Doloroso

Doloroso

Una de las torturas sufridas por Jesús durante su Pasión fue la coronación con espinas… Evento meditado en el tercer misterio doloroso y descrito en el Evangelio de San Mateo.

SEMANA SANTA

Coronación de espinas: dolor
sacrificio, redención y perdón

Imagen de portada: rama del árbol Paliurus aculeatus, la corona se elaboró con esas espinas, y el dolor coronó las sienes de Jesús.
Jesús coronado de espinas.

La coronación de espinas es uno de los episodios más emblemáticos y simbólicos dentro de la narrativa cristiana.

El evento —sucedido en viernes— se medita en el tercer misterio doloroso y se describe en el Evangelio de San Mateo.

Marca un momento crucial en la Pasión de Jesús y la corona de pinchos que se colocó en su cabeza es una de las reliquias más reverenciadas por los fieles en todo el mundo, junto con fragmentos de la Vera Cruz y uno de los clavos utilizados en su crucifixión.

Aquel doloroso momento que precedió a la crucifixión, ha sido representadO en arte, literatura y tradiciones religiosas durante siglos y destaca el sufrimiento y la humillación que Jesús enfrentó, de acuerdo con las escrituras.

La crónica de la coronación de espinas nos remonta a los acontecimientos descritos en los Evangelios y relata las maneras cómo Jesús fue llevado ante las autoridades romanas después de ser arrestado por soldados bajo órdenes de los líderes religiosos judíos.

Aquel momento crucial tuvo lugar durante el juicio de Jesús ante el gobernador romano de Judea en ese tiempo Poncio Pilato.

Los relatos bíblicos precisan que los soldados romanos se burlaron de Jesús y lo sometieron a una serie de vejaciones y torturas.

Los verdugos tejieron una corona con espinas afiladas, la colocaron sobre la cabeza de Jesús.

Uno de los actos más crueles fue la coronación de espinas, para lo cual los soldados tejieron una corona con espinas afiladas, la colocaron sobre la cabeza de Jesús y le dieron una caña como cetro para que lo luciera en su mano derecha, tras haberlo vestido con un manto de color púrpura.

La corona, además de causar un intenso dolor físico al clavarse en su cuero cabelludo, también se utilizó como un símbolo de burla y mofa hacia su supuesta realeza como ‘Rey de los judíos’.

El relato de la coronación de espinas no solo destaca el sufrimiento físico de Jesús, sino también la naturaleza profundamente humillante y despreciativa de la situación.

Los soldados, en un acto de cruel ironía, se arrodillaron ante Jesús, fingiendo adorarlo como rey mientras lo insultaban y golpeaban. Esta escena dramática y cargada de simbolismo ha resonado a lo largo de la historia del arte y la cultura cristiana, y ha inspirado numerosas representaciones visuales y reflexiones teológicas.

La corona de espinas se convirtió así en un poderoso símbolo del sacrificio y la redención en la fe cristiana y recuerda a los fieles la profunda entrega de Jesús por la humanidad y su disposición a sufrir hasta el extremo por el perdón de los pecados.

Más allá del sufrimiento físico, la coronación de espinas representa la humildad, la resistencia ante la adversidad y el amor incondicional que Jesús predicó y demostró a lo largo de su vida terrenal.

En la actualidad, la imagen de la corona de espinas sigue siendo un recordatorio conmovedor para los cristianos de todo el mundo, que los invita a reflexionar sobre el significado del sacrificio, la redención y el perdón en sus propias vidas, así como a honrar el legado espiritual de Jesucristo en la tradición religiosa.

Jesús ha sido crucificado.

La corona de espinas, con una modesta procedencia circunscrita a un árbol común.

Los estudios médicos realizados en la Sábana Santa de Turín, que según la tradición envolvió el cuerpo de Jesús, revelaron gotas de sangre en la nuca, indicativas de lesiones en el cuero cabelludo. Estas lesiones fueron causadas por la corona de espinas, como lo indican las gotas de sangre que forman una especie de aureola, resultado del contacto con objetos puntiagudos, clavados y frotados sobre la cabeza, similar a una cofia de espinas.

Se cree que este instrumento de tortura fue elaborado a partir de un árbol o planta que crece en las cercanías de Tierra Santa, la región donde Jesucristo vivió su Pasión, Muerte y Resurrección, y que se caracteriza por tener espinas muy agudas en sus ramas.

El médico estadounidense Frederick Zugibe, reconocido por sus estudios forenses sobre la Sábana Santa de Turín, menciona en su libro ‘The Crucifixion of Jesus, a Forensic Inquiry’ el posible origen de la planta utilizada para la corona. Aunque el material exacto aún es tema de debate, expertos sugieren que podría tratarse de una planta perteneciente a la familia de las Ramnáceas, originaria de Medio Oriente.

Zugibe identifica dos posibles árboles que podrían haber sido utilizados: el Ziziphus Spina-Christi, también conocido como Rhamnus Spina-Christi o Rhamnusnabeca, que crece desde Siria y el Líbano hasta Arabia, Petraea y Sinaí; y el Paliurus aculeatus o Ziziphus Paliurus. Ambos árboles pertenecen a la familia de las Ramnáceas y se caracterizan por tener espinas afiladas que pueden trenzarse para formar una corona.

Crédito: IA – Pinterest.