¿Liberación?

¿Liberación?

La independencia de América: ¿Liberación genuina o mera sustitución de poder? Ensayo de José Manuel Villarreal Gravini explorando su impacto y las actuales iguales desigualdades. Para leerlo de un tirón.

Imagen de portada: Invasores o colonizadores o conquistadores o abusadores en su encuentro con los aborígenes de América hace más de 500 años. Surgieron los criollos ‘independentistas’, pero los vicios importados siguieron por igual para la nueva gobernanza de la América ‘libertada’.

LA PARADOJA DEL PODER EN AMÉRICA

Entre la imitación y el ‘gatopardismo’

Se celebra este miércoles 7 de agosto de 2024 un nuevo aniversario de la Batalla de Boyacá 205 años, sello de la Independencia del yugo español y sobre lo que hubiera podido representar aquel acto heróico tanto para la libertad como para la equidad en América , trata el presente ensayo.

Por José Manuel Villarreal Gravini

¿Qué significó realmente la independencia de América? ¿Fue un acto de liberación o de sustitución del poder? ¿Qué cambió y qué permaneció igual después de la emancipación política de las colonias españolas? Estas son algunas de las preguntas que se plantean al estudiar este fenómeno histórico y social, que marcó el destino de millones de personas en el continente americano.

El destino inmediato de los habitantes de las antiguas colonias fue muy diverso, dependiendo de su ubicación geográfica, su clase social, su etnia y su género. Algunos se beneficiaron de la independencia, otros la sufrieron o la resistieron. El destino a largo plazo de las naciones que surgieron tras la independencia también fue variado, y estuvo marcado por conflictos internos y externos, procesos de integración y fragmentación, avances y retrocesos en el desarrollo económico, social y político.

En este ensayo, se pretende analizar críticamente la independencia de América y mostrar sus implicaciones y consecuencias para la realidad actual del continente. Se parte de la premisa de que el proceso independentista fue un proceso ambiguo y contradictorio, que no significó una ruptura radical con el sistema colonial, sino una reconfiguración y una reproducción de sus vicios y desigualdades por parte de los criollos americanos.

Un clásico ‘gatopardismo’.

Para sustentar esta tesis, se expondrán tres argumentos. El primero se refiere al ideal de los españoles de no tener que trabajar ni obedecer, el de tener fueros para que las leyes no le fuesen aplicadas a ellos y servidumbre para poder mandar y no tener que fatigarse… y cómo este ideal fue imitado por los nuevos líderes políticos en sus cargos de poder, después de la independencia. (García-2017).

El segundo se relaciona con el concepto de ‘gatopardismo’ o ‘lampedusianismo’ —del cual se hablará más adelante—, que describe situaciones en las que se prometen cambios o reformas, pero en realidad se realizan modificaciones superficiales que no afectan sustancialmente el poder o las desigualdades existentes.

El tercer argumento se enfoca en las costumbres burguesas que adoptaron los criollos americanos al reemplazar a los españoles en el poder, y cómo estas costumbres perpetuaron la explotación y la discriminación de las clases populares, indígenas y afrodescendientes.

La aspiración española: no trabajar ni obedecer

El ideal de vida de los españoles que colonizaron América estaba basado en la ociosidad y el despotismo, buscando vivir de las riquezas y el trabajo de los indígenas. Este ideal se transmitió a los criollos, mestizos y mulatos que se rebelaron contra el dominio español y fundaron las nuevas repúblicas después de la independencia. Sin embargo, estos nuevos gobernantes no lograron crear una sociedad más justa y democrática, sino que reprodujeron el mismo modelo de explotación y privilegio que habían heredado de los conquistadores. Esto resultó en la perpetuación de la desigualdad, la pobreza y la corrupción en América Latina.

Despotismo español —vivir de las riquezas del indígena—, un legado a los nuevos amos, los criollos, que copiaron todo el mal comportamiento de los conquistadores.

