Diferencias de edad entre pareja: Ella, 25 años, y él, 52, se encuentran casualmente en un evento y desencadenan una conexión profunda, desafiando normas sociales sobre edades en el amor.
TIEMPO DE AMOR…
Amor con diferencia de edades,
listo a desafiar normas sociales
¿Cómo afrontar exitosamente una relación en esas condiciones?
Por Inocencio De la Cruz
Tú tienes 25 y tu pareja 52. Mismos números —combinación de dígitos: un ‘combinao’, como en el chance—, pero… ¡una diferencia de 27 años!
Y esta es la historia…
Coincidieron en la presentación de un libro. Sus brazos se rozaron fugazmente al acercarse para la firma del autor, y el breve contacto les agradó a ambos. Giraron sus cabezas, sus miradas se acariciaron penetrantemente y se fundieron en una mutua sonrisa.
—Soy Elsa —dijiste tú.
—Me llamo Hernando —respondió él.
Libro en mano, echaron a caminar en silencio. Conscientes de que una y otro estaban prestándose atención, sus miradas se cruzaron de reojo —¡cómplice reojo!— y, sin hablarse, se invitaron a un café: se dirigieron a la cafetería del centro de eventos.
Se sentaron. Él pidió un capuchino de vainilla y tú replicaste su elección. Sus ojos no se cansaban de mirarse el uno al otro mientras, aun sin conversar, absorbían la bebida caliente.
Tú comenzaste.
—Me encanta Cepeda Samudio —dijiste.
—‘La casa grande’, ese diálogo de los dos soldados en Ciénaga, ¡uf! —te respondió Hernando.
Y hablaron largo. No solo de Cepeda Samudio, García Márquez, Neruda y ‘El tuerto’ López, sino de cualquier autor, conterráneo o universal, antiguo o contemporáneo, cuyo nombre se les viniera a la mente.
Tú terminabas tus estudios de literatura, él era redactor del periódico más importante de la región. Tú eras académica, él era autodidacta, empírico devorador de textos. Se entendían a las mil maravillas en su diálogo ‘intelectual’.
Aquella primera vez estuvieron juntos, pero sin ni siquiera tocarse las manos, durante casi quince horas. La aurora los abrazó sentados sobre el césped en el parque de Las Madres, hasta donde se habían ido caminando y hablando de literatura, el gusto que los identificaba. Una botella de agua cristal para compartirla, era succionada por una y otro como para apaciguar instantes de emociones, aceleres del corazón.
Antes, horas antes —la noche anterior—, habían cenado espléndidamente, recreando a su manera el lema “Amor al horno, al vino y a la buena pizza”. Era el eslogan del restaurante que él frecuentaba porque sentía fascinación por los platos italianos. Durante la velada, tú te habías sentido plena de satisfacción, ¿lo recuerdas? Te gustó verlo comer.
Así había de comenzar a cultivarse tu romance con ese hombre, 27 años mayor que tú en claro desafío a las normas sociales. Pero habías encontrado en él una conexión muy especial y todo, entre ustedes dos, parecía fluir de maravilla.
Entonces, decidiste aplicarle literatura sensiblera a tu aceptación interior: “Un amor profundo y sincero es el reloj de arena del corazón, en el cual cada grano de tiempo se desliza sin distinción entre generaciones y muestra que el alma abraza la eternidad sin necesidad de medir distancias cronometradas”, escribiste en tu diario.
Desde la intimidad de tu sentir, habías recreado una manera hermosa de expresar cómo el amor auténtico puede trascender las limitaciones del tiempo y del espacio, las barreras sociales, la mayor diferencia de edades.
Aun así, antes de que ambos expresaran en palabras —más allá de la insistente “pensadera— la recíproca atracción, esa diferencia de edad te había llevado a preguntarte si te atreverías. ¡Eran 27 años de distancia cronológica! Sin embargo, en lo profundo de tu ser sentías que él mostraba el mismo entusiasmo sincero que tú. Y eso te imantaba más y más hacia Hernando.
A la postre, eran dos adultos que, aun solo como amigos, se demostraban cariño mutuo y que, cada uno por su lado, tenían la plena certeza de que una relación amorosa entre ustedes, a pesar de la diferencia de edad, podía resultar muy exitosa.
De hecho, salir con alguien notablemente mayor o menor se había convertido ya en algo cada vez más común.
