¡A leer el cuerpo!

¡A leer el cuerpo!

FILBo: Por Evo-Matrix, crónica de feria, carne y tinta, con biblioteca nómada en su corazón… La Guajira canta, memoria despierta en un evento que se extiende, como cuerpo sin fronteras.

Imagen de portada: Dos ilustraciones tomadas de la programación de FILBo a fin de procurar el enlace desde la portada hasta esta página, que contiene informe por Evo Matrix sobre el certamen, el cual invita a leer el cuerpo.

INFORME

FILBo: “Las palabras del cuerpo,
una crónica de feria, carne y tinta”

Por Evo Matrix

El cuerpo se hizo verbo. Y el verbo se volvió feria.

Y así, este viernes 25 de abril Corferias abre sus compuertas como si fueran costillas de un animal fabuloso, dispuesto a recibir a los peregrinos de la palabra. En su interior, la sangre de los libros —la tinta impresora— circulará con prisa de lector apasionado, y cada pabellón ha de latir como un órgano autónomo, vibrante, plural. FILBo 2025 ha de comenzar. Y no hay retorno posible.

Durante 17 días, hasta el 11 de mayo, el Distrito Capital será un laberinto de tinta y voz. Más de 2.300 actividades intentarán lo imposible: capturar el alma del cuerpo, hablar su idioma, hacerlo palabra. Porque este año, la feria gira en torno a un eje temático tan físico como poético: “Las palabras del cuerpo”. Una provocación. Una excusa. Un llamado.

Vista nocturna del recinto ferial Corferias, escenario, durante 17 días, de la Feria Internacional del Libro de Bogotá. Tomada de https://corferias.com/

El pabellón de honor no camina, pero tiene ruedas en la memoria: España aterriza con su comitiva de 140 creadores bajo un lema que es declaración política y poética: “Una cultura para la paz, con los otros y con el planeta”. Traen consigo más que libros: traen acentos, traen siglos, traen resistencia. El homenaje a las bibliotecas rurales y ambulantes es también un canto al derecho de leer sin permiso, sin frontera, sin centro.

Se pasearán por ahí los nombres de Javier Cercas, Rosa Montero, Fernando Aramburu… Pero también suenan los ecos de los idiomas cooficiales: euskera, gallego, catalán, que traen sus propias voces, sus propias verdades. España no viene sola: viene desdoblada.

Entre los pasillos de Corferias, una Babel viva: Argentina con Andrés Neuman, Australia con McKenzie Wark, Cuba con Elaine Vilar Madruga, México con Yásnaya Aguilar, Portugal con José Luís Peixoto, Uruguay con Fernanda Trías, España con Mario Alonso Puig y muchos más.

Wark y su teoría transaustral, Aguilar traduciendo el mundo desde su mixe, Peixoto desplegando saudade, Trías pariendo distopías tropicales. De Colombia, los nombres ya son patrimonio: Piedad Bonnett, Laura Restrepo, Pilar Quintana, Juan Gabriel Vásquez, Héctor Abad Faciolince, Carolina Sanín, Margarita García Robayo, Antonio García Ángel. Pero también están los que vienen naciendo con tinta fresca. FILBo no discrimina edades ni trayectorias: lo que importa es que se escriba con el cuerpo entero.

Juan Gabriel Vásquez, Laura Restrpo, Héctor Abad y Piedad Bonnett… Y también Pilar Quintana, Carolina Sanín, Margarita García Robayo, Antonio García Ángel… Imagen tomada de la pagina web de FILBo. Se editaron los nombres para hacerlos legibles.

Este año, el homenaje territorial va para La Guajira. Un pabellón entero para esa esquina polvorienta del Caribe, donde la palabra se canta y la cultura resiste. Sesenta años cumple el departamento y lo celebra como sabe: con literatura, danza, fogón, y la fuerza viva de su tradición oral. “Sol de letras” se llama el proyecto que los trae, y el sol brilla, claro que sí, entre Wayuu y vallenatos.

En el pabellón LEO, leer será más que decodificar. Será tocar, oír, sentir. El cuerpo como biblioteca. La lengua de señas se cruzará con el braille, los talleres invitan al juego, y los sentidos se abrazarán. Bogotá leerá con todos sus cuerpos, incluso aquellos históricamente invisibles.

Desde los más pequeños hasta los más expertos, todos tienen su rincón en esta feria. Luis Pescetti hará reír y pensar a la par. Powerpaola ilustrará emociones. Y mientras tanto, en los salones de negocio, los editores se repartirán el futuro. FILBo no es solo fiesta: también es industria, es tejido, es apuesta de país.

FILBo-37ª no se quedará en Corferias. Se desbordará por colegios, bibliotecas, librerías, calles. Llegará a 11 ciudades. rá en la mochila de los estudiantes, en los ojos de un niño que nunca ha visto tantos libros juntos. Y este año, la Biblioteca de Escritoras Colombianas será el alma del pabellón nacional: 97 autoras, 10 antologías, siglos de literatura femenina que se resisten al olvido.

Queda la sensación de que algo importante pasará. Que la cultura no es lujo sino necesidad. Que las palabras, dichas o escritas, siguen teniendo poder. Que los cuerpos —los humanos y los editoriales— laten, sienten, y gritan cuando se les intenta silenciar.

Imagen oficial de la FILBo 2025. Original de la Cámara Colombiana del Libro-Corferias.

Tiempos de alianzas y de acordes bien afinados entre lo público y lo privado hacen posible la cristalización de la 37ª edición de la FILBo. Visa, como patrocinador principal, y Efecty, como copatrocinador, sostienen parte de la orquesta. A la partitura de esta gran obra le sumaron sus notas el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, a través del Programa Nacional de Concertación Cultural; la Alcaldía Mayor de Bogotá, con sus secretarías de Cultura, Recreación y Deporte, y de Educación; el Instituto Distrital de las Artes, Idartes, y la Red Distrital de Bibliotecas Públicas, Biblored. También entran en el compás la Cámara de Comercio de Bogotá; McDonald’s —con su programa “Cajita Feliz Libros”, que respalda la franja infantil y juvenil—; así como Ecopetrol, ONU Mujeres y la Fundación Saldarriaga Concha. Una polifonía de respaldos que hace posible que la feria no solo exista, sino que cante.

Aun con todo eso, la FILBo 2025 no será solo feria. Será espejo. Será oráculo. Será territorio. No será solo una feria, será un organismo vivo que se narra mientras respira. Y Evo Matrix lo sabe: entre estas paredes, donde se cruzan ciencia, poesía, ecología y periodismo, se está escribiendo el nuevo mapa del país que seremos. Y Evo es testigo silente —aunque escribiente— de un cuerpo que lee, que canta, que resiste.