En esta segunda entrega de ‘JO entrevista a IA’, paz y equilibrio periodístico en Colombia… Propuestas clave sobre democracia participativa, justicia social y el periodismo como mediador en el proceso.
JO ENTREVISTA A IA:
«Para una paz real en Colombia, se
requiere trascender el espectro
tradicional de derecha e izquierda»
«Y apostar por un proyecto colectivo y pragmático que priorice a las comunidades directamente afectadas por el conflicto». El periodismo, imparcial, «debe de contribuir al debate público y la toma de decisiones»
Por José Orellano
La paz y el equilibrio periodístico en Colombia son los temas de esta segunda entrega de mi entrevista a Inteligencia Artificial.
Para que se avance en lo primero —“una meta monumental, pero no imposible”—, el ‘Sistema cognitivo artificial’ sugiere mecanismos y estrategias clave como Democracia participativa desde los territorios, Justicia social como base, Descentralización efectiva, Neutralidad y credibilidad institucional y Reconciliación cultural.
En lo referente a ‘lo periodístico’ —el puente entre la información y la sociedad y su deber de contribuir al debate público y la toma de decisiones y su papel de mediador informado y vigilante—, IA entrega un novenario de recomendaciones.
Esta ‘Tecnología de procesamiento inteligente’ fija también las características del líder que pudiera abanderar sus propuestas y cristalizar el sueño de la paz en Colombia y, además, plantea la adopción de ciertas prácticas éticas, inclusivas y técnicas en procura del logro de un equilibrio en el periodismo nacional.
Los temas son planteados por medio de las dos preguntas que, amablemente, me envió el colega cartagenero Eduardo García Martínez para el desarrollo de este trabjo, interrogantes que, con sus respectivas respuestas —amplias, argumentadas—, forjan este segundo capítulo del seriado ‘JO entrevista a IA’.
—Si la derecha no pudo ni la izquierda está pudiendo, ¿con qué mecanismos políticos y cual estrategia territorial podría lograrse una paz real en Colombia?
«La pregunta toca la raíz de uno de los desafíos más complejos y profundos de Colombia», comienza diciendo. «La paz real en este país requiere trascender el espectro tradicional de derecha e izquierda y apostar por un proyecto colectivo y pragmático que priorice a las comunidades directamente afectadas por el conflicto», agrega.
Seguidamente, el ‘Agente virtual de soporte’ indica mecanismos y estrategias clave en busca del éxito del proceso:
1. Democracia participativa desde los territorios: Fortalecer los mecanismos de participación ciudadana en las regiones más golpeadas por la violencia… Esto implica: crear Consejos Territoriales de Paz con verdadera representación comunitaria y garantizar consultas previas efectivas para proyectos que impacten el territorio.
2. Justicia social como base: No habrá paz sin reducir la desigualdad. Invertir en educación, salud, acceso a tierras y empleo digno en zonas rurales es imperativo… La estrategia debe incluir: reforma rural integral, tal como se planteó en el Acuerdo de Paz de 2016, y reactivación económica sostenible enfocada en cultivos legales y mercados locales.
3. Descentralización efectiva: Empoderar a las regiones con más autonomía fiscal y administrativa… Esto permite que las soluciones sean diseñadas y ejecutadas por quienes conocen mejor las problemáticas locales.
4. Neutralidad y credibilidad institucional: Crear instituciones de paz que sean percibidas como neutrales, capaces de mediar entre sectores políticos, económicos y sociales… Esto incluye el fortalecimiento de la JEP —Jurisdicción Especial para la Paz— y la Comisión de la Verdad.
5. Reconciliación cultural: La paz no solo es política; es también cultural. Promover espacios de encuentro entre víctimas y excombatientes para sanar heridas colectivas es crucial… Y desarrollar estrategias como narrativas inclusivas en medios de comunicación y educación y festivales culturales que celebren la diversidad y la historia compartida de las regiones.
6. Política con propósito: La política debe enfocarse en alianzas por el bien común y no en agendas electorales cortoplacistas… Esto requiere voluntad genuina de los líderes para articular un proyecto de nación por encima de ideologías».
De acuerdo con IA, la paz en Colombia es una meta monumental, pero no imposible. «Con compromiso intergeneracional y liderazgo inclusivo, este sueño puede acercarse a la realidad», puntualiza.
