Junior venció a América 1-0 en una noche de fútbol vibrante. El arquero Jefferson Martínez brilló como figura indiscutible y sitúa a los tiburones como únicos líderes del Grupo B.
Junior pegó de primero y, en su
grupo, el B, marcha de primero
*El partido de la noche del jueves: escarlatas perdonando y tiburones comiendo, al fin de cuentas, diablos rojos.
Por Inocencio De la Cruz
Con el cielo barranquillero iluminado por fuegos artificiales y la humedad abrazadora como telón de fondo, el Metropolitano Roberto Meléndez fue el escenario de una noche vibrante. Junior se impuso 1-0 al América de Cali en un partido que, pese a las estadísticas, dejó en claro que el gol es el que manda en el fútbol.
La fiesta comenzó antes del pitazo inicial, con un espectáculo pirotécnico que, entre luces y humareda, obligó a retrasar el arranque del duelo. Pero esa demora serviría para inspirar aun más el ánimo del público —más de 21 mil asistentes al escenario deportivo—, que, desde las gradas, coreaba los nombres de sus ídolos. En el centro de los aplausos estaría, inesperadamente, Jefferson Martínez, el arquero tiburón que se convertiría en figura indiscutible. Y que por esta noche hizo olvidar a Santiago Mele.
Fueron múltiples las oportunidades de gol para América, pero en la noche barranquillera en el Metropolitano Roberto Meléndez, el quipo escarlata se volvió ‘insigne perdonador’.
A los 10 minutos de juego, el delantero escarlata Cristian Barrios tuvo la primera gran oportunidad de poner en ventaja a su oncena, pero el destino le jugó en contra y el balón salió desviado.
Apenas dos minutos después, Junior mostraría por qué no necesitaría tantas oportunidades para marcar la diferencia. Un pase profundo de Nicolás Zalazar lo tomó por la banda derecha Jefferson Moreno, quien, con exactitud, asistió a Carlos Bacca dejando en posición privilegiada al porteño. Con la maestría de un goleador experimentado, Bacca controló el balón, dribló al defensor y definió con la derecha: ¡golazo! El estadio estalló en júbilo: el 1-0 era un golpe tempranero y certero. Junior pegó primero y es el primero de su grupo en los cuadrangulares finales de la Liga Betplay II-2024, gracias a esta victoria y el empate a cero goles de Once Caldas y Deportes Tolima…
El partido había de arrancar con un Junior dominador hasta el minuto 28, cuando un América ambicioso —pero ‘misericordioso’—, comenzó a dominar el balón para alcanzar un 57 por ciento de posesión. Sin embargo, las ganas escarlatas chocaron una y otra vez contra el muro humano que fue Martínez, cuyas intervenciones se convirtieron en verdaderos actos de contorsionismo, o se fueron, tales inmensas ganas, por encima o por los lados del arco juniorista.
Y sí, a partir del minuto 28, el América se lanzó al ataque como una tromba. Los rojos, con 445 pases contra 346 de Junior, generaron un aluvión de remates hacia el arco contrario, acumulando 24 disparos en total. Pero si algo definía a este Junior de la noche del jueves 21 de noviembre, era su entrega para defenderse con el alma. La solidez de su zaga, liderada por Martínez, fue impenetrable, un logro de la nueva orientación técnica del equipo. El arquero atrapó o desvió siete tiros directos al arco con reflejos casi felinos, logrando que cada atajada pareciera un milagro.
Para el comienzo del segundo tiempo, el técnico de Junior Cesar Farías intentó reforzar su estrategia con cambios calculados e hizo ingresar a Yairo Moreno por John Vélez… Después, a Andrés Colorado por José Enamorado… Más tarde, a Edwin Herrera por Navia y a ‘Titi’ Rodríguez por Carlos Bacca y, finalmente, a Leider Berrío por Didier Moreno…
Esos nuevos jugadores en la gramilla buscaron oxigenar al equipo, pero no dieron lo suficiente —el marcador no se movió—, mientras América seguía con su ofensiva implacable pero igualmente impecablemente ineficaz. La humedad del clima barranquillero, con una sensación del 91 por ciento, pasaba factura, y Didier Moreno, exhausto, tenía que abandonar el campo, un hecho inédito para él en esta temporada: nunca había salido por agotamiento, las veces que ocurrió fueron por lesión.
Los minutos finales transcurrieron con tensión en cada pase y disparo. América, en su insistencia, no dejaba de pecar de indulgente; no supo dar el golpe final, los diablos rojos no supieron dañar a los tiburones. Con cuatro minutos de adición, Jefferson Martínez coronó su noche pateando el último balón del partido, al tiempo en que —un hecho inusual— tanto la plantilla que jugó como la suplente se fueron hasta el arquero al sonar el pitazo final para felicitarlo, para vitorearlo… Innegablemente, estos tres puntos fueron asegurados por él, tras el gol de Bacca.
La victoria coloca a Junior como líder del Grupo B de los cuadrangulares finales, demostrando que le falta más acierto en su ataque, pero que su defensa ha alcanzado un nivel sobresaliente. Dos victorias consecutivas contra América en menos de un mes son prueba de su ascenso.
La próxima cita será en Ibagué ante Deportes Tolima, donde los tiburones buscarán seguir marcando territorio. Mientras tanto, la hinchada juniorista celebra con euforia, consciente de que el camino al título se construye con noches como esta, donde un arquero se convirtió en héroe y el Metropolitano fue testigo de un espectáculo inolvidable. Y el goleador Bacca, allí.
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