¡De todo un poco!

¡De todo un poco!

Vásquez Aldana, entre ‘MaríaMulata’ y ‘El laberinto del minotauro’… De pizzas, mondongo y guandú… De Noguera Aarón: “Crasos errores”… 4 imperdibles en 2024… Embelleciendo un meadero-popodero de locos y cuerdos…

Imagen de portada: un collage con las fotos ilustrativas de las notas que tae esta Mixtura, todo un revoltillo…

Mixtura de Notas: textos variados

Escritor Luis Felipe Vásquez Aldana, entre
‘MaríaMulata’ y ‘El laberinto del minotauro’

Por Inocencio De la Cruz

Portada en físico —y en web también— de la revista ‘MaríaMulata’.

Circula la edición 74, en físico y en la web, de la revista ‘MaríaMulata’ —dirigida por su fundador Alfonso Ávila Pérez— y en portada destaca al escritor Caribe Luis Felipe Vásquez Aldana, precursor, en 2005, del sello editorial cuando publicó su primer texto bajo la alianza ‘Antillas/SantaBárbara’…

En ‘MariaMulata’ se despliega una extensa entrevista que le hizo el director Ávila Pérez a Vásquez Aldana, cuyo libro ‘Tinieblas bajo los pies’, por otra parte, ha sido exaltado por la crítica Diana Banquez en la publicación ‘El laberinto del minotauro’.

En la entrevista con ‘MariaMulata’ —publicación que cumple su décimo aniversario—, Vásquez Aldana sostiene que “la inspiración existe, pero te debe encontrar trabajando” y en ‘El laberinto del minotauro’ Banquez escribe sobre Luis Felipe diciendo que…

Portada de libro ‘Tinieblas bajo los pies’, de la autoría de Vásquez Aldana.

«La costa Caribe colombiana es el hogar de autores e historias diversas que, sin generalizar, traen a colación mitos y leyendas de nuestros pueblos. Los relatos de Luis Felipe Vásquez no solo causan interrogantes que nos conducen rápidamente a estados de perplejidad y angustia por la suerte de los protagonistas, sino que además dan cuenta de un magistral acercamiento al contexto fantástico de lugares que se extrapolan como Sahagún o cualquier otro pueblo de Córdoba.

Tinieblas bajo los pies es la historia de Marcos Vela, un hombre que logra desarrollar su horizonte laboral en Europa y quien permanentemente es agobiado por un pasado familiar, los delirios de una infancia que lo persigue y de voces que viajan en el tiempo para develar el secreto de un terrible crimen sin testigos.

En Tinieblas bajo los pies encontré el acercamiento hacia un debate profundo sobre las clases sociales y los dilemas morales del ser humano».

Descarga gratis de ‘MaríaMulata’ en https://revistamariamulata.com/edición-actual

De pizzas, mondongo y guandú

Pizza, mondongo y guandú, bien presentados, ¡qué ricura! A esa mesa… ¡se vuelve!

De entusiasta —“démosle una oportunidad”, le había dicho a mi mujer, “compremos aquí para llevar”—… De entusiasta, decía, me metí a ese establecimiento comercial en el que, según, se ‘preparan’ y se ‘venden’ pizzas y pedí una sencilla, repartida en “mitad pepperoni y mitad hawaiana”, que en casa había de repartirse entre tres… $32 mil + 4 de propina al despalomado chico que nos atendió…

Era de noche, teníamos hambre y… ¡a comer!, apenas entramos a casa… aversión… prevención total… tragado a la fuerza… y dos porciones de pepperoni que no pasaron… Al final, dedos, manos y alrededores de los labios empapados de aceite… “¡Nunca más!”, le dije a mi mujer… “Solo a las pizzerías del CC Santa Fe o a ‘Papa Jones’ o a las mejores, cuando tengamos ganas”…

Seguidamente vino la reflexión y una inquietud, muy mental: “¿Qué se le puede pedir a una pizzería que se llame ‘La granja’?, me pregunté y sigo preguntándome…

Y en esto de comer en la calle, el chasco en un restaurante de caché cuando quise satisfacer un antojo dominical de mi mujer: quería almorzar mondongo… Lo pedimos y ¡qué asco!, más allá de chasco, pero aun así nos lo empujamos: liquido oscuro con apariencia de sopa, ¡insípida!, salpicada de contadísimas toallitas de panza color marrón que sabían a todo menos a panza, no conservaban ese saborcito especial del mondongo, ni siquiera su buqué característico por cumplir el papel que cumple en el estómago de la vaca… Y, además, como para abultar lo servido, cualquier inmensa cantidad de trozos de yuca rucha… Y sobre el arroz blanco acompañante, pierna-pernil de pollo frita… ¡Pollo con mondongo!… $32 mil cada porción: $64 mil por una porquería de almuerzo… No dimos propina…

