Volver a los libros

Volver a los libros

Vamos con un breve registro de pasajes de la presentación del cuentario ‘En todas las orillas del mundo’ de Jairo Mejía Cuello, mientras nos preparamos para asistir a un clamoroso homenaje al poeta samario José Luís Díaz-Granados. Otro evento para ratificar que leer libros de papel es un placer.

‘EN TODAS LAS ORILLAS DEL MUNDO’

Ese “otro aquel que sueña y que jamás
despierta”, siempre entre aromas a libros

El jueves 17, clamoroso homenaje al poeta samario José Luís Díaz-Granados en un templo para la lectura y la escritura: el auditorio de la librería Ibáñez

Por José Orellano

Fue el último en llegar, pero la presencia de ese periodista, poeta y escritor antioqueño, abogado, dirigente gremial, exsenador y exministro de Estado, le dio un toque de más realce a la presentación del libro ‘En todas las orillas del mundo’ de Jairo Mejía Cuello.

Jorge Valencia Jaramillo había de ser el último en presentarse al acto, pero, unos minutos antes, a tal posición se aferraba el periodista y subsecretario en 1991 de la Asamblea Nacional Constituyente Mario Ramírez Arbeláez, los dos —Jorge y Mario— compinches en el ideario y la exposición literaria de aquella revista ‘Pluma’, ahora sin vuelo presencial, fuera de circulación desde hace más de diez años.

Reunidos en el auditorio de la librería Ibáñez, calle 37 número 19-07, barrio La Soledad en este Distrito Capital, familiares, colegas y amigos de Mejía Cuello compartieron, el pasado 3 de agosto, una velada cultural animada con palabras —palabras vivas— del gerente del grupo editorial Ibáñez Gustavo Ibáñez, del escritor cienaguero Fernando Denis, prologuista, y del autor del cuentario que se presentaba.

Al margen, pero en medio de un aroma a letras, nos permitimos informar que en ese templo para la lectura y la escritura —el cálido auditorio de la librería Ibáñez— se le rendirá homenaje, el próximo 17, al poeta samario José Luís Díaz-Granados. 

Volviendo inmediatamente al acto del jueves 3, hay que destacar un propósito de todos los allí presentes: sentir que, de una u otra forma, van involucrados en una cruzada motivacional que busca que se vuelva a los libros de papel… Volver a las librerías, más allá de una simple alternación con la lectura digital.

Abogado y escritor Jairo Mejía Cuello, sentando en la palabra para agrado de la asistencia a un
compartir que se direccionó hacia la motivación para la vuelta a la lectura de libros de papel.

Hablaba Jairo, quien no se ruboriza para expresar que “la literatura es mi vida”, que es la que pone en permanente ebullición productiva a sus 86 mil millones de neuronas.

El libro ‘En todas las orillas del mundo’ contiene 13 historias “impregnadas de magia y fantasía que, además, huelen a niñez”, como reza cierta dedicatoria de la obra. Una de esas historias no es de Mejía Cuello, sino de Fernando Denis —el prólogo— titulada ‘Entre la sombra y la revelación-Los cuentos de Jairo Mejía Cuello’, que a la sazón es un relato, a lo mejor indiscreto, mecido en una realidad fantástica.

Los cuentos de Jairo… que, según el prologuista, “caminan con el rumor de los vientos, con el desafuero de las estaciones, con el influjo malvado de la noche”.

Y agrega Denis: “En la mente de narrador está el entramado alegórico, el proceso creativo, pero también están la rebelión, la conspiración y el mito que lo impulsan a escribir con denodada irreverencia. Ha aprendido, como muy pocos lectores de Borges a husmear en los entresijos de la memoria, a sucumbir a los gramáticos embrujos de la historia y al sueño macondiano de darle una poderosa dimensión al Caribe. En sus cuentos hay una mezcla de realismo mágico y consuetudinario esoterismo que aflora con vehemencia a medida que su prosa nos envuelve, mientras que su suelta narrativa va avanzando en su largo comercio con las sombras. Sus personajes (algunos inolvidables) van marcando las pautas de un sinuoso destino, se van confundiendo lentamente de manera insalvable con la trama hasta que, en algún momento aciago de la lectura, sabemos que algo insólito está a punto de ocurrir. En ese momento, estamos perdidos…”

Denis había hecho lectura del prólogo —del cual se toma el anterior trozo— y había mantenido expectantes a los asistentes.

