Narrativa en tiempo post-aguinaldo sobre mágico video desde Berlín, una colección de arte contemporáneo, la presencia de ‘El inmigrante’ en Filbo y la auto-transfiguración de icónica mensajería por su tardi-entrega.
DIVERSO
2 valiosos obsequios
Por José Orellano
Dos obsequios —¿cuál de ellos más valioso?— me dejaron los aguinaldos de Navidad… A ambos los valoro en inmensa proporción…
Uno, el video navideño que grabaron en Berlín-Alemania, los titiriteros Camilo Torres Guanume y Leonardo Borda Pinzón, especialmente para El Muelle Caribe y, el otro, la colección de Arte Contemporáneo —tres libros— ‘Alicia Barney Caldas, María Elvira Escallón, Gabriel Sierra’ de Ciencuadras-Seguros Bolívar…
Un video hecho con amor…
«Feliz navidad José… Admiramos tu trabajo… Gracias», reza el mensaje que acompaña el video animado por dos marionetas, a las cuales ‘les dan vida’ las acertadas manipulaciones de Torres Guanume y Borda Pinzón, quienes andan de odisea cultural lejos del terruño, por África, durante todo noviembre; ahora por Europa, por Alemania…
La tarjeta que acompaña la antología-2018 Barney-Escallón-Sierra dice que «En esta época de reflexión y celebración, queremos agradecerte por ser un aliado invaluable este año… Tu dedicación y profesionalismo han sido clave para que nuestras historias lleguen más lejos, contribuyendo a que más colombianos tengan casa propia… Deseamos que esta Navidad esté llena de luz, alegría y momentos especiales para ti y los tuyos… Que el 2025 venga cargado de éxitos y nuevas oportunidades para seguir construyendo juntos»…
El video de los titiriteros lo compartí con mis amigos en WhatsApp y, entonces, ahora publico varias de las reacciones que provocó el disfrute de ese logro de la tecnología de grabación, reproducción y transmisión de imágenes en movimiento, acompañadas de sonido, y enviado en un santiamén —gracias también a las tecnologías—, desde el Viejo Mundo hasta este sitio del Nuevo Continente: Berlín-Bogotá, distantes 9.431 kilómetros, aproximadamente; es decir: alrededor de 5.869 millas…
Y he aquí a los receptores del video reenviado a ellos(as):
“¡Bello!”, calificación de la incomparable amiga Alba Quintero Almenares…
“¡Qué chévere, muy lindo, hermano!”, manifestación de otro entrañable amigo: Bladimiro Nicolás Cuello Daza…
“¡Está muy bacano”, por parte de mi hermana Maritza…
“Gracias, tío… ¡Feliz navidad!”, anotación de María Carolina Villamil…
“¡Feliz Navidad, Jose!”, deseo de Víctor Silva Solano…
“Feliz Nochebuena, viejo Jose, con el afecto de siempre”, trazo de Eduardo García Martínez…
“Felices Pascuas de Navidad”, anhelo de María de los Ángeles Altahona…
Y “Felicidades” y “Bendiciones”, clamores de don Siervo Mora Monroy y Víctor Hugo Vidal Barros…
El detalle de ‘Ciencuadras’ habré de degustarlo —en su debido momento—, página a página, gráfica por gráfica, texto más texto, con disponibilidad de tiempo, deseos de aprendizaje y un termo de tinto a mi lado… En el entretanto, confieso que me dejé tramar por la presentación en portada del libro que recoge la obra de Sierra: «_a__ie _ie__a»… Descifré esa especie de acertijo antes de llegar, en rápido hojeo-ojeo al obsequio, hasta la aclaración del artista: _a__ie _ie__a, “todas las vocales de mi primer nombre y apellido”, precisa él… ‘Nombre y apellido sin consonante’, me había dicho yo… ‘¡Muy original Gabriel!’, pensé…
En este contexto, debo expresar agradecimientos a María Elena Puello Gómez por alimentar a El Muelle Caribe, esporádicamente, con las historias de ‘Ciencuadras’…
‘El inmigrante’ —del Caribe Vásquez Aldana—,
tejerá puentes con paso firme en la Filbo/2025
Todo indica que ‘El inmigrante’, el nuevo libro del escritor Caribe Luis Felipe Vásquez Aldana, habrá de tener paso —temporal, pero pisando fuerte—, en Corferias durante la próxima edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, Filbo…
En ese recinto ferial capitalino será presentado ‘El inmigrante’, que es como un mosaico, pero de relatos que ya han sido publicados en España, Venezuela y Estados Unidos gracias al reconocimiento que ha logrado el autor en distintos certámenes literarios…
‘El inmigrante’, de acuerdo con el escritor, “es una obra que evoca profundamente el viaje y la transformación personal entre la lucha eterna del bien y del mal”…
