Firma del libro ‘Las tribus del aire’ en estand, sin la angustia de asomarse a una sala de Filbo con solo dos-tres asistentes a la presentación de una nueva obra-literaria.
TARDE BOGOTANA DE JUEVES
Y fuimos de ‘Las tribus del aire’
Por Inocencio de la Cruz
La incertidumbre de una sala de la Filbo vacía con apenas dos, tres asistentes para cumplir con la anunciada sociabilización de una nueva obra literaria, no se hizo presente en esta ocasión.
Con acierto se había planeado una sesión en estand de firmas para el libro de poemas ‘Las tribus del aire’ y su autor el escritor barranquillero Jairo Mejía Cuello se declara “plenamente satisfecho” por la afluencia de personas que está asomándose por los 630-634 del nivel 1, pabellón 3, en Corferias —asistentes a Filbo/2024—, con el propósito de relacionarse con su libro. Y de adquirirlo con la firma personalizada del autor.
Para el desarrollo del acto, se había previsto una tertulia abierta con participación de colegas, amigos y admiradores de Mejía Cuello, así como de asistentes espontáneos a la firma de ejemplares de su libro, y eso es precisamente lo que ocurrió.
A las 3:00 de la tarde de este jueves 25 de abril —una típica tarde bogotana de jueves— se dio inicio a lo programado y poco a poco se fueron concentrando escritores, poetas, periodistas, familiares, amigos y curiosos para aportar sus perspectivas, reflexiones y algunas anécdotas al ambiente cultural, impregnado de una dinámica literaria muy especial.
En medio de una espera que no resultó tediosa, llegó el escritor, economista, periodista y político Jorge Valencia Jaramillo, autor del prólogo de la obra y quien a sus 94 años de edad —con una lucidez a toda prueba— se convirtió en animador indiscutible del encuentro.
Siendo muestra viva de que la pasión por la literatura no tiene edad, Valencia Jaramillo engrandeció el evento cuando leyó poemas de su autoría inspirados en sus vivencias sentimentales. Esto no solo hizo estallar la emoción de quienes lo rodeábamos, sino que activó la hilaridad ante lo ingenioso del contenido, con versos que son auténticas pinceladas de ironía.
Entre los que llegaban, miraban, escuchaban y luego se marchaban, finalmente se concentraron en un círculo de intimidad literaria —que se prolongó hasta la noche— los escritores Jesús Ángel Linares y Jeferson Zuluaga, el arquitecto Ignacio Consuegra, la artista de la fotografía Anita García, los periodistas Mario Ramírez, Erik Castilla Bermejo, quien esto escribe y José Orellano, la directora del grupo editorial Ibáñez Liliana Ramírez, Luisa Orejuela y familiares del poeta firmante de libros como su esposa Zoraya Vergara y su prima Angélica Triana con su hijo Sebastián, entre otros. Compartían un interés común: la literatura.
En el transcurso de esa agitada vespertina intelectual, el autor de ‘Las tribus del aire’ concedió una entrevista informal al director de El Muelle Caribe, la cual se recoge y proyecta en el video ‘Así es el cuento’, que complementa esta nota.
Al margen del video, Mejía Cuello le aclaró dos inquietudes a Orellano, las cuales se relacionaban con el título de la obra y un ‘señalamiento’ que a Mejía Cuello le hace el escritor cienaguero Fernando Denis en el epílogo del libro.
En caso de que le hubiera correspondido participar en una selección del título de la obra, Orellano se hubiera encarretado por un ‘Las tribus en el aire’, pero Mejía Cuello, influido por el punto de vista literario de Denis, optó por ‘Las tribus del aire’. Para persuadir a Orellano, el escritor lo remitió a dos líneas del epílogo del poemario: “Pertenezco a aquella tribu que no vive en las cavernas. La que habita en las quimeras del que sueña”. Es, en esencia, pues, una tribu del aire. Es literatura, mi llave.
Al rompe, a Orellano le pareció que en el trozo del epílogo que leyó antes de tener el libro, había, de pronto, un error de digitación en el término reacio —el ‘señalamiento’—de la frase “la vida de este reacio habitante del Caribe es una especie de geografía en cuyos ríos solo pueden navegar barcos de papel”. Por las connotaciones que adquiere la palabra reacio: resistencia, reticencia o falta de disposición hacia algo, Orellano, confundido, creyó en el error de dedo.
En sus elucubraciones, se fue por recio, creía que la palabra a usar debía ser recio, precisamente por sus connotaciones: Fuerte o robusto, sólido, de gran resistencia física… Intenso, enérgico… Severo, riguroso.
—Reacio es figurado —sostiene Mejía Cuello.
Pero, además de ser un recurso figurado del autor del epílogo, reacio también denota, agregamos nosotros, una actitud de reserva o cautela hacia algo. Y en el contexto del epílogo completo de Denis, tal connotación tiene estrecha cabida: “La vida de este reacio habitante del Caribe es una especie de geografía en cuyos ríos solo pueden navegar barcos de papel”.
Alternando la tertulia con la escritura, de su puño y letra, de dedicatorias con su firma en copias de su obra, Mejía Cuello también intervenía activamente en ‘el charladero’, el cual se intensificaba en intercambio de ideas, pero, sobre todo, en la interacción entre los asistentes, muchos de ellos tratándose allí por primera vez —los que no se conocían se conocieron—, todos sumándose, con amor, a ‘Las tribus del aire’.