Fraude y castigo

Fraude y castigo

La caída por fraude de ‘El Macho’ Morón marca un antes y un después en La Jagua del Pilar-La Guajira. Ahora, el pueblo apuesta por transparencia y dignidad: Ivón Manjarrez.

Imagen de portada: Composición gráfica que simboliza la acción de la justicia contra quienes juegan con la ilegalidad. Por fraude en inscripción de cédulas que lo eligieron en 2015, fue condenado a más de 8 años de prisión José Amiro “El Macho” Morón Núñez, quien, a su vez, habaía sido destituido de la alcaldía de La Jagua del Pilar por doble militancia en la campaña de 2019.

EDITORIAL

Por Evo Matrix

La historia reciente de La Jagua del Pilar, ese pueblito encantador del sur guajiro, parece sacada de una tragicomedia política: una y otra vez atrapado en el ciclo vicioso de la trampa, la triquiñuela y la corrupción. Pero hoy, cuando la justicia da un paso al frente, y cuando la ciudadanía tiene en sus manos el poder de cerrar un capítulo oscuro, resuena con fuerza una verdad luminosa: el fraude tiene castigo… y la esperanza tiene nombre: Ivon Manjarrez.

El fallo condenatorio contra José Amiro “El Macho” Morón Núñez marca un punto de inflexión. Por años, Morón Núñez utilizó sus malas artes para convertir la política en un negocio personal. En 2015, como ahora quedó plenamente probado, ejecutó un descarado fraude en inscripción de cédulas: organizó —con un puñado de cómplices— un operativo para inscribir, en su municipio, votantes llevados desde Urumita, Villanueva y hasta de Valledupar, a cambio de dinero: $100 mil y $200 mil por voto, y de promesas que, como es natural en esos turbios arreglos, quedaron en el aire.

Pero la trampa tiene patas cortas, y hoy, finalmente, lo alcanzó el peso de la ley: cien meses de prisión domiciliaria —ocho años y tres meses— y de inhabilidad para ejercer, durante ese lapso, funciones públicas. Aunque no hay cárcel suficiente que repare el daño social y político causado, pero el mensaje es claro: la democracia no es un botín.

Encabezado de la sentencia que, por fraude, condena a diez años de carcel a José Amiro “El Macho” Morón Núñez.

El tatequieto a Morón Núñez se lo ha dado, en derecho, Cristian Camilo López Pontón, el juez segundo promiscuo del Círculo de Villanueva, la tierra natal del delincuente politiquero que impuso su ley, digamos que a la brava, en La Jagua del Pilar.

Ya antes, “El macho” había recibido otro tatequieto —esta vez, de manos de una mujer valiente: la magistrada María del Pilar Veloza Parra— cuando, el 25 de septiembre de 2024, el Tribunal Contencioso Administrativo, en fallo de primera instancia, lo destituyó como alcalde del mismo municipio, La Jagua del Pilar, por haber incurrido en doble militancia política. Había apoyado públicamente al candidato del partido Conservador al Concejo Wilmer Torres Nieves, a pesar de que la candidatura del ahora condenado fue avalada por el partido de la U. Esta sentencia fue confirmada por el Consejo de Estado mediante fallo cumplido el jueves 12 de diciembre de 2024, con ponencia del magistrado Pedro Pablo Vanegas Gil.

Increíble: José Amiro “El Macho” Morón Núñez, quien debía ser garante de la legalidad electoral, terminó siendo su peor enemigo. Y ambicioso, no se contentó con la primera vez sino que repitió. Y volvió a “ganar“. Y por una y la otra, cayó.

Ahora, en medio de este panorama de hastío y repulsa, otra mujer emerge como antorcha viva de esperanza: Ivon Manjarrez. Su candidatura a la alcaldía en las elecciones atípicas del próximo 18 de mayo es un grito renovador, una invitación a romper con “dos décadas de historia repetida y cansada”, como ella misma lo ha dicho.

Ivon Manjarrez, esperanza hacia el rescate de un pueblo.

No es casualidad que Ivon venga de una cuna que respira compromiso y poesía social: hija del abogado y compositor Rafael Manjarrez, conoce de cerca la importancia de la palabra empeñada y del compromiso con el bien común. Por eso, su lema de campaña —“Ven, gobierna conmigo”— no es un slogan vacío, sino un llamado a la co-creación de un gobierno verdaderamente ciudadano.

Frente a la estela de fraude y corrupción que deja atrás ‘El Macho’, Ivon representa una ruptura ética. No busca el poder para servirse de él, sino para servir. Propone, desde ya, prioridades claras: fortalecer el agro, impulsar el emprendimiento, generar empleo digno, desarrollar el turismo y, sobre todo, atender de verdad las necesidades de la zona rural, tan olvidada en los discursos y tan vital en la realidad.

Y no está sola. Cada vez, más jagüeros —de nacimiento o de adopción— se suman a su proyecto, entendiendo que la verdadera renovación no viene de cambiar de nombre a los mismos vicios, sino de cambiar de raíz la forma de hacer política.

Estas elecciones no son cualquier elección. Son un referéndum ético. Un juicio colectivo sobre qué clase de futuro queremos. O seguimos atrapados en el pasado, donde la política es una trampa y el voto una mercancía, o abrimos las puertas a una nueva etapa donde la política sea, por fin, un acto de servicio.

Fue en una, fue en dos, pero… la alcaldía de La Jagua del Pilar, ya no tiene a “El Macho”. Casa por cárcel por más de 8 años.

A José Amiro “El Macho” Morón Núñez la historia lo recordará como lo que fue: un operador del fraude. A Ivón Manjarrez, si el pueblo así lo decide, podría recordársele, más allá de ese pueblito primaveral, como la líder que puso fin a una era oscura, inaugurando una época donde gobernar no sea un acto de apropiación indebida, sino de restitución y justicia social.

El 18 de mayo, La Jagua del Pilar no sólo elegirá una nueva alcaldesa. Elegirá entre volver al pasado o apostar por la dignidad. Elegirá entre la corrupción ya desenmascarada o la honestidad que late en los sueños de una comunidad entera.

El fraude ya tiene su condena. Ahora, que la esperanza también tenga su triunfo.

“Después del 18 de mayo, día de nuestro triunfo, estaremos listos para gobernar, bajo preceptos legales, con honestidad y de cara a mi pueblo. Desde el primer momento. Vamos a priorizar el agro, el emprendimiento, la generación de empleo, el turismo y la atención real a la zona rural”, reitera Ivón en plaza pública y en recinto cerrado.