Vásquez Aldana precisa que la obra “está situada en los comienzos del siglo pasado y que su narrativa se desarrolla en un contexto histórico que acentúa los desafíos, experiencias y, quizá, los trastornos de los inmigrantes de aquella época”…
Quienes lo siguen detenidamente, afirman que la prosa de Luis Felipe Vásquez Aldana se caracteriza por su riqueza descriptiva y emocional y lleva a explorar no solo el entorno físico, sino también el interno del protagonista…
Por medio de un texto que nos llega, se sabe que “la historia sigue a un individuo que, en su travesía, enfrenta tanto obstáculos externos como internos, reflejando las luchas comunes a todos aquellos que buscan un nuevo comienzo en tierras desconocidas, ocultando sus crímenes a través del camino poético de la expiación de las culpas”…
Con un lenguaje evocador —agrega el texto—, Vásquez Aldana “pinta un cuadro vívido de los miedos, esperanzas y redenciones que marcan el viaje del inmigrante, dejando un leve rastro de lo que pareciera una vida de crímenes”…
La inclusión de este libro en la compilación ‘Puerto de cenizas’ y su reconocimiento como finalista del II Certamen Literario Agustín Sánchez Rodrigo en Villa Serradilla, Cáceres, España 2022, subraya su valor literario y su impacto en la literatura contemporánea…
‘El inmigrante’ —señala el texto ya aludido— “es una obra que se sumerge en la vida de varios personajes por medio de una serie de relatos interconectados, ambientados en diferentes épocas y lugares… La narrativa se centra en temas de inmigración, amor, crimen y redención, explorando las profundidades de la condición humana, cuya esencia Vásquez Aldana ha sabido capturar y lo proyecta en sus relatos… Su trabajo se distingue por una atención meticulosa al detalle y una profunda comprensión de la naturaleza humana… Vásquez Aldana no solo se limita a narrar eventos, sino que nos invita a vivirlos y sentirlos a través de sus palabras”…
“Su habilidad para entrelazar la historia personal con el contexto histórico”, puntualiza el escrito del cual hacemos eco, “brinda una dimensión adicional a sus obras, convirtiéndolas en reflejos del espíritu humano frente a la adversidad… La nominación de su obra en certámenes literarios prestigiosos es testimonio del talento del intelectual y de sus dedicación a la escritura”…
En resumen, ‘El inmigrante’ es una lectura imprescindible para aquellos interesados en historias de lucha, resiliencia y esperanza en contra del mal, contadas con una maestría literaria que sólo autores como Luis Felipe Vásquez Aldana pueden ofrecer.
De seguro que, tejiendo puentes con pasos firmes y cargando su cielo en los hombros, ‘El inmigrante’ dejará en Filbo/2025 memorias como equipaje invisible y muy dignas de leer…
Auto-transfigurada en Tardientrega
Esa compañía creada con la pequeña liquidación que recibió un mensajero después de haber sido despedido y que fue fundada algún día de finales de 1982, se me ha auto-transfigurado…
Entre el 15 de octubre y el 19 de diciembre me ha jugado dos trastadas que me han puesto, en medio de mis raptos de supuesta creatividad, a buscarle transformación no solo a la marca que se proclama como la empresa de mensajería más importante de su género en Colombia, sino también a su eslogan…
De arrancada pienso en un ajuste para el logotipo, el cual debe ‘respetar’ encuadre y color del original, y rudimentariamente elaboro el arte —mi versión gráfica— con que me ayudo a ilustrar esta nota …
Argumentos:
El pasado martes 15 de octubre, con la convicción de que llegaría si no en 48 por lo menos en 72 horas, confié la remisión de un sobre con documentos importantes de Bogotá a Barranquilla a la mensajería que, en sus comienzos, utilizó eslóganes como “entregas en 24 horas” y “es entrega segura”… Eran las 9:53 de la mañana de ese bendito martes cuando lo puse…
Pues bien, 7 días después, a una misma hora, noche del 24 de octubre de 2024, el destinatario del sobre volvió a escribirme como, vía WhatsApp, venía haciéndolo desde el 17: “Jose, buenas noches… Nada que llega el sobre”, me dijo por enésima vez…
