Ser ‘Varón eTb’

Ser ‘Varón eTb’

Vía telefónica se pactó con eTb un cambio de operador de telefonía móvil… 85 horas después del traspaso de portabilidad, el número del usuario “no ha sido activado”. ¡Estupenda crónica-cumpleañera!

Imagen de portada: banner tomado de https://www.facebook.com/ETB.Colombia/photos/140-a%C3%B1os-de-experiencia-recuerdos-aprendizaje-y-evoluci%C3%B3n, con motivo de la celebración del cumpleaños de eTb y complemento de la composición gráfica con apoyo pleno en Inteligencia Artificial para simbolizar el enfado que genera un incumplimiento.

CAMBIO DE OPERADOR

eTb: engañado, Tramado, burlado…

Y también, sentirse enajenado, Turulato, bobalicón… Y, además…

Por José Orellano

Este miércoles 28 de agosto de 2024, me siento ‘Varón eTb’: engañado, Tramado, burlado.

Tramado, como la víctima de un plan desarrollado por alguien para engatusar a otro alguien.

Sí, me siento un ‘Varón eTb: enajenado, Turulato, bobalicón…

Enajenado, sí: absorto, sustraído de la realidad, pensando y repensando en lo tonto que he sido al confiar ciegamente en las bondades del plan de telefonía móvil que, telefónicamente, me vendió la dulce voz de una asesora de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá, eTb.

Un plan que —contrario a lo que transé con la femme y más tarde me reconfirmó notificaciones_mdm@etb.com.co—, me mantiene sin línea celular, incomunicado desde hace casi 85 horas, que el WhatsApp solo me funciona desde el wifi de mi casa.

Pantallazos del anuncio, por parte de eTb, de portabilidad para las 24 horas del sábado 24, las 00:00:00 horas del domingo 25… Y también del rechazo a una respuesta pidiendo explicaciones.

Bobalicón yo al haberme comportado —¡a mis 74 ruedas, mi hermano!— como un septuagenario de mentalidad infantil, sin malicia indígena, ingenuo y poco inteligente al haber aceptado el retorno al operador móvil del cual yo, así como lo hizo mi hija, me había retirado hará un par de años por sus continuas fallas.

eTb ya cambió”, me dijo Estefanía y su voz sonó convincente cuando, durante el diálogo, le comenté los inconvenientes que he padecido con la entidad que, precisamente, este 28 de agosto está de cumpleaños.

Nacida en 1884 —apenas 8 años después de que Graham Bell patentara el teléfono el 7 de marzo de 1876—, eTb llega a sus 140 años como una empresa prestadora de servicios públicos que, debido al incumplimiento de sus compromisos, me provocó en una ocasión un evento isquémico, que ya son tres las veces en que, directamente, eTb me ha quedado mal.

La primera fue cuando, en septiembre de 2021, instaló el servicio de Internet en mi residencia en Mirandela Uno: tras haberme convencido para que dejara atrás a Claro, se comprometió a hacerlo un martes, pero solo lo hizo el sábado —¡cuatro días después—, a pocas horas de la realización de un programa vía Zoom para Facebook y YouTube con motivo de los 300 números de El Muelle Caribe, este sitio web que dirijo. Esa fue la causa de la afectación al flujo sanguíneo hacia mi cerebro, muy fugaz, para mi fortuna, aquel sábado septembrino.

La segunda ocurrió recientemente, con motivo del traslado de ese mismo internet —misma línea telefónica fija— hacia mi nueva residencia: eTb debió hacerlo un lunes, como lo había anunciado, pero solo llegó a cumplir el jueves tras una infinidad de llamadas telefónicas y chateos WA y las infaltables rabietas mías y las reiteradas mentiras desde aquel lado.

La que padezco ahora es su tercera vez, aunque muchísimas han sido las fallas de la cumpleañera agostina en el servicio de televisión. Pero con ese “¡eTb ya cambió!”, más los dos meses iniciales gratis y los 13 mil pesos mensuales de menos en la facturación por el celular —más el moro y el oro— me motivaron a dar el SÍ.