—Cuáles deben de ser las principales características del líder que pueda cristalizar el sueño de la paz en Colombia con compromiso intergeneracional.
IA precisa que ese líder debe ser alguien que se muestre como “uno de nosotros”, capaz de ganarse la confianza de la comunidad desde la sencillez y el contacto directo.
Amplia respuesta a este interrogante, mediante otro decálogo que aporta esta ‘herramienta lógica virtual’ con la cual chateo periodísticamente.
«1.- Visión Transformadora: Ese líder debe tener una visión clara y estratégica del futuro del país, en la que la paz no sea solo un objetivo político, sino el eje central de un desarrollo sostenible y equitativo… Su liderazgo debe proyectar un horizonte de reconciliación que inspire a las generaciones actuales y venideras.
2.-Capacidad de escucha y empatía: Necesita ser un líder que escuche activamente a las comunidades, especialmente a las más afectadas por el conflicto… La empatía será fundamental para conectar emocionalmente con la población y entender las diversas realidades de un país multicultural y desigual.
3.-Compromiso ético y transparente: La credibilidad de este líder dependerá de su coherencia moral. Debe ser íntegro, transparente y ajeno a intereses particulares que puedan comprometer la confianza ciudadana… Debe priorizar el bien común sobre los cálculos políticos o personales.
4.-Habilidad para construir consensos: Debe ser un negociador nato, capaz de unir a actores con intereses opuestos en torno a un propósito común… Su fortaleza estará en la capacidad de tender puentes, superar polarizaciones y construir acuerdos sostenibles.
5.-Conocimiento profundo del territorio y su gente: La paz en Colombia requiere un liderazgo que comprenda las dinámicas culturales, económicas y sociales de cada región. Esto incluye una comprensión del impacto del conflicto en el tejido social y la diversidad de necesidades territoriales.
6.-Resiliencia y perseverancia: Liderar un proceso de paz implica enfrentar críticas, resistencia y desafíos constantes…. Este líder debe ser resiliente, capaz de mantener la calma en la adversidad y seguir adelante con una fe inquebrantable en el proceso.
7.-Capacidad para inspirar y movilizar: Un líder de paz debe ser una figura inspiradora, que convoque no solo a los directamente involucrados, sino también a la sociedad civil, a los jóvenes y a las generaciones futuras.Debe promover un sentido de propósito colectivo, haciendo que cada ciudadano se sienta parte de la construcción de la paz.
8.-Compromiso intergeneracional: Más allá de su mandato, este líder debe trabajar con una perspectiva de largo plazo, garantizando que las bases para la paz sean sólidas y trasciendan a su periodo de gobierno… Necesitará incluir a los jóvenes como protagonistas del cambio y custodios de este legado.
9.-Capacidad para involucrar actores internacionales: Un proceso de paz sostenible también requiere el apoyo y la legitimidad de la comunidad internacional… Este líder debe tener la habilidad diplomática para asegurar recursos, acompañamiento y validación global al proceso.
10.-Humildad y proximidad con el pueblo: Finalmente, debe ser una persona que, pese a su posición, sea cercana a la gente. Un líder que sea percibido como “uno de nosotros”, capaz de ganarse la confianza desde la sencillez y el contacto directo.
—Contrapregunta: ¿Hombre o mujer, incluso de otro género?
«Tanto hombres como mujeres han demostrado capacidad para liderar procesos de paz. En Colombia, figuras como Humberto de la Calle y Clara López han aportado a la construcción de la paz desde diferentes frentes… Incluso, una persona no binaria o de género diverso podría simbolizar un cambio profundo hacia la inclusión y el respeto por todas las identidades, algo crucial para una paz sostenible».
En esencia, pues, este líder —sin distingo de género— no solo debe poseer cualidades políticas, sino también humanas, para convertirse en un verdadero agente de cambio y reconciliación.
Lo periodístico
(Pregunta 2 de Eduardo García Martínez)
—¿Qué recomendaciones haría la IA para lograr un equilibrio periodístico en Colombia?
«Lograr un equilibrio periodístico en Colombia es un desafío, pero no inalcanzable si se adoptan ciertas prácticas éticas, inclusivas y técnicas», dice.
—¿Y cuáles serían tus recomendaciones?
