Alma de pueblo

Alma de pueblo

Con paso firme y corazón abierto, La Jagua del Pilar salió a las calles. La esperanza se hizo caminata y el liderazgo de Ivon Manjarrez se volvió causa compartida. ¡Aleluya!

Imagen de portada: Una calle de la Jagua del Pilar, cual río humano de color morado por cuyo cauce navega, hacia puerto seguro, la candidatura de Ivón Manjarrez al primer cargo administrativo de La Jagua del Pilar.

“VEN, GOBIERNA CONMIGO”

Por Evo Matrix

En La Jagua del Pilar, la política se siente en los pasos, se huele en la brisa caliente de la Serranía del Perijá, se escucha en los aplausos y las consignas que nacen desde el alma del pueblo.

Y este fin de semana, esa alma se desbordó en una caminata vibrante y llena de esperanza, liderada por Ivon Manjarrez, la mujer que quiere romper con dos décadas de historia repetida y cansada.

La jornada de integración —que fue mucho más que un acto político— se convirtió en un gran reencuentro de voluntades. Desde temprano, los jagüeros se fueron sumando a esta manifestación de respaldo. Llegaron desde El Plan, Berlín, El Piñal y Sierra Montaña, cruzando veredas y caminos polvorientos, con los rostros llenos de sol y de expectativa. En el casco urbano, las ventanas se llenaron de banderas y sonrisas. La caminata era una fiesta, pero también una declaración: La Jagua quiere otro rumbo.

Patio lleno, para palabras que fortalecen la esperanza.

Ivon, flanqueada por su familia y arropada por el cariño de sus simpatizantes, no caminaba sola. Caminaba con las voces de quienes llevan años pidiendo una administración que mire al campo, que escuche a los jóvenes, que abra oportunidades en vez de favores. Miles de jagüeros caminaba al compás de su lema, “Ven, gobierna conmigo”, que más que un eslogan es una invitación directa a cogobernar desde el afecto, la escucha y la acción.

La caminata desembocó en un encuentro de líderes sociales, voceros de la campaña y ciudadanos que, más que seguidores, parecen cómplices de una causa común: transformar. Allí, con un tono sereno pero firme, Ivon se dirigió a los suyos con palabras que retumban más allá del discurso:

“Seguimos trabajando casa a casa, convencidos de que ya es hora de dejar atrás más de 20 años de adoctrinamiento político. Ha llegado el momento de elegir mandatarios que amen a La Jagua del Pilar, que la defiendan y trabajen por su gente”.

No habló desde la rabia, sino desde la determinación. Denunció sin gritar, apuntó sin ofender. Y fue clara: este proyecto político no nace de imposiciones ni de pactos con gamonales.

En medio del entusiasmo de sus conterráneos, Ivón Manjarrez, de frente hacia la alcaldía de su pueblo.

“Aquí hay una familia política que lucha por un verdadero cambio. Estamos preparados para evitar que se repita lo ocurrido en los comicios pasados, donde no hubo garantías. Esta vez, vamos a defender la voluntad del pueblo”, dijo de viva voz.

Y es que, reafirmó Ivon, este proyecto político nace del abrazo de su madre, del consejo de su abuela, de la terquedad de su padre, el compositor Rafael Manjarrez. En esa triada familiar, dijo, está la raíz de su vocación de servicio.

“Gracias a mi mamá, por enseñarme a tener un corazón agradecido; a mi abuela, por inculcarme principios y temor de Dios; y a mi padre, Rafael Manjarrez, de quien heredé esta vocación de servicio, quien es una persona atenta, quien no se cansa, es perseverante, constante y con carácter. Gracias a ellos hoy tengo la fuerza para luchar por mi pueblo”. Esa es la literalidad de las palabras de Ivon.

También lanzó una advertencia: el proceso electoral no puede ser secuestrado por la trashumancia, esa enfermedad que carcome la democracia local y deja al pueblo con las manos vacías. “Debemos ser celosos el día de las elecciones”, dijo, sabiendo que en las urnas no solo se elige un alcalde, sino un destino.

Los patios de las casas de La Jagua del Pilar se llenan de Ivón, porque “Aquí sí manda el corazón”.

Con voz emocionada, Ivon miró hacia adelante: “Después del 18 de mayo, día de nuestro triunfo, estaremos listos para gobernar desde el primer momento. Vamos a priorizar el agro, el emprendimiento, la generación de empleo, el turismo y la atención real a la zona rural”.

La caminata terminó, pero el eco persiste: “Vamos a trabajar sin descanso para que en La Jagua del Pilar haya desarrollo, empleo, justicia social y dignidad”.

Este fin de semana, La Jagua del Pilar no solo caminó con Ivon: también respiró, soñó y creyó. En sus pasos estuvo la esperanza de un pueblo que ya no quiere más de lo mismo. Un pueblo que, esta vez, se prepara para decir: “Aquí sí manda el corazón”.

El pueblo jagüero camina con Ivón Manjarrez. Tiene bien entedida la invitación de la aspirante a la alcaldía de La Jagua del Pilar-La Guajira, en las atípicas del próximo 18 de mayo: “Ven, gobierna conmigo”.