“En menos de tres horas tendrá la SIM Card en su casa”, me prometió Estefanía y cumplió: antes de las tres horas anunciadas, en la portería del conjunto residencial en el cual habito ahora, estaban no solo la que debía ser la tarjeta inteligente extraíble supuestamente con mi número tradicional, sino también una que, dentro del plan negociado, me obsequiaba eTb —supuestamente la número 305 9172266— para que la usara en otro aparato móvil o la regalara o la compartiera.

Esta actividad celebratoria de las 300 actualizaciones de El Muelle Caribe, en septiembre de 2021, estuvo a punto de abortar por un cincumplimiento de eTb… Falla que provocó un episodio isquémico en el autor de la crónica.

Le había exigido a Estefanía que el plan eTb no me dejara incomunicado, ni siquiera por un minuto, le había pedido que apenas la portabilidad fuera desactivada por Movistar, eTb me activara mi número. “El número marcado, no ha sido activado”, les dice eTb, desde el sábado a la media noche, a quienes me llaman a mi línea de hace muchísimos años: la 317 2290232.

“No quedará incomunicado, señor José”, palabras más, palabras menos, me había calmado Estefanía en su melódica voz. Y yo feliz con su promesa.

Ese bendito sábado 24 de agosto de 2024, la llamada de Estefanía al fijo residencial se había dado hacia las 9:45 de la mañana y se extendería por más de una hora. Más de una hora había de gastarse ella para convencerme. Ella, que puede enorgullecerse —no hay duda de ello— del inmenso poder de persuasión que posee. A la medianoche sabatina, optimista, instalé el Módulo de Identidad del Suscriptor, la SIM, y esperé los 15 minutos que dicen, pero no hubo activación.

Manifiesto que mi fe absoluta en lo convenido con eTb por intermedio de Estefanía había crecido, porque a las 6:10 PM de ese día llegó a mi correo Hotmail un mensaje de notificaciones_mdm@etb.com.co (ver gráfico) confirmándome que la activación se daría a la medianoche: “Su portabilidad se tiene programada para 2024-08-25 00:00:00”, dice la advertencia.

A las 8:56 de esa noche, llegó un mensaje de eTb a la APP mensajes de texto de mi celular… Dice “Te TRIPLICAMOS el paquete que compres desde hoy 24/08/2024 hasta 22/11/2024. Ver TyC en etb.com/tyc”… Raro, pero ahí está… Me invitaban a comprar, aun sin portabilidad eTb.

«Definitivamente, Estefanía y eTb son de confiar», me había dicho yo interiormente.

Pero comenzaron a pasar las horas dominicales y nada de celular activo…

Respondí a notificaciones_mdm@etb.com.co diciendo que “Aun no me activan el celular (317 2290232) a pesar de que me confirmaron, al hacer el cambio, que nunca quedaría incomunicado. Y según el mensaje que reenvío: “Su portabilidad la tiene programada para 2024-08-25 00:00:00”. Ya son las =7:44 y estoy incomunicado”.

Las dos SIM Card’s enviadas por eTb a la residencia del director de El Muelle Caribe: en apariencia, la 317 2290232 y la 305 9172266… Pareciera que con ninguna de las dos se acertó.

Tras el envío, me llegó al correo un mensaje de Office 365: “No se pudo enviar su mensaje a notificaciones_mdm@etb.com.co… No se encontró notificaciones_mdm@etb.com.co”.

Ante mi desesperante incomunicación por el móvil, hacia la media mañana comencé a llamar, desde el fijo, al 6013777777 de eTb aspirando a obtener una explicación adecuada sobre el impase. Pero es esta la hora y aun nada ha sido debidamente clarificado. El domingo 25 llamé tantas veces al 6013777777, que terminé por casi-casi aprenderme la retahíla robótica que se le expone al usuario ansioso de llegar a una voz humana, no solo en este caso eTb sino en casi todas las entidades tanto del sector público como del privado.

