La tarde del 15 de octubre de 2024, tarde mágica en el Metropolitano de Barranquilla, Colombia fue arrolladora ante Chile: ganó 4-0, ¡goleó! Y gustó. Una crónica de Evo Matrix.

TARDE MÁGICA ANTE CHILE
Modo 3G: Colombia no solo
ganó, sino que goleó y gustó
Por Evo Matrix

El Metropolitano de Barranquilla fue testigo de una tarde mágica, una de esas que los amantes del fútbol colombiano han de guardar en la memoria como un tesoro.
Colombia —con camiseta blanca cruzada con el tricolor, 100 años de la FCF— le pasó por encima a Chile con un contundente 4-0 y demostró que el sueño de llegar al Mundial de Estados Unidos, Canadá y México 2026, deja de ser una utopía para acercarse a una realidad tangible.
El argentino Néstor Lorenzo y sus muchachos colombianos dejaron claro —este martes 15 de octubre de 2024— que la Tricolor no solo pelea por la clasificación, sino que cada vez se mentaliza más para llegar a ser gran protagonista de la justa orbital del balompié que, dentro de dos años, se disputará del 11 de junio al 19 de julio con 48 equipos, entre ellos Colombia, no hay duda.

En el ‘Roberto Meléndez’ la fiesta ganadora y arrolladora comenzó al minuto 34: un tiro de esquina fue la jugada surgida para que Davinson Sánchez cabeceara sin ver el balón —le pegó en la región parietal— que había sido testeado por Jeferson Lerma, quien superó a la defensa y cabeceó con destino al arco, tras cobro de James Rodríguez y su zurda mágica. La carambola de Sánchez desubicó por completo al guardavalla chileno y abrió la senda goleada.
Compacto, sólido en defensa y esta vez hasta con riqueza ofensiva, el equipo de Lorenzo no deja de tener en James Rodríguez al manejador de los hilos del juego con la elegancia de siempre. Cada toque suyo parecía orquestar una sinfonía, abriendo espacios. Y cuando llegó el segundo tanto, a los 52 minutos, el Metropolitano se encendió de nuevo. Fue obra de Lucho Díaz. James, el 10, había ganado el balón dentro del área chica chilena, asistió al guajiro, quien sin pararlo sacó un derechazo de una que dejó sin opción al arquero chileno. Era el 2-0 y Colombia empezaba a jugar como los grandes.

El festival de goles no terminó ahí. El segundo tiempo trajo cambios en la alineación, decisiones que demostraron el buen ojo de Lorenzo para leer el partido. Ingresaron John Jader Durán y Luis Fernando Sinisterra, y ambos respondieron con creces. Durán, ese joven que a su corta edad ya se codea con los grandes, se encargó de poner el tercero. Minuto 62, un pase filtrado que lo dejó mano a mano con el portero, y con la frialdad de un veterano definió de primera. El Metropolitano volvió a explotar, porque esa anotación era la muestra de que Colombia no aflojaba.
Y cuando el reloj marcaba el minuto 93, llegó la cereza del pastel. Sinisterra, con su habilidad para desbordar y su instinto goleador, no dejó de perseguir el balón tras haber perdido el mano a mano con el arquero y lo mandó al fondo de la red por un ángulo difícil, esa rendijita que se abría entre el vertical izquierdo y un defensor austral.
Era el 4-0 definitivo reconfirmado por el Var ante la posibilidad de que hubiera existido un fuera de lugar del extremo del Bournemouth de Inglaterra. Era un resultado que Colombia no había alcanzado antes. Un resultado que quedará grabado en la retina de todos los que vivieron esta tarde ganadora-goleadora en Barranquilla, indiscutida casa de la Selección. El abrazo entre los jugadores y el técnico en la línea de banda al final del partido era la imagen de un grupo unido, con una meta común.

Un paréntesis, para resaltar a Santiago Arias como otro gran destacado. Su despliegue por la banda derecha fue incansable, que no solo ha sido en este partido, sino que también lo fue en el difícil duelo en la altura de El Alto, Bolivia, donde Colombia cayó 1-0. Arias fue un muro en defensa y un avión en ataque, dejando sin respiro a los chilenos que intentaban frenar su avance.
En el minuto 86, James Rodríguez salió para recibir una ovación que parecía interminable y para dar paso a otro genio zurdo: Juan Fernando Quintero. ‘Juanfer’, con su magia intacta, no tardó en mostrar pinceladas de su talento. Control exquisito, pases que rompían líneas y una visión de juego que no se enseña, se nace con ella. Él asistió a Sinisterra para el último de la tarde.
Tanto James como Quintero en el mediocampo son un lujo que pocas selecciones pueden darse.
Con esta victoria, la Colombia de Lorenzo suma 19 puntos y se ubica en el segundo lugar de las eliminatorias, pisándole los talones a Argentina, el líder. El sueño mundialista está más vivo que nunca, y la Tricolor se perfila como uno de los equipos que puede dar la sorpresa en 2026. No es solo la tabla de posiciones lo que ilusiona, es la manera en que se juega, la conexión entre los experimentados y los jóvenes, la convicción de que se puede aspirar a algo grande.

El final del partido fue una fiesta, una celebración que se extendió por las calles de Barranquilla. En cada esquina, en cada rincón de la ciudad, se respiraba la esperanza de que esta vez Colombia no solo irá a competir al Mundial, sino que será gran protagonista.
Porque cuando se juega con el alma, cuando hay talento y hay equipo, todo es posible. Y esta Colombia, la de Camilo, Davinson, Santi, Lucho, Durán, Sinisterra, James, Juanfer y compañía, tiene todo para soñar. Ante los chilenos del argentino Ricardo Gareca, Colombia estuvo en modo 3G: ganó, goleó y gustó
El camino aún es largo, pero el 4-0 contra Chile es la prueba de que, en este sendero, nada es imposible. Y como diría ese barranquillero que con orgullo llevó la bandera en su espalda, “¡Que viva Colombia, no joda! ¡Lo demás es marimonda, carajo!”.
Crédito: Imágenes sacadas de publicaciones de Caracol – Comebol – El Colombiano – Colombia.com