Ese “otro aquel que sueña y que jamás despierta” —Jairo—, con la aquiescencia del respetable, se sentó sobre la palabra y regaló un animado monólogo en medio del cual no podía abstenerse de hacer referencia a los amistosos conflictos de pareja que se dan por no estarse quieto en su loable interés de inculcarle al mundo, por medio de tertulias, que, en efecto, ‘Leer es un placer’.

Jorge Valencia Jaramillo —cualquier cantidad de años y como si nada—, Jairo Mejía Cuello, Fernando Denis y Gustavo Ibáñez
en el auditorio de la librería Ibáñez, cofradía para la presentación de un libro de cuentos.

La diferencia de horarios con diversos países hacía los cuales activa, desde Barranquilla, sus tertulias incentivadoras obliga a Jairo —que no encuentra forma de forzar su olfato a evadir el aroma de los libros— a ponerse al frente de los espacios a cualquier hora del día, inclusive en las madrugadas colombianas. Y es obvio que, a estas horas, su cónyuge le obsequie, en modo somnolencia, una ‘miradita muy especial’.

El cierre de la sesión del arte de “hablar con elocuencia” estuvo a cargo de Mario Ramírez Arbeláez, gabitólogo a morir y quien expuso recuerdos en torno a su amistad con Gabriel García Márquez. De los diálogos que sostuvieron, se atrevió a contar pasajes relacionados con los que pudieron haber sido los orígenes del título de la obra cumbre del cataquero premio Nobel, ‘Cien años de soledad’: la lectura de la novela política ‘Nostromo’ (1904) del escritor polaco-británico Joseph Conrad y de toda la obra de William Faulkner.

Mientras tanto, en el ambiente flotaba y quedaría flotando —intercambio de pensamientos Valencia Jaramillo-Ramírez Arbeláez— la intención de imprimirle dinámica a ‘Pluma’ y volver a ponerla a volar en la ruta de las letras nacionales.

Clamoroso

José Luís Díaz-Granados.

Así, pues, pasa nuestro registro en torno a pasajes de la presentación del libro de Jairo Mejía Cuello, mientras nos preparamos para otro certamen literario en el auditorio de la librería Ibáñez: el clamoroso homenaje al poeta samario José Luís Díaz-Granados. Será el próximo jueves 17, como ya está anunciado, y el acto —cuyos oferentes son el grupo editorial Ibáñez, Sképsi y la colección Zenócrate— pinta super interesante, por cuanto debe congregar a una pléyade de destacadas figuras de las letras colombianas invitadas a expresarle su aprecio al ilustre vate Caribe.

Esos convidados son —breves reseñas tomadas de la web— el poeta, ensayista y novelista William Ospina; la poeta, ensayista, crítica literaria y profesora de literatura latinoamericana y colombiana, autora de varias antologías de cuentos Luz Mary Girald; el narrador, poeta y ensayista Luís Fernando Macías; la abogada y doctora en derecho Constitucional, profesora de derecho Constitucional y derecho internacional Mary Luz Tobón, a quien le encanta escribir; el poeta, ensayista y divulgador cultural, figura destacada de la nueva poesía colombiana y una de las voces fundamentales de las recientes generaciones de poetas hispanoamericanos Federico Díaz-Granados, y la escritora por pasión y amante de la naturaleza Liliana Ramírez Tangarife.

También son invitados el poeta samario Carlos Julio Ramírez Campo; el abogado y escritor fundanense Jairo Mejía Cuello, el escritor cienaguero Fernando Denis y, como es de suponer, el gerente del grupo editorial Ibáñez Gustavo Ibáñez Carreño.

Allá nos veremos.