Por fin el estuche de papel con su contenido había de llegar a manos del receptor, al mediodía del día siguiente, el viernes 25 de octubre… Es decir: 10 días después de puesto en una agencia en el centro comercial Mirandela de esa trasportadora de correspondencia física que despegó definitivamente en los años 90…
Pero para entonces, ya los documentos eran extemporáneos cuando se entregaron en la dirección acordada y había tenido que recurrir a ‘Rapidísimo’ para volver a enviar los documentos actualizados de Bogotá a Barranquilla, lo cual hice a la 1:06 de la tarde del 24 de octubre… Al día siguiente, ¡rapidísimo!, fueron recibidos en la capital del Atlántico…
Pasaron los días, pero, terco yo, no aprendí la lección… Y el jueves 19 de diciembre volví a confiar en esa misma firma, misma que ha cumplido 42 años de fundada… En una agencia del centro comercial Autopista Norte cerré mi diligencia depositaria a las 5:30 de la tarde, con días de anticipación, pagando su envío por avión, porque deseaba que un paquete-obsequio llegara a Barranquilla antes de Nochebuena —‘ojalá el sábado 21, por lo menos’, pensaba para mis adentros—, mediante esa mensajería que “está a la cabeza en Ecuador y se posiciona cada día mejor en Perú y tiene presencia en varios países centroamericanos, en Miami y en España”…
Lo enviado —Bogotá-Barranquilla— era como una especie de aguinaldo…
Pero el martes 24 de diciembre de 2024, hacia el mediodía —cinco días después de haberlo puesto con pago de transporte aéreo, repito— el encargo ¡no llegaba a su destino!… Y el esposo de la destinataria, cargado él de proverbial positivismo, me escribió: “Intenté igual llamar a la línea nacional y me dejaron esperando como 30 minutos y colgué… Pero, papá, falta el resto de la tarde, Dios mediante… No perdamos la fe”…
El Jr. respondía a mi comunicación vía celular, por medio de la cual yo le decía que hacía pocos minutos, desde Barranquilla, habían dejado plantada en música robótica de espera —¡un largo rato!— la llamada hecha por la agente de la empresa en el centro comercial Autopista Norte que, diligente, buscaba la manera de darle respuesta a mi enérgico cuestionamiento por los días de retraso en la entrega de mi paquete…
De nada valió el optimismo y la esperanza de Jr.… Porque pasaron Nochebuena y Navidad y el aguinaldo no llegó, sino que lo haría hacia el mediodía del jueves 26, en medio de “felices pascuas”…
La falta de explicaciones por el atraso en la entrega —desde los número telefónicos de la proveedora de encomiendas que tiene como propósito “dejar ‘huella verde’ en el mundo” nunca contesta un humano, siempre un robot que nada soluciona y decide poner música para la aburrición del usuario afectado y plantado al otro lado de la línea—; esa indolencia empresarial, preciso, fue la que me dio luces para definir el eslogan del logotipo diseñado para la firma auto-transfigurada: “Con retardo de soluciones”, cree…
Dadas las circunstancias, esa metamorfosis de la firma que va en “una expansión que no termina”, lleva, por cuenta mía, un logotipo-caricatura —y hasta posible meme— que reza: “Tardientrega, con retardo de soluciones”…
Entrega tardía y retardo en soluciones, sí, esta última porque nada se logra oportunamente por medio del contacto telefónico o por web a través de chateos que te prometen “pronto un asesor se comunicará con usted”, aunque nunca vaya a darse tal comunicación… Como en mi caso no se dio…
Aunque “continúa” —lo pregona ella misma— “entregando progreso y desarrollo para sus clientes, el mundo y su gente”, en mi caso consolidado en dos sesiones, la firma se ha auto-transfigurado debido a que personal y directamente me ha demostrado que, sin intervención externa, se ha generado en ella un cambio profundo en sus diligencias… En su misión… Gracias a lo cual ha alcanzado un nuevo estado de ser y de identidad, status, le dicen… Se ha auto-transfigurado —gracias a sus propios desatinos—, transformándose de manera significativa, pero, en este caso, probablemente negativa…
Sí, he escrito sobre Tardientrega, con retardo de soluciones…
Lo he hecho, imaginándome permanentemente el abultado número de usuarios que ha atravesado o está atravesando o atraviesa por situaciones como la mía, y todo por querer hacer llegar a tiempo una encomienda de ciudad a ciudad…