En otro restaurante, también ‘cachetoso’, volvimos a pedir mondongo y también nos fue re-mal… Llamé al mesero que nos atendía y le dije que fuera y le dijera al chef que no permitiera que le lavaran en extremo la panza, como debieron de hacerlo, porque la que nos sirvieron —además de insabora— estaba tan blanca como blancos eran los pañales de tela que, cuando bebés, nos ponía mamá después de lavarlos, después de despercudirles amorosamente el popó y ¡plancharlos! para matar causantes de infecciones…

¡Ah!, y un par con guandú: Hace unos cuantos años, en el centro de Barranquilla leí el menú de un restaurante popular, entré y pedí el anuncio que me entusiasmó… Lo primero que vi sobresaliente entre el sancocho de guandú fue un par de papas enteras… No toqué el plato, dejé la mesa, me acerqué hasta el mostrador y le dije a quien atendía que ese par de papas allí dañaban incluso el aspecto, la presentación del tradicional y típico plato Caribe… ¡La papa no cabe en un genuino guandú Caribe!… No lo consumí, tampoco lo pagué… Y me fui… Al salir, comprendí, con nitidez, que el restaurante era de una cachaco papero….

En ‘La tiendecita’ en Bogotá, me ocurrió recientemente otro chasco, de pronto no tan grave: pedí guandú, esperando que fuera un símil del que le pedía a ‘Monchi’ en la 62 con 44 en Barranquilla, pero al cucharear me encontré con algo que me decepcionó: abundante carne frita o asada de antemano, de pronto algún chicharrón no fresco —creo que sobrantes del día anterior—, pero nada de carne salá, de esa que toma color verde en sus entresijos al ser sometida a los efectos de la sal durante dos días… “La gracia del guandú es la carne salada”, le dije a mi mujer… “Pero no puede negarse: estuvo bueno, ‘comible’, aunque sin el gustico de la carne salá”…

De Noguera Aarón: “Crasos errores”

Yerbita que el mar mató…

Solo por hacer un sano ejercicio de reflexión elemental, hoy hablo de esta aparente tontería… Se dirá que es algo nimio y que no vale la pena gastarle atención a esas pendejadas, pero sirve para medir el grado de extremada mediocridad de las personas que han administrado nuestra cosa pública, puesto que el ser humano tiene un mínimo de previsión de las cosas que percibe, fundada en la ley de la completitud de los núcleos predictivos del encéfalo frontal, por lo cual, por ejemplo, cuando lanzamos una piedra al aire esperamos que acto seguido la veamos caer; o si le pisamos la cola a un perro es casi seguro que nos muerda…

Pues bien, hace unos meses publiqué la foto de esta grama sembrada muy cerca al mar de nuestra bahía de Santa Marta y dije que se veía bonita, pero cuando llegara el mar de leva, las saladas olas marinas la iban a matar, y así ocurrió… Al momento de su siembra en ese sitio, solo por escarbar en la estupidez y en la corrupción, me hubiera gustado preguntarle al contratista o al operario, si esperaba que más nunca iba a ver altas olas en ese sitio, o si habiéndolas, la grama iba a sobrevivir a tan incompatible medio de vida… Seguramente me hubiese contestado que él recibía órdenes de un bruto más perverso que él mismo…

La conclusión se impone: La corrupción es descarada y no mide la más mínima consecuencia de sus actos… Lo importante es robar como sea, así las obras terminen siendo feos obstáculos para el paisaje y buen desarrollo de una ciudad turística como Santa Marta…

Un transeúnte de mi tierra: Alfonso Noguera Aarón MD…

4 imperdibles en 2024

Colombia es diversa y fascinante, llena de lugares con potencial turístico que ofrecen, tanto a nacionales como extranjeros, experiencias inolvidables que cuentan con características distintas y con recursos naturales, culturales e históricos…

Guainía… Guaviare… Dos destinos a la espera.

