Versos y reflexiones

Versos y reflexiones

Del director de MIBLOG El Muelle Caribe, segunda y última entrega de una recuperación de versos perpetrados y publicado en redes: líneas que son proyección del estado de ánimo del autor al momento de compartirlas.

Más versos y tres reflexiones

Versos y prosa de José Orellano… Imágenes bajadas de internet

«¡Aquí va el viejo!»

Ahí viene el viejo,
mirando lejos,
refunfuñando,
muy quedo,
declamando,
entre dientes,
murmurando:
«Días hace que te huelo
—sin verte, te huelo—.
«Creo que me quisiste abrazar
cuando,
ensimismado en el descuido,
crucé la calle sin mirar:
yo andaba por las nubes, como ido:
¡Y, desde cuatros llantas frenadas, un chirrido!
Entonces, ¡te olí…!
«Después…
volví a olerte anoche,
como acurrucándote en mi lecho,
y hasta diría que te percibí
colgada del techo:
¡No solo te olí, creo que te vi…!
«Creo, sí,
no estoy seguro,
solo sé que yo me adormecía
o dormitaba
y tú rondabas
y, burlona, te reías,
a carcajadas, te reías,
eras tú, ¡lo juro!
«Ángel o demonio,
¡lo que seas!,
me propongo atraparte
una de estas noches de insomnio…
Y sin personificarte,
ahora te lo digo:
creo que pronto…
muy pronto, dormiré contigo…».
Y allá va el viejo,
mirando lejos,
refunfuñando…
Y entre dientes,
enojado,
murmurando:
«¡Aquí va el viejo!
¡Aquí va el viejo!
¡Aquí va el viejo!».

Bogotá, soleada, D. C., junio 27/2019

Sin desembarrarla

Buenos días… Hoy amanecí pensando en lo bacano que es no posar de intelectual, porque se tiene libertad para decir cosas, sensatas o insensatas, embarrarla —sin detenerse a desembarrarla— y seguir pa’lante.

16 de julio de 2016

Días hay…

Días hay
en que sueños despiertos
truecan en crueles pesadillas…

Días hay
en que la luz del día
te golpea en intermitencias…

Días hay
en que odias estar despierto,
en que te agobia tanta inquina,
te saturan falsas melodías
y hasta acaricias la demencia…

Días hay,
son “días de días”,
¡y te hastías!,

¡hay días!
Mayo 23/2019-Bogotá, gris y fría, DC

No debemos llorar (¿?)

Dicen que los hombres no deben llorar… ¡Cretino el que lo cree!… Esta tarde, en solitariedad envuelta en sábanas de soledad, he llorado… ¡Lágrimas de hombre!… Sí: he llorado a moco tendido y casi convulso… Y mientras lo hacía, imaginaba los “caminos de polvo y arena, en medio de un aire que traía perfumes de mar…” que, en mis mocedades, cantaba Valen.

Su pasado de hoy

Lentamente se desliza
por los peldaños finales
de su pasado de hoy…

Escala sus últimas horas
bordeando abismos del ayer:
se va para no volver…

Rueda sin prisa,
sin pausas banales,
y en ese viaje me voy…
Bucaramanga, 31 de diciembre 2021.

Cura’e burro

Yo, naturaleza humana. En mis adentros, choque creciente de sentimientos y resentimientos: fue un rapto depresivo, para una cura’e burro. No tenía de otra sino ¡llorar! Lo hice y me alivié. Y así como se comparte en redes la alegría por un logro en el nivel o campo que fuere o por un buen momento recreativo y se cuelgan ‘selfies’ de instantes agradables, decidí compartir públicamente mi aflicción de ese momento de enredo mental-espiritual-evocativo… Estrambótico momento (¿?), exagerada mi actitud (¿?), no importa, porque después de que lo hice, descansé, ¡qué alivio! Entonces, comencé a reír como loco, yo solo, mientras me resistí a contestar, una que otra llamada al celular, no muchas, y me desconecté de la tecnología. Minutos más tarde me arrié a dormir (9:00 pm) hasta el sol de hoy. Domingo, y comienzo a andar los caminos que han de llevarme hacía la atención y edición de El Muelle Caribe…

Ese hombre que yo amo

Yo sí sé…
lo que es amar a un hombre,
genuino varón…
¡Vaya si lo sé!
¡Vaya, cuánto lo amé!
Y no me avergüenzo,
es más:
acabo de sentirlo,
de nuevo otra vez:
arrancándome
de mi sueño…
Sí, ¡me ha despertado!,
con todo derecho…
Por enésima vez,
he vuelto a sentirlo,
como real,
como tangible:
su aliento,
un arrullo en sus brazos de hombre,
fidelidad y lealtad
ante su voz de mando, viril,
sigue siendo mi héroe…
Le he preguntado:
“¿Cruzo el umbral,
sigo la dimensión 14/10/2002?”…
Me ha reprendido:
«Aun no… Debes esperar,
aun no: algo debes cristalizar»…
Se trata de ‘El coloso’,
mi amado coloso
desde el primer día en que lo amé…
Mi coloso,
hasta el día en que me dejó,
mi coloso,
a quien evoco hoy,
14 de octubre…
Mi coloso, sí, ¡mi coloso!
16 años después,
por otros estadios de su cosmogonía,
‘El coloso’ va,
pero, nunca lo olvido,
jamás se irá de mí,
¿Cómo dejar de amarlo?
¿como olvidar a papá?

El ojo del huracán

Estoy pensando en ese desgastado lugar común del periodismo digital: «Se encuentra en el ojo del huracán»… Lo he leído y escuchado cualquier infinidad de veces en diversas notas web… Por donde me ‘web-meta’ lo leo y lo escucho… Y es que celebridades de la farándula o el futbol, potentados y políticos, y en fin, cualquiera que la embarre… todos son ubicados en esa región meteorológica, cuando, por falta de rigor de estos —en la moral, en el sexo, en lo reflexivo, en el cuidado de imagen— cometen algún desliz en sus actuaciones y terminan siendo centro de polémica, debate o conflicto y se vuelven material para la ‘información subjetiva’… Mientras tanto, expertos en climatología precisan que el OJO es la región de condiciones meteorológicas, generalmente más calmadas —zona de relativa calma— que se forma en el centro de los ciclones tropicales fuertes, en los tifones y hasta en las trombas marinas o tornados… El ojo del huracán…

Liberación

La vio volar
en alas de liberación
y le dolió…
Ella escapó,
ella,
que era como su aliento,
como sus ojos,
como su oído,
como su extensión:
era su invento,
era su alma,
sus sueños,
en interminable danza,
incluso era pliegue de su corazón…
¡Era su esperanza!

La lloró…
A cada rato
la lloró:
largos ratos,
en tiempos sin reloj…
En verano y en invierno,
abrasado por el sol,
entumecido por la lluvia,
y de tanto en tanto,
en invierno permitía
que las gotas de cristal
estallaran contra su rostro
y su llanto…
¡agua lluvia se volvía!

La tierra rotó y rotó,
giro y giró,
y la herida sanó…
Hace poco,
en lejanías,
la oyó,
pero no la escuchó:
ella reía,
pero él no…
El propio amor de él,
también huyó…
Por fin,
en alas de liberación
y por la apretada hendija del olvido,
lo dejó partir:
a él solo le ha quedado,
¡el recuerdo del dolor!

20 septiembre 2018

Tus palabras

Soberbia bofetada
sin chasquido,
en tus palabras configuradas…
tus palabras,
que sonaron a ruido.
4 octubre 2021