Ya empata afuera

Ya empata afuera

Uno a uno… Primero en Santa Fe de Argentina… Después, en Cali… Primero en Copa Sudamericana… Después, en Liga Bet Play… La ruta del empate, por la cual había dejado de transitar… Así es Junior…

Empate no es meta ante Fluminense

Por El Impertinente

Junior ya empata afuera de su cancha y eso es noticia, aunque no para grandes titulares. Pero sí para ‘impertinentear’.

Lo ha logrado en dos partidos consecutivos, uno de Copa Sudamericana y, el otro, de Liga Bet Play: Unión de Santa Fe, de Argentina, y Deportivo Cali, de Teófilo Gutiérrez, ‘El bocazas’.

Ha comenzado a sumar, en condición de visitante. Aunque lo barro de esto es que a Santa Fe de Argentina fue, por disposición técnica, a no querer ganar, sino a dividir honores con un equipo que, en nómina, no le llega a la rodilla al cuadro barranquillero. Y planteamientos así replican en la animosidad del jugador. Y se vuelven manía.

Borja, de nuevo haciendo goles.

Y más, en Santa Fe de Argentina: recibió un gol tempranero que mandó al traste la ‘estrategia’ de Juan Cruz Real, especuladora. Y para corroborarle al técnico su planteamiento, Unión de Santa Fe ni siquiera le permitió el esfuerzo de que empatara por sus propios medios, sino que el equipo local anotaría en propia puerta. Y san se acabó: ‘honores’ divididos: «Un punto pa’ti, visitante, un punto pa’mí, local». Todo en cuatro minutos: Federico Vera. El del gane, a los 2 minutos… El del empate, a los 6… Para estadísticas de récord y curiosidades.

Y en Cali, también remontó —1-1—, pero allí sí con gol de delantero: faltando poco para el pitazo final, Miguel Ángel Borja volvió a anotar. Y algún bofetón figurado le daría a Teo, que lo había insultado por su falta de goles en la Selección Colombia que no va a Catar

Y hay que resaltar el accionar de Mario Sebastián Viera, al atajarle penal, minuto 41, a Agustín Vuletick. El público pedía a Teo, pero al parecer este se acordó de aquellas pifiadas desde los 12 pasos con Junior y tuvo miedo. Viera acumula un impresionante récord de penales atajados como portero de Junior, puede estar llegando a los 25, si es que ya no superó ese número. Una frecuencia que lo convierte en ángel de la guarda de Junior.

Viera, siempre anti-pénal... ‘Ángel de la guarda’.

En todo caso, ya Junior está sumando —de a uno, pero sumando—, como visitante: en Copa y en Liga. Ese uno de Cali le permitió conservarse entre los ocho, de quinto con 23 puntos, que están más cerca de la clasificación a los cuadrangulares.

Este miércoles, el asunto ya toma otra dimensión. En el Metropolitano de Barranquilla no se puede salir a especular, a meter un gol y echarse atrás para defenderse. Se enfrenta a Fluminense y hay que mentalizarse para que, de arrancada, la llegada a la meta: el arco contrario perforado, sea repetida. Es hora de que las contrataciones — Fernando Uribe, Daniel Giraldo, Yesus Cabrera y Ómar Albornoz y hasta el mismísimo Borja— comiencen a dar más, que para afrontar con éxito las competencias internacionales fueron contratados.

El Impertinente espera que el público también haga parte de las sumas, que se tapen por completo los huecos que, desde mi poltrona en la sala de la casa, se aprecian por Win Sports-TV.

Hay que comenzar a creer en Junior. Ya, por lo menos, empata a domicilio.

El balón y los sueños

Por Esteban Jaramillo Osorio

Agotada poco a poco la retórica crítica a la selección, cierran las heridas. De nuevo el placer compensatorio de volver a los estadios y de seguirle la huella a la redonda.

El fútbol vive y vivirá por los futbolistas y los hinchas. Por la pasión al juego que no depende exclusivamente de los resultados, ni de la intransigencia emocional.

Al acostumbrado silencio de la dirigencia después de las derrotas, le llega como paliativo, el rumoreo sobre el nuevo entrenador, camino del engaño y de la especulación de habladores que inventan noticias y confunden. Embaucadores.

Entre tanto, lecciones de buen fútbol en las ligas europeas con choques de estilos y formas. Los que defienden como única alternativa y los que atacan con paciencia. Los que pisan y tocan el esférico y los que evitan zonas de congestión, con fútbol directo o pelotazos.

En medio de ellos Luis Díaz con sus travesuras que son costumbre. Adaptado, sin complejos de inferioridad frente a los retos de alto vuelo. Corre y gambetea sin importar la ferocidad de las marcas rivales. Celebridad de estadio, sin alardes de estrella.

Pasos firmes hacia La copa América femenina, motivo de redención para la selección Colombia, con ilusiones legítimas. Hecho el sorteo, falta el puntapié inicial para reactivar la pasión en las tribunas.

En las copas internacionales la mejor versión del deportivo Cali, con exhibición de ideas claras y estrategia seria, para silenciar a Boca Juniors, equipo con perifoneadores propios en la TV, que lo presentan como el mejor del mundo. En ocasiones es una comparsa.

La enfermedad infecciosa del desgano no apareció ni para Junior, en el empate contra Colón; ni para Tolima, a pesar de su derrota; ni para el Medellín, motivo de burlas por inclinar la rodilla frente a un modesto rival al que le igualó, con ausencia de fútbol.

Lucharon palmo a palmo, centímetro a centímetro, el terreno y la pelota. Tolima no pudo frente al gol por la maldición del último pase, frente a un rival, Mineiro, de robusta chequera y figuras dominantes.

La ilusión de ganar, no siempre es una utopía. Lindo el fútbol que a veces traiciona, en épocas aciagas, pero regresa exuberante. 

La imagen destacada de este módulo: Luis Díaz, adaptado y con sus travesuras que ya son costumbre.