Por Arq. Oscar Camilo Serpa Reyes…
Soledad, marzo 26 de 2022. “El futuro de la arquitectura está en lo que se hacía antes: en trabajar con lo que hay en cada sitio. La arquitectura debe involucrar a la gente y abandonar el egocentrismo. Con la gente involucrada, los diseños prosperan, con la obsesión no. El mejor mantenimiento es el entusiasmo, el reír en mi gente es el detonante para mantener la felicidad de existir y convivir con lo que la naturaleza nos ofrece, felicidad que en nuestro medio es una constante de vida y es temporal en otros países ostentosos que sucumben ante el consumo desaforado y la tristeza…”
Así conceptúa el tulipán negro de la lejana Gando en Burkina Faso y el primer africano arquitecto en ser condecorado, el 15 de marzo de 2022, con el máximo galardón de la arquitectura en el plano mundial, premio que otorga anualmente la fundación Pritzker a la excelencia y el compromiso de una arquitectura eminentemente social, ecológica y ambiental, que nos transforme en mejores seres para la convivencia y el desarrollo humano.
Diébédo Francis Kéré es el negro tulipán que se llena de gloria y fama con la distinción recibida. Descendiente de un jefe de pueblo del antiguo Alto Volta, que vio en el mayor de sus hijos la necesidad de prepararlo para que contribuyera a la permanencia en el tiempo de su hábitat de vida, conocido —a partir de su independencia del estado francés en 1960—, como Burkina Faso, que es una de las naciones menos educadas (la tasa de alfabetización según la Unesco es de 41,22 por ciento), más empobrecida del mundo (el índice de desarrollo humano, IDH, es del 0.452) y con una baja esperanza de vida (61 años).
Dio comienzo a sus estudios fuera del suelo urbano de su pueblo, a los siete años, por no existir una escuela en el entorno de su territorio. Es en la ciudad de Tenkodogo en su país donde empezó alimentarse del conocimiento de la educación primaria. En 1985 salió favorecido con una beca de carpintería vocacional en Berlín (Alemania), actividad de taller que desempeñaba en el día para continuar por la noche con sus estudios de secundaria. Estando en esta actividad educativa, se hizo acreedor, en 1995, a una beca para estudiar arquitectura en la Universidad técnica de Berlín, donde graduó con un título avanzado en 2004.
Para no perder conexión con su pueblo africano y siendo responsable con su privilegio ante la fortuna de ser educado, crea en 1998 la fundación “bloques de construcción escolar para Gando” a fin de gestionar recursos económicos y garantizar a los niños de su suelo natal el derecho a la educación en una infraestructura institucional óptima para la enseñanza. Es así como nace su primer proyecto, año 2001 —la sede de la escuela de primaria Gando—, levantada con la colaboración activa y decidida de sus coterráneos aportantes de mano de obra. Participaron de forma voluntaria en la construcción de cada parte de la escuela, desde el inicio hasta su finalización, para un pueblo que desconocía su propósito educativo. Este esfuerzo denodado entre el arquitecto y comunidad surte sus frutos en el 2004, cuando Diébédo Francis Kéré recibe un reconocimiento internacional por parte del premio Aga Khan de Arquitectura, el cual reconoce y otorga las diferentes menciones distintivas a los principales proyectos arquitectónicos, urbanísticos o paisajísticos de la esfera musulmana.
Antes de ganar el Pritzker 2022, existe a su haber un buen número de condecoraciones de reconocimiento mundial que fueron otorgadas a sus proyectos de arquitectura y urbanismo por organizaciones calificadoras de concursos internacionales como el Global de Arquitectura Sostenible de la Cité de l’Architecture et du Patrimoine, el Premio Arquitectónico Suizo BSI, el Global Holcim Awards Gold, el Schelling Architecture Award, el Premio en memoria de Arnold W Brunner en arquitectura de la Academia Estadounidense de Artes y Letras y la Medalla de la Fundación Thomas Jefferson en Arquitectura. Todas estas condecoraciones reconocen en él sus formas brillantes, inspiradoras y revolucionarias, las cuales deben forjar el papel de la arquitectura en contextos de extrema escasez, al igual que los enfoques correctos para la práctica arquitectural cuando se trabaja contra viento y marea.
La fundación Pritzker, por medio del jurado calificador, textualmente señala de él, en dos apartes del texto que lo proclama, que 1.- “El trabajo de Francis Kéré también nos recuerda la lucha necesaria para cambiar los patrones insostenibles de producción y consumo, mientras nos esforzamos por proporcionar edificios e infraestructura adecuados para miles de millones de personas necesitadas. Plantea cuestiones fundamentales sobre el significado de permanencia y durabilidad de la construcción en un contexto de constantes cambios tecnológicos y de uso y reutilización de estructuras. Al mismo tiempo, su desarrollo de un humanismo contemporáneo fusiona un profundo respeto por la historia, la tradición, la precisión, las reglas escritas y no escritas.”
2.- “Desde que el mundo comenzó a prestar atención al notable trabajo y la historia de vida de Francis Kéré, ha servido como un faro singular en la arquitectura. Nos ha mostrado cómo la arquitectura actual puede reflejar y satisfacer las necesidades, incluidas las necesidades estéticas, de los pueblos de todo el mundo. Nos ha mostrado cómo la localidad se convierte en una posibilidad universal. En un mundo en crisis, en medio de valores y generaciones cambiantes, nos recuerda lo que ha sido, y sin duda seguirá siendo, piedra angular de la práctica arquitectónica: el sentido de comunidad y la calidad narrativa, que él mismo es tan capaz de contar con compasión. y orgullo En esto, proporciona una narrativa en la que la arquitectura puede convertirse en una fuente de felicidad y alegría continua y duradera”.
Por los dones que ha creado a través de su trabajo, dones que van más allá del ámbito de la disciplina de la arquitectura, Francis Kéré es nombrado ganador del Premio Pritzker 2022.
Nota: La composición gráfica en la imagen destacada de este módulo y la fachada multicolor complementan el proyecto comunitario que impulsó internacionalmente al tulipán negro Francis Kéré.