González Prada (2008) sostiene que los criollos reprodujeron el modelo de explotación y privilegio heredado de los conquistadores. En su obra ‘Horas de lucha’, afirma: “Los nuevos amos, los criollos, no han hecho sino continuar la obra de los conquistadores” (p. 17). Esto demuestra cómo los criollos no lograron transformar la estructura de poder y las desigualdades existentes, sino que las mantuvieron.

Eduardo Galeano (2010) también aborda esta problemática en su obra ‘Las venas abiertas de América Latina’. Menciona cómo los criollos, a pesar de su lucha por la independencia, no lograron establecer una sociedad más justa y equitativa. Galeano afirma: “Los nuevos dueños, los criollos, tomaron el relevo y se instalaron en el lugar de los antiguos amos, sin alterar las estructuras de poder y explotación” (p. XX).

Es importante destacar que este argumento no busca generalizar a todos los individuos y sociedades de América Latina, sino más bien señalar una tendencia histórica y estructural que ha contribuido a la persistencia de la desigualdad y la corrupción en la región.

El gatopardismo: cambios superficiales, poder inalterado

En este contexto, es relevante mencionar el concepto de ‘gatopardismo’ o ‘lampedusianismo’. Giuseppe Tomasi di Lampedusa en su novela ‘El Gatopardo’ expresa la idea de que en situaciones de crisis o conflicto se pueden realizar cambios o reformas aparentes que no alteran la esencia o la estructura del sistema dominante. “‘Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie’, resume la idea de que en situaciones de crisis o conflicto se pueden realizar cambios o reformas aparentes que no alteran la esencia o la estructura del sistema dominante” (Lampedusa, 1958/2006, p. 32).

Una de las portadas de la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa.

Lo anterior se relaciona con la reproducción del modelo de explotación y privilegio en América Latina. Como menciona Quijano (2010): “los cambios políticos no han alterado las estructuras económicas y sociales fundamentales de la región” (p. 125). Esto respalda la idea de que, a pesar de los cambios en el ámbito político, las desigualdades y la explotación persisten en América Latina.

En esencia, el concepto de ‘gatopardismo’ o ‘lampedusianismo’ se refiere a la estrategia de realizar cambios o reformas aparentes que no alteran la esencia o la estructura del sistema dominante. Esta estrategia se utiliza para mantener el poder y las desigualdades existentes, mientras se crea una ilusión de progreso o renovación. Este concepto ha sido utilizado para analizar diversos procesos históricos, políticos y sociales, especialmente en sociedades con profundas desigualdades y estructuras de poder arraigadas (Quijano, 2010). El ‘gatopardismo’ revela la persistencia de las divergencias y el mantenimiento de las estructuras de poder en medio de los cambios superficiales.

Una de las razones por las que se recurre a esta estrategia es el temor a las consecuencias que podrían surgir de cambios reales y significativos. Los líderes políticos a menudo están vinculados a intereses económicos y sociales poderosos de los que se benefician al mantener el statu quo. Por lo tanto, prefieren realizar cambios cosméticos que no amenacen su posición o la de aquellos que los respaldan.

La obra de J. C. Mariátegui.

En este sentido, es importante reflexionar sobre la necesidad de ir más allá de los cambios superficiales y buscar transformaciones profundas que aborden las raíces de las desigualdades y la injusticia. Como menciona Mariátegui (2011) en sus ‘Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana’, es necesario cuestionar y superar el modelo de explotación y privilegio heredado de los conquistadores.

Es fundamental reconocer que la historia y las estructuras de poder influyen en la realidad actual, pero también es importante destacar que el futuro no está determinado por el pasado. Como sociedad, tenemos la responsabilidad de construir un futuro más justo y equitativo, rompiendo con los patrones de explotación y privilegio. Por consiguiente, es necesario romper con el modelo de reproducción de privilegios y trabajar hacia una sociedad más justa y equitativa.

La independencia y el deseo de imitar a los poderosos

Los criollos americanos, descendientes de los españoles nacidos en América, ocuparon una posición privilegiada pero subordinada a los peninsulares en la sociedad colonial. Adoptaron costumbres burguesas europeas, pero también desarrollaron una identidad propia basada en su pertenencia a la tierra americana y en su oposición al dominio español.