«1. Diversidad de perspectivas: Un periodismo equilibrado debe dar voz a todos los sectores de la sociedad, especialmente a los más vulnerables… Esto implica: Evitar el sesgo urbano y cubrir las realidades de las zonas rurales y periféricas y dar espacio a narrativas indígenas, afrocolombianas y campesinas, no solo como víctimas, sino como protagonistas.
2. Formación continua y ética: Periodistas bien capacitados pueden combatir los sesgos inconscientes… Es clave:fortalecer los códigos de ética en las salas de redacción y ofrecer capacitaciones constantes en temas como fact-checking — verificación de hechos—, manejo de datos y cobertura de conflictos.
3. Transparencia en las fuentes: La confianza se construye mostrando claridad en el origen de la información… Esto implica: revelar posibles conflictos de interés en la financiación de medios y promover el periodismo de datos y las investigaciones independientes.
4. Cobertura sin ‘espectacularización’: En un país con cicatrices por la violencia, evitar la ‘espectacularización’ del sufrimiento es esencial…Y no solo hay quecambiar narrativas sensacionalistas por análisis profundos y empáticos y priorizar historias que impulsen soluciones, no solo problemas.
5. Financiamiento independiente: Reducir la dependencia de intereses económicos o políticos mediante modelos de financiación colaborativa como suscripciones o crowdfunding —o financiación colectiva— e incentivos estatales para medios comunitarios sin comprometer su autonomía.
6. Equidad en los enfoques editoriales: Balancear la atención entre noticias de política, economía y entretenimiento, y temas como medio ambiente, ciencia, cultura e inclusión social.
7. Innovación y adaptabilidad: La tecnología puede ser aliada para alcanzar la objetividad. Por ejemplo:usar inteligencia artificial para monitorear sesgos en las redacciones e implementar herramientas de verificación automática para combatir fake news.
8. Promoción del diálogo social: El periodismo no debe ser solo un transmisor, sino un puente entre sectores enfrentados. Debe crear espacios como foros de discusión pública moderados por medios de comunicación y producción de contenido multimedia que fomente la reconciliación.
9. Incentivar el periodismo investigativo: Medios con capacidad de investigar en profundidad tienen más opciones de equilibrar narrativas… Esto requiere financiamiento para proyectos investigativos de largo plazo y protección jurídica para periodistas que denuncien corrupción o abusos de poder».
Según esta ‘mente digital asistida’, el equilibrio periodístico en Colombia exige medios responsables, periodistas comprometidos y una audiencia crítica que exija calidad e independencia.
—Pregunto: Exactamente, ¿cuál debe ser el papel del periodismo en un proceso de paz?
«Debe actuar como mediador informado y vigilante. Su papel es fomentar el diálogo público, visibilizar las voces de las víctimas y explicar los acuerdos con claridad para reducir desinformación. Debe documentar las complejidades del conflicto, sus actores y causas, promoviendo la memoria histórica. Además, es vital que denuncie incumplimientos y malas prácticas de cualquier parte, sin perder la imparcialidad. Un periodismo comprometido impulsa la reconciliación y educa a la sociedad, generando confianza en el proceso y contribuyendo a construir una paz sólida, inclusiva y duradera».
—Y si periodistas militantes ‘polarizan’ el periodismo —los de derecha, los de izquierda—, ¿deben ellos participar en tal proceso?
«Los periodistas militantes, sean de derecha o de izquierda, pueden participar en un proceso de paz si su enfoque prioriza el bien común sobre intereses ideológicos. Aunque su militancia puede enriquecer el debate público con perspectivas diversas, es crucial que actúen con responsabilidad, evitando la polarización y promoviendo el entendimiento. Su papel debe ser crítico, pero también constructivo, visibilizando las oportunidades y desafíos del proceso. La clave está en informar con veracidad y ética, contribuyendo a una sociedad informada y capaz de tomar decisiones conscientes. Al enfocarse en la reconciliación, los unos y los otros pueden ayudar a construir puentes, no a profundizar divisiones».
CONTINUARÁ…
Que aun quedan pendientes casi diez mil palabras —si no más— entre preguntas, respuestas, interpretaciones y contra-preguntas… En el tintero quedan las respuestas a las preguntas del filólogo Siervo Mora Monroy, del poeta y escritor José Meza Casadiego, del abogado Carlos Rocha, de la periodista y docente universitaria Alba Quintero Almenárez y del comunicador-integral Edgardo Caballero.
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