‘Señora’: pasión prohibida…
Rafa Manjarrez en declaraciones a periodista: “No me siento orgulloso del mensaje de ‘Señora’”.
Por otro lado, ‘Señora’ es una composición que despierta en Manjarrez sentimientos ambivalentes. En esta canción, cuenta su enamoramiento hacia una mujer casada y mayor, una historia cargada de pasión clandestina, mensajes en clave, miradas cómplices y un amor imposible. Pero a diferencia de ‘Ausencia sentimental’, esta no es una historia de orgullo para el compositor. Él mismo admite que no se siente contento con el mensaje, pues, aunque fiel a sus emociones de juventud, narra un episodio que ahora pudiera despertarle cuestionamientos éticos.
La letra de ‘Señora’ revela un juego de códigos secretos, encuentros furtivos y emociones que desafían la moral social y los preceptos familiares. Manjarrez trata de expresar la intensidad de una atracción incontrolable, con versos donde resalta la contradicción entre el deseo y el respeto a la “honra” y el “deber” hacia la familia de la mujer. Es una historia de amor que él, en retrospectiva, no considera digna de replicar o de promover como ejemplo en el género vallenato.
Este conflicto interno del compositor, quien es consciente de la fragilidad de la verticalidad cuando se deja llevar por sentimientos apasionados, es también una reflexión que invita al público a preguntarse sobre los valores y mensajes que la música vallenata transmite. A través de sus palabras, Manjarrez expone su remordimiento y distancia hacia un relato que quizá en el pasado le era atractivo, pero que hoy reconoce como cuestionable.
Dos reflexiones, dos posturas
En la voz de Otto Serje y el acordeón de Rafael Ricardo.
Con estas declaraciones, Rafa Manjarrez nos entrega un cuadro de su evolución personal y profesional. En ‘Ausencia sentimental’, ve el orgullo de una canción que une a un pueblo en sus recuerdos y en su identidad. En ‘Señora’, en cambio, observa un relato de decisiones emocionales que no quisiera celebrar.
En el contraste entre ambas canciones, Manjarrez nos recuerda que el vallenato, como toda expresión artística, es una extensión de la vida misma: un género que puede exaltar valores y sentimientos profundos, y al mismo tiempo, desnudar las pasiones y los dilemas humanos, por más controvertidos que sean.