“De la mano de las Agencias de Viajes, estamos trabajando por impulsar en 2024 más destinos de nuestro país a los que antes no era fácil acceder por diferentes razones”, dice la presidenta ejecutiva de Anato Paula Cortés Calle… “Es importante entender que, en este sentido, el turismo no solo beneficia a los visitantes, pues también es una fuente de desarrollo económico para las comunidades y por eso estamos apostándole a diversificar la oferta de las agencias”…

Uno de tales destinos es Guainía, un territorio de extensas selvas con exóticos paisajes donde se destacan atractivos como los Cerros de Mavecure, una de las zonas de formaciones geológicas más antiguas de la tierra y donde se encuentran tres monolitos pertenecientes al Escudo Guayanés: Pajarito, Mono y Mavecure…

Desde allí, se puede disfrutar una hermosa vista de la selva y los ríos y apreciar aves exóticas; igualmente, en el departamento se ubica la Reserva Nacional Natural Puinawai, que alberga más de 180 especies de mamíferos, reptiles y peces, además de oscuras colinas de granito… Atractivo de este destino también es el Raudal del Mapiripana, un accidente geológico, en el que el Río Guaviare avanza sobre una formación rocosa del mesozoico, por lo que es ideal para hacer deportes extremos como el rafting…

Otro de los lugares de importante potencial para 2024 es Guaviare, una joya turística de naturaleza, cultural y sostenible… Allí, es posible conocer pinturas rupestres en la Serranía de la Lindosa… También se encuentra allí la Puerta de Orión, uno de los lugares más emblemáticos de la zona: una gran formación de 15 metros de base por 12 de alto, a través del cual, se dice que es posible observar el Cinturón de Orión: alineación de las estrellas Alnitak, Alnilam y Mintaka… Además, se ubica Tranquilandia, catalogado como el Caño Cristales de Guaviare, un sitio de belleza natural donde se resaltan las tonalidades verdes, rosadas, lilas y rojas de las algas, cascadas y pozos…

Putumayo, será también un destino imperdible para este año, gracias a su diversidad de aves, más del 50 por ciento de las especies con las que cuenta Colombia se encuentran en esta zona, y esto se debe a que este departamento pertenece a la cuenca del Amazonas, lo que lo hace que tenga diferentes ecosistemas tales como de várzea, morichales, bosques de galería, andinos y de páramo… Allí se encuentra el Cañón del Mandiyaco, una maravilla natural generada por el río que atraviesa la formación rocosa de origen volcánica y permite observar diferentes figuras de corte en las piedras… También se ubican cascadas como la Golondrino Mocoa, ideal para hacer senderismo; La Honda, la cual está a orillas del rio Caquetá, donde se puede realizar tubbing; y finalmente las cascadas del Fin del Mundo Mocoa, una majestuosa caída de agua que se esconde en medio de la selva amazónica y es perfecta para conectarse con la naturaleza, escuchar a las aves y las fuentes de agua que se hallan entre las montañas…

Putumayo y Caquetá, también imperdibles.

Para terminar, hay que indicar que Caquetá también se convierte en un destino de gran valor para visitar este año por su riqueza natural, cultural y científica… Brinda la posibilidad de realizar senderismo, avistamiento de aves y visitas a comunidades indígenas, entre otras… Una de las actividades que ofrece el departamento es la conexión de los visitantes con los relatos de los campesinos y habitantes de la zona urbana para conocer el proceso de transformación de la zona que años atrás estuvo afectada por la violencia… Allí también se encuentra la Piedra del Encanto, un enorme petroglifo de 16 metros de altura con figuras grabadas de serpientes, lagartos y micos…

“Estos son algunos de los destinos con vocación turística que desde Anato, con sus agencias de viajes y las comunidades, buscaremos promover durante 2024”, señala Cortés Calle… “Queremos que los viajeros descubran y aprecien estos atractivos, que se enriquezcan con todo lo que Colombia tiene para mostrar, mientras juntos construimos un turismo responsable y consciente”…

Embellecen ‘meadero’-‘popodero’

Desde siempre jamás, los extremos a ras de pavimento del área del Portal del Norte de Transmilenio, bajos de las rampas y las escaleras, han sido ‘miccionadero’ y ‘popodero’ —léase meadero y cagadero— de habitantes de calle, de locos y de cuerdos también, entre estos últimos ‘gente bien’, que las ganas apuran…

Desde hace varias semanas tales zonas de olores nauseabundos y feo aspecto fueron sometidas a paso restringido, rodeadas de polisombras y cintas ‘no pase’ y hace algunos días comenzaron trabajos de remoción de piso y tierra…

“Van a embellecerles su sitio preferido a ‘meones’ y ‘popones callejeros‘”, me dije… Y tomé varias fotos… “Ojalá y después haya vigilancia oficial, una vigilancia que se dedique a desterrar del lugar esa malsana costumbre de muchos que obliga a los peatones a aguantarse los desagradables olores y el horrendo paisaje que generan, por igual, los orines y los popós de locos y cuerdos”.