Invento occidental

Invento occidental

“El Jesús conocido como fundador del cristianismo nunca pensó que estaba fundando nada, ni se pensó cristiano… un invento que se creó siglos después…”, del artículo de Alfonso Ramírez Campo.

Imagen de portada: Jesús en meditación, el Jesús cristiano que conocemos hoy no era ni de lejos el que se inventó occidente… Complementa el cuadro la Pachamama. Un algo va de ella al otro…

Descolonizar a Jesucristo

Alonso Ramirez Campo*

En historia uno de los errores más recurrentes consiste es extrapolar identidades fácilmente hacia el pasado de personajes míticos o históricos que fundaron formas de pensar o de ser en el mundo, como es el caso de Jesús.

En este articulo me baso en dos fuentes a propósito de la semana santa: la obra de Vicente Haya “Descolonizar a Jesucristo” y una conferencia del sociólogo puertorriqueño Ramon Grosfobel sobre ‘la cristiandad como fundamento teológico de la modernidad’, que alude claramente al título del presente artículo.

En primer lugar, Jesús conocido como el fundador del cristianismo nunca pensó que estaba fundando nada, ni se pensó cristiano, eso es un invento que se creó siglos después, más bien fue un disidente al interior del judaísmo en un lugar conocido como Palestina. El Jesús cristiano que conocemos hoy no era ni de lejos el que se inventó occidente a través del congreso de Nicea en los tiempos del imperio romano en cabeza de Constantino y su sequito en el siglo cuarto de la era común.

En torno a la Biblia se instaura la colonización que se hace desde la lengua que la traduce hacia la lengua de la cual se está traduciendo, sin tener los cuidados de respetar la cosmovisión de la cultura que origino la obra.

En segundo lugar, como bien lo expone Grosfobel basándose en la obra de Vicente Haya, Jesús en su época nombraba en lengua aramea a un ser divino con la denominación de ‘Alhaja’. Haya se puso en el trabajo de traducir la biblia original aramea directamente al castellano de manera contextualizada para hacer una aproximación del personaje en mención y desvirtuar la extrapolación propia de las traducciones como es el caso de la Biblia —la obra más leída del mundo—. Las diversas traducciones de la Biblia son problemáticas, porque se pierde el contexto y por ende el sentido original. El mundo ha leído la Biblia en diversas lenguas: del arameo al griego, del griego al latín y del latín a las lenguas modernas. En esta transición de traducciones comienza a desvirtuarse su sentido original y se construyen inserciones de otras cosmovisiones con otro problemita: se instaura la colonización que se hace desde la lengua que traduce hacia la lengua de la cual se está traduciendo, sin tener los cuidados de respetar la cosmovisión de la cultura que origino la obra.

En este sentido se producen extrapolaciones curiosas que nada tienen que ver con el Dios que se imaginaba Jesús como una energía cósmica creadora de vida con inteligencia, con el Dios de la cristiandad que nos representamos como un hombre blanco de mayor edad con barba blanca larga, que se parece más bien al Zeus griego, sentado en una nube blanca con un bastón en la mano que nos dice que si nos portamos mal nos golpea con el bastón y si seguimos haciéndolo nos envía al infierno.

Simbología: la Pachamama americana, la ubuntu africana y la taoística asiática.

Ese Dios occidentalizado nos viene de la cosmovisión griega cuya lengua no es semita como la aramea que tenía una visión holística de la divinidad sintetizada en Alhaja, como energía superior divina, creador de vida cósmica, biológica y humana que trata por igual a todos en su diversidad muy parecida —no obstante, a las diferencias de contextos— a la visión indígena de la Pachamama americana, a la ubuntu africana y la taoística asiática.

En esta dirección, todos los seres vivos son sagrados con minúscula y no hay ninguno con mayúscula —excepto su creador, alhaja en el decir de Grosfobel—, eso es más grande y holístico que ese señor griego de barba blanca sentado en una nube con un bastón que nos vigila y castiga.

Esta visión de Dios como energía cósmica de vida sagrada con inteligencia, fue asumida por profetas como Moisés, Jesús, Mahoma y los cristianos primitivos unitarios que propagaron el mensaje de Jesucristo, antes de que el cristianismo bajara del cielo a la tierra para convertirse en poder terrestre representado por faraones, reyes, emperadores y monarcas como representantes de Dios sobre la tierra.

…el cristianismo trinitario: hijo, espíritu santo y padre…

Llegado ese momento, los poderes terrestres se sacralizan y se presentan choques de poder entre Jesús y los seguidores de su mensaje con el emperador romano y la elite judía, siglos después se mantiene esa estructura cuando caído el imperio romano, la Europa occidental se feudaliza y aparecen pequeños feudos encabezados por pequeños reyezuelos que se presentan como divinos frente a los campesinos.

Comienza así la era del cristianismo trinitario que no acaba hoy, donde el padre, el hijo y el espíritu santo, en ausencia de Jesús crucificado por romanos y fariseos de su mismo pueblo, es reemplazado por dirigentes de todos los linajes.

*Docente del colegio Jorge Gaitán Cortés.

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