Evocación

Evocación

José Alfredo Meza-Casadiego se va con sus evocaciones hasta 2019 y presenta características de un Rey Momo que, siendo mozalbete, se emocionaba cuando las brisas ondeaban banderas de danzas reboleras.

Año 2019: ¡Qué Rey Momo!

Por José Alfredo Meza Casadiego

Aquel Rey Momo del Carnaval de Barranquilla —ganas de decirlo— no era un mito, no era una deidad griega.

Era de carne y hueso —ganas de reiterarlo— y él mismo fue construyendo su propia leyenda, verso a verso, letanía a letanía.

El hombre era, nada más —ni nada menos— que rebolero, barranquillero nacido en el barrio Rebolo de Curramba-Locombia, uno de los barrios más antiguos de la capital del Atlántico, Rebolo: bastión de fútbol con bola’e trapo y balón de cuero y cunasiento de danzas, de congos, de cumbiambas, de paloteos, de grupos de letanías y de más expresiones que este populoso sector aporta, desde siempre y para siempre, año a año, a esa Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad que es el Carnaval.

En 2019, ese Rey Momo recordaba que cuando era adolescente le encantaba el sonido del tambor de la danza de Congo que recorría las calles de arena del barrio: «Taratamtamtamtam… taratamtamtamtam», resonaba en sus oídos, ejecutado por el de siempre: un hombrecillo que parecía desafiar la muerte.

Imagen de portada: Un Rey Momo paseándose entre recuerdos del autor de esta nota evocativa de años atrás.

Cualquiera que lo viera concluiría, con tino barranquillero, que ese tamborero tomaba menjurje para ser eterno. Sin embargo, un día dejó de aparecer. Había muerto sin que la danza expidiera el acta de defunción. A este ejecutante de instrumento percusionista proveniente del África, le valdría fácilmente —de pronto como su nombre, aunque no de pila— el apodo de ‘Tambor’, porque ese ser humano, sus manos, formaba una sola entidad con el instrumento y tal nombre había de quedar inscrito solo en la memoria de quiénes lo conocieron.

Enjuto, flaco, más hueso que carne, alcanzaba con angustia a arañar un metro de estatura que terminaba enredado en estrofas de versos, especialmente las improvisadas por Pello, quien, para ganarse la vida todo el año, vendía víscera de vaca, el popular mondongo.

Entre estrofa y estrofa cantadas, Pello bebía cualquier trago de la época, asegurando que así mantenía la garganta impermeable al desfallecimiento de la voz. Sin embargo, cuando ya no podía arrastrar los pies debido a la borrachera, la diversión llegaba a su final.

Aquel mozalbete se emocionaba cuando las brisas ondeaban la bandera de la danza, izada hasta el pico de asta anunciando con su color y el dibujo de un animal, el nombre del grupo. Era llevada con orgullo, metros adelante de los danzantes y desde siempre, por generación tras generación de una misma familia, tras haber sido izada, con anterioridad, por la reina del carnaval de turno.

Sabrosura es lo que durante el Carnaval se respira en Rebolo, sede de la danza Toro-Grande.

Seguía la danza hasta sitios lejanos para su edad, cada paso que daba lo contagiaba de gusto por el Carnaval, gusto que se filtraba por su corriente sanguínea, sin que hubiese vacuna que pudiera evitarlo. Memorizaba los nombres de las calles y carreras que recorría la danza, para poder hacer el mismo recorrido en sentido contrario. Nunca daba un paso más, ni exhibía señales de extravío. Tampoco mostraba indicios de cansancio a pesar de que su piel y su ropa se empapaban por su sudor, se contaminaban por el polvo levantado por el baile de los danzantes, el tiempo que su cuerpo sentía un fugaz fresco.

Su musculosa memoria era señal de la inmensa producción de letanías que surgiría de su mente.

En los albores de sus 17 años, se incorporó al grupo de letanías ‘Ánimas rojas de Rebolo’, de los hermanos Barrios, y de esa forma hizo su entrada al mundo de las letanías, al mundo de los versos, con una característica entonación de rezo católico por medio de los cuales se satiriza, se crítica y se hace burla de temas y personajes locales, nacionales y allende las fronteras, durante la celebración del Carnaval.

Entre los 17 y los 22 años nació y creció en él la inquietud de investigar académicamente los conceptos de letanías, de estrofa y llegó a componer versos con métrica de ocho sílabas con su respectiva rima. Y su ritmo.

Vale precisar que los demás grupos se dan licencia para crear sin tener en cuenta la cantidad métrica.

Manos largas y huesudas y que vibre un tambor: «Taratamtamtamtam… taratamtamtamtam»

Versos
Sembré una planta de limón
que me produjo caimito,
que mueran las lenguas larg
as
y que sea el ron bendito.

Coro
Las letanías son elegantes,
si las tira Freddy Cervantes.

A mediados del decenio de los 80, decidió liderar su propio grupo, retomando el nombre de ‘Ánimas blancas de Rebolo’ que había desaparecido tras haber sido dirigido en los años 60 por el ‘Mono Héctor’, y por Eufredo de Alba y José Alfredo Meza en los 70.

Su fama saltaba fronteras urbanas, su nombre iba conociéndose en el ámbito carnavalero y llegó a las ondas sonoras de radio FM: participaba en concursos y ganaba.

Por los resquicios de su mente, salían a chorros versos y más versos que se apretujaban a la espera de ocupar un lugar privilegiado dentro de su libreta de apuntes como primera estación para luego reposar, de manera definitiva, en la carpeta de cartón marrón a fin de ser difundidas al público.

Peldaño a peldaño, con el sudor de su vitaminizado cerebro, fue reuniendo los requisitos que exigen los mandamás del Carnaval de Barranquilla, hasta que un día robusto de calor fue nombrado Rey Momo 2019.

Rey Momo/2019 coronado: Freddy Cervantes.

El evento carnavalero le dejó marcadas anécdotas, entre ellas, una con el presidente de la república de ese año, quien, al entregarle una camiseta del equipo insignia de la ciudad, confesó en voz baja: “Me complicaste la vida, yo le voy a otro equipo”.

Por último, su reinado y su leyenda no lo hicieron inmune a la inseguridad, sufrió el robo de su celular.

Hoy en día, Freddy Cervantes ocupa el cargo de presidente de la Fundación de Reyes Momos del Carnaval de Barranquilla.

Crédito por fotos: facebook.com/p/Danza-Toro-Grande-De-Rebolo – carnavaldebarranquilla.org