“Hola, bienvenido a eTb… Nos movemos para ofrecerte la mejor experiencia…”, comenzó diciendo.

Y esta fue la experiencia: “Si aun no eres cliente y quieres comprar alguno de nuestros servicios, marca uno… Para peticiones, quejas o recursos, marca dos”…

Obturé el dos en el teclado del fijo y continuó la retahíla, entre otras cosas engañosa: “En eTb cambiamos a tu ritmo (¿?), por eso tenemos nuestros canales digitales listos para atenderte… En WhatsApp puedes bla bla bla… Anímate: marca uno y te atenderemos vía WhatsApp… O marca dos y sigue en nuestro menú”…

Volví a obturar el dos y volvió a expresarse la nada sensual voz robótica: “Para servicios fijos en tu hogar, marca uno, para servicios móviles, marca dos”…

Nueva obturación del dos y el sonsonete robótico que se vino: “Hola, bienvenidos a móviles eTb: si deseas adquirir nuestros servicios, cambiar tu plan o realizar la portabilidad de tu línea móvil, marca uno… Para peticiones, quejas o recursos, marca dos”…

Una vez más espiché el dos —mi anhelo era quejarme y por eso el dos— y otra extensa retahíla, ahora sobre el manejo por parte de eTb de datos personales, bla, bla, bla, y más opciones: “Para servicios en tu hogar, marca uno; para servicios en tu negocio, marca dos; para servicios móviles, marca tres; para portabilidad de tu línea móvil, marca cuatro…”.

«Portabilidad, claro, eso es lo que estoy buscando”, me dije para mis adentros. Y frente a las opciones presentadas, la primera vez marqué el cuatro y esto fue lo que obtuve: “Recuerda que la opción que marcaste es exclusiva para ventas y nuestros asesores no podrán transferir su llamada”… Aun así, esperé la voz asesora y esta me reiteró lo anunciado por el robot: nada podía hacer sobre mi portabilidad… Y no podía transferirme.

El chip obsequio no crresponde al número 305 9172266… Es el 305 8094568. Un embrollo que victimiza a Orellano.

Repetí llamada y en esta ocasión —a esa altura de la retahíla—, me decidí por el tres… Hablé con la receptora sobre la posibilidad de que me ayudara con la portabilidad y me dijo que nada podía hacer, que ella solo le correspondía a quien fuera a comprar el servicio móvil…

En una llamada más, llegué hasta una voz masculina en la opción cuatro —¿o tres?—, le conté el cuento en que andaba y me preguntó si aun conservaba la tarjeta Movistar. Le dije que sí y me dijo que la reinstalara en mi dispositivo, porque de esa forma obtendría activación. ¡Mentira! Lo hice, pero nada…

Mi hija intentó por la aplicación eTb y por WhatsApp, pero tampoco fue posible.

El lunes 26, bien temprano, busqué en internet direcciones de agentes autorizados eTb con el propósito de ir físicamente hasta donde ellos a quejarme y encontré un “Punto dentro Home Center, Home center, Autopista Nte. #175 50, Bogotá”(sic). Me fui hasta allá y ¡mentira!, no había tal punto. Averigüé entre operarios de Home Center y me dijeron que hacia rato lo habían quitado. Pero sigue promocionándose por internet.

Volvía decepcionado a casa, cuando decidí desviarme hacia el Centro Comercial Santafé, hasta el punto Movistar instalado allí, a ver si podía desistir de mi negociación con eTb y retornar al servicio en Colombia de la multinacional española de telecomunicaciones. Allí en Movistar me dijeron que nada se podía hacer, que la portabilidad ya era de eTb.

Al retornar a mi hogar, en mi WhatsApp encontré un mensaje enviado desde eTb +57 304 6704037:

“Señor José buen día”, decía.

Había sido puesto a las 10:46 a. m. del lunes 26 de agosto de 2024.