Una interpretación gráfica de El Muelle Caribe sobre la herencia legada por los españoles a los criollos españoles, con base en la frase de Manuel González Prada.

Los criollos fueron los principales actores en los movimientos independentistas de América Latina en el siglo XIX. Sin embargo, al reemplazar a los españoles en el poder, no lograron cambiar sustancialmente el sistema impuesto en la colonia, sino que lo reprodujeron en su propio beneficio. Esto perpetuó la explotación y la discriminación de las clases populares, indígenas y afrodescendientes que habían sido marginadas y oprimidas durante la época colonial.

Galeano, sobre esta idea, nos aporta: “Los nuevos amos, los criollos de origen español, asumieron la herencia y la administraron a su favor” (Galeano, 1971/2010). Esto demuestra cómo los criollos no lograron transformar las estructuras de poder y desigualdad existentes, sino que las perpetuaron.

José Carlos Mariátegui, en su obra ‘Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana’, también aborda este tema. Mariátegui sostiene que los criollos mantuvieron una relación de dominación y explotación hacia las clases populares, afirmando: “El criollo no es un proletario, pero es un explotador” (Mariátegui, 1928/2011). Esto muestra cómo los criollos, a pesar de su lucha por la independencia, no lograron establecer una sociedad más justa y equitativa.

En conclusión, la paradoja del poder en América Latina tras la independencia revela una contradicción fundamental entre los ideales de libertad y justicia, más allá de la legalidad, y la realidad de las estructuras de poder. Los criollos americanos, al imitar a los españoles en sus costumbres burguesas y adoptar estrategias de ‘gatopardismo’, perpetuaron las desigualdades existentes, dejando a un lado la posibilidad de una verdadera transformación social. Para comprender y superar esta paradoja, es necesario analizar críticamente la historia y buscar un cambio real en las estructuras de poder, que permita construir una sociedad más justa y equitativa para todos los ciudadanos de América Latina.

La obra de Aníbal Quiijano.

En este ensayo se ha planteado que la independencia de América fue un proceso ambiguo y contradictorio, que no significó una ruptura radical con el sistema impuesto en la colonia, sino una continuidad y una reproducción de sus vicios y desigualdades por parte de los criollos americanos. Los españoles tenían un ideal de no trabajar ni obedecer, y que los nuevos gobernantes los imitaron después de la independencia. Se evidencia que la independencia fue un caso de gatopardismo o lampedusianismo, en el que se prometieron cambios o reformas, pero en realidad se realizaron modificaciones superficiales que no afectaron sustancialmente el poder o las desigualdades existentes. Los criollos americanos adoptaron las costumbres burguesas de los españoles al reemplazarlos en el poder, y perpetuaron la explotación y la discriminación de las clases populares, indígenas y afrodescendientes.

Ante este panorama histórico y social, cabe preguntarse: ¿qué podemos hacer para cambiar esta realidad? ¿Qué podemos aprender de la historia para no repetir sus errores? ¿Qué podemos aportar desde nuestra ciudadanía para construir una sociedad más justa e inclusiva? Se requiere una revisión crítica de la historia oficial de América, reconociendo las contradicciones y las injusticias que han marcado su desarrollo, así como las resistencias y las alternativas que han surgido desde los sectores populares, indígenas y afrodescendientes. Se necesita una conciencia histórica y social que nos permita asumir nuestra responsabilidad como actores y agentes de cambio en nuestro continente.

Referencias bibliográficas:

Galeano, Eduardo. (2010). ‘Las venas abiertas de América Latina’.

García Villegas, Mauricio. (2017). ‘El orden de la libertad’.

La obra de Manuel González Prada.

González Prada, Manuel. (2008). ‘Horas de lucha’.

Lampedusa, Giuseppe Tomasi di. (1958). ‘El Gatopardo’ (novela).

Mariátegui, José Carlos. (2011). ‘Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana’.

Quijano, Aníbal. (2010). ‘Cuestiones y horizontes. De la dependencia histórico-estructural a la colonialidad/descolonialidad del poder’.

Septiembre de 2023

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