«Millos, ¡tu papá!»

«Millos, ¡tu papá!»

Lo gritan ahora y eso está-bien… Ganaron en franca-lid y son «Millos, ¡tu papá!», porque —lo reafirman—, «¡el supercampeón es uno solo: Millonarios! ¡La Superliga se queda en Bogotá».

Imagen de portada: composición gráfica que recoge a ‘El campín’ en medio de una noche bogotana triunfal, el escudo de Millos, la inscripción metálica de Campeón que se clavó en la Supercopa ganada y a uno de los símbolo de Junior, el tiburón, admitiéndolo: «Millos tu papá».

LA 3era. SUPERCOPA QUE NO FUE

Junior jugo bien, pero… (un final)

Por Inocencio De la Cruz

Álvaro Montero, el título lo lograron sus reflejos.

El que gana es el que goza.

Y por tal razón, Millonarios tiene hoy todo el derecho de apropiarse —sin pedir permiso— del grito de combate que Junior ha esgrimido desde hace 39 años: ¡Tu papá!, creación del extinto narrador Edgar Perea.

«Millos tu papá» se lee hoy en el banner exaltación de lo alcanzado en Superliga por el equipo dirigido por el samario Alberto Gamero, en la noche bogotana de este miércoles 24 de enero .

Millonarios Supercampeón, que el duelo entre dos técnicos samarios lo ganó, muy merecidamente, Alberto Gamero.

En el link https://twitter.com/MillosFCoficial/status/ —página web presentada como página oficial de Millonarios en X— se aprecia la composición gráfica aludida, en la cual, además de «Millos tu papá» se lee: «¡El supercampeón es uno solo y es Millonarios FC! ¡La Superliga se queda en Bogotá».

32 figuras caben en la composición, la cual les da alto relieve, junto con la Supercopa, a los rostros de Gamero y David Macalister Silva, los respectivos director técnico y capitán de campo, este último una muestra de pundonor y excelente juego en la cancha en que lo pongan a competir.

Banner o post de la emoción para gritar «Millos tu papá».

También son destacados los rostros del portero Álvaro Montero —le sacó el gol del empate a Jimmi Chará— y del defensa Andrés Llinas, otro baluarte en el cero que se mantuvo en la portería de Millonarios durante el juego de vuelta de la Supercopa. En esa composición había que resaltar al máximo, claro que sí, a David Macalister Silva —después del técnico—, porque en la final en ‘El campín’ jamás dejó de jugar para ganar, a pesar de las dos sesiones de ablandamiento que le propinaron José Enamorado, a quien el árbitro le perdonó la roja, y Walmer Pacheco.

A la sazón, Junior no jugó mal. En la cancha se dispuso el planteamiento anunciado por el técnico Arturo Reyes —tenencia de pelota y le funcionaba… le funcionó hasta el minuto 8 de la segunda etapa—, pero los errores en defensa que facilitaron los goles de Santiago Giordana, a los 53, y de Leonardo Castro, a los 83, con intervenciones de Macalister, lo derrotaron. Y, además, Chará se comió, al minuto 71, el del empate que, a la postre, era el gol del título, aunque hay que volver a reconocerle méritos al portero Montero. Esta fue la única llegada Junior a la portería contraria.

No hay que esconderlo, imposible hacerlo: las fallas —juntadas— de Víctor Cantillo, Jermein Peña, Homer Martínez y hasta Deiber Caicedo, que recién entraba, fueron las causantes del descache juniorista en la vuelta de la Supercopa.

Merecido titulo para Millonarios, pero en especial para Gamero, que ya acumula tres con el onceno albiazul: Copa, Liga y Supercopa y afina tácticas para irse a hacer historia en la Copa Conmebol-Libertadores. Muchos aplausos para Gamero, porque la hizo superbién, la supo jugar, a pesar de no contar con sus estrellas Daniel Ruiz —que está en los preolímpicos—, Juan Carlos Pereira, Juan Pablo Vargas, Luis Paredes, Jader Valencia, Sander Navarro y Samuel Asprilla, por lesiones. Santa Marta, terruño de Gamero, celebra el título.

Un sin nada y un con mucho… Víctor Cantillo, sin nada que aportarle al partido, y un David Macalister Silva, con aporte mayúsculo en el logro del título.

Así las cosas, pues, todo el derecho —derecho que da el triunfo— tiene Millonarios de gritarle hoy al mundo, aunque copiado de su rival: «¡Millos, tu papá!» y, de paso, rendirle homenaje a la memoria del negro Perea, creador, en 1984, de la frase cuando, durante una emisión del programa ‘La polémica’, se la espetó a Óscar Rentería tras una victoria de Junior 4-0 sobre América de Cali.

Un final

Por nuestra parte, hasta aquí llegamos… Seguimos amando a Junior y, enfundados en una réplica de su nueva camiseta, cada vez que juegue nos situaremos frente al televisor a vitorear o a parir… Y a insistir, a gritos destemplados, en eso que dice… «Junior, ¡tu papá!»… Nos sentaremos frente a las transmisiones de Win Sport, pero solo para disfrutar los partidos, se pierda o se empate o se gane… Se gane o se empate o se pierda…

Mejor dicho: este es el FIN —el the end— de estas notas que se han producido sin pretención(sic) alguna, solo por joder.