—Buen día —respondí—. Qué ocurre para que aún siga incomunicado.

Lo hice entre las 11:18 y la 11:20 am. Y aunque los dos chulitos se pintaron de azul en ambos casos, no me respondieron.

Ese mismo día, antes del mediodía, me llamó Estefanía al fijo, consciente, según me dijo, de que mi número móvil no había sido activado: ella había llamado al 3172290232.

Estefanía me habló de “química” entre ella y yo durante el diálogo sabatino y por esta razón volvía a comprometerse conmigo: “Hoy quedará activado, señor José”, me dijo tras ofrecerme mil disculpas y una ‘buena nueva’, según ella: que por gestión de ella, eTb me activaría la SIM Card obsequiada, número 3059172266 supuestamente, y apenas yo tuviera tono debía marcar al *700 para solicitar cambio de línea a fin de que mi tradicional número volviera a la palestra. “No tiene porqué dar explicaciones, solo pida el cambio”, me precisó.

En algún momento ella quiso responsabilizar a Movistar de la demora en la activación de mi número, pero la dertuve en seco al decirle que venía de Movistar, donde me informar que ya la portabalidad era de eTb.

Durante el avance del diálogo, consciente de que la SIM que le había introducido a mi dispositivo móvil no era la obsequiada, descubrí que el número que venía manejando Estefanía no correspondía al chip en mi poder. Se lo leí: “305 8094568”. Muy diferente al 305 9172266 que ella manejaba. En ese momento se turbó, de acuerdo con lo que percibí a través de la línea telefónica.

Comencé a pensar entonces —y es la duda que aun me asalta— que la otra SIM que había llegado antes de las 3:00 de la tarde del sábado 24 a mi residencia no corresponde al 3172290232: Trajo tapado su serial con un adhesivo y, en aquel momento, lo consideré normal.

Ante el nuevo traspié —incongruencia en los números de los chips—, Estefanía me pidió que fotografiara las dos SIM Card’s que me habían enviado y las enviara a “mi gerente” —el de ella—, quien, en contados minutos, se “comunicará con usted vía WhatsApp, porque ahora mismo se encuentra en una reunión”. Diligente, tomé las fotos, pero la comunicación no se dio.

Aun no era el medio día.

Después de dos de la tarde, Estefanía volvió a llamarme al fijo. Excusó a su gerente porque no me llamó, estaba “muy ocupado”, y me anunció ¡la solución definitiva!: “Antes de cuatro de la tarde estará el chip correspondiente al 317 2290232 en su residencia y apenas usted lo reciba y lo instale se activará su número”.

Han pasado casi cuarenta y ocho horas y la nueva SIM Card anunciada no llega a mi casa. Mi celular sigue desactivado. Y en ese lapso, no he vuelto a escuchar la voz de Estefanía, bióloga —según me dijo—, adelantando especialización en la Manuela Beltrán, residente en Bogotá, hasta donde se vino desde su tierra, Manizales, en busca de mejores oportunidades laborales, las cuales ha encontrado en eTb.

Razones suficientes, pues —no sé cuánta responsabilidad o culpabilidad tenga Estefanía Marulanda Restrepo en este embrollo— para que yo me sienta hoy ‘Varón eTb’: Engañado, Tramado, Burlado… Varón eTb: enajenado, Turulato, bobalicón… Y es más, para que me sienta también ‘Macho eTb’: emputado, Timado, belicoso…

Para finalizar esta historia, cuento también que este martes 27, a las 9:37 a. m., volví a escribirle al eTb +57 304 6704037: “Hola, alguna persona que me corresponda el chateo, por favor”.

No hubo respuesta, pero diez minutos después insistí: “Espero cumplimiento de anuncio de Estefanía Marulanda Restrepo, quien me vendió un plan móvil desde el sábado, pero aun no me lo activan. Soy periodista y estoy incomunicado por celular”.

Reviso continuamente el WhatsApp y los chulitos están en azul, pero tampoco ha habido respuesta.