A tono contigo
Para ponernos a tono con tu 25-52, haremos eco de una nota que envió a nuestro gmail la Sr. PR Expert en another Colombia Tatiana Angie Rangel Layton y que ha de guiarnos —según expertos, dice la nota— para afrontar exitosamente “una relación con diferencias de edad”.
La aplicación de citas y redes sociales Bumble, fundada en 2014 por Whitney Wolfe Herd, se ha encargado de adelantar un estudio de tendencias de este tipo de encuentros afectivos en lo que va corrido de 2024 y ha establecido que 6 de cada 10 mujeres —un 59 por ciento— saldrían con alguien menor, y que 8 de cada 10 hombres —un 82 por ciento— están dispuestos a salir con mujeres mayores.
El estudio asegura que no solo ha cambiado la iniciativa para buscar citas de corte sentimental —pensando en una relación seria hacia futuro— con personas de diferentes edades, sino también la percepción y la opinión sobre el asunto que estamos tratando.
Un 34 por ciento de los encuestados afirmó que durante el último año se han vuelto menos críticos de personas que están saliendo con alguien considerablemente mayor o menor (25-52, por ejemplo).
De Bumble se destaca su enfoque en empoderar a las mujeres, que ellas puedan dar el primer paso y enviar el primer mensaje en las conexiones heterosexuales, gracias a lo cual se busca fomentar un ambiente más respetuoso y controlado por el género femenino.
La aplicación se ha expandido más allá de las citas, creando una plataforma donde los usuarios pueden conectarse de diversas maneras, con un enfoque en la seguridad y la autenticidad de las interacciones.
Tres acciones
«Desde Bumble, hemos hablado con expertos sobre cómo llevar una relación en la que entra en juego la diferencia de edad y estos son algunos de los consejos», informa la aplicación.
1.- Aprender a aceptar las diferencias generacionales. En una relación con una diferencia de edad, no cabe duda de que habrá disparidad en las referencias culturales. Por ejemplo, puedes mencionar a un famoso y tu pareja no tendrá ni idea de a quién te refieres, o utilizará una jerga que no significa nada para ti. Pero esto no tiene por qué ser un problema. “En realidad, puede ser una ventaja en lugar de un inconveniente si la pareja está interesada en influirse mutuamente”, dice el psicólogo clínico Stan Tatkin. “Es una forma de ampliar sus referencias culturales e incluso de introducir al otro en sus intereses”. En otras palabras: aceptar y abrazar las diferencias del otro puede servir de superpoder en lugar de debilidad.
2.- Debatir los objetivos vitales a corto y largo plazo. Discutir los objetivos de vida es complicado tanto si la diferencia es de un año como una década. Sin embargo, se hace más urgente cuando la diferencia de edad es mayor, 27 años, por ejemplo. “Discutir los objetivos vitales a corto y largo plazo puede ser un reto, sobre todo cuando entran en juego factores como tener hijos, el matrimonio o posibles traslados”, dice la psicoterapeuta Gyne Aramyan. “Mi recomendación es fomentar una comunicación abierta y honesta desde el principio”.
3.- Acabar con los detractores. Puede que tus amigos y familiares te hagan comentarios sobre la diferencia de edad, pero para los que de verdad se preocupan por ti, estas opiniones deberían desaparecer cuando empiecen a ver los aspectos positivos de tu relación. La psicóloga licenciada y terapeuta de parejas Clara Zelleroth afirma que en los casos en los que alguien tenga preocupaciones legítimas —y tú confíes en él—, no pasa nada por entablar esas conversaciones.
“Una regla general es tratar de centrarte en tu propia experiencia, sentimientos y emociones mientras haces un esfuerzo activo por escuchar sus argumentos con curiosidad y apertura”, precisa Zelleroth. “Reconoce esas preocupaciones e inquietudes externas, pero en última instancia la decisión de salir —o de convivir— con esa persona está dentro de ti”.
Definitivamente, el amor es un sentimiento que no entiende de edades, razas ni clases sociales. A lo largo de la historia, se han contado innumerables historias de parejas cuyos vínculos trascienden las barreras impuestas por la sociedad, en especial cuando la diferencia de edad es mayor, 27 años, por ejemplo.
Reflexión
En un mundo en el cual a menudo se juzga y critica lo que no se comprende, la invitación es a abrir nuestras mentes y nuestros corazones. Tener presente que el amor verdadero es raro y precioso y que cuando lo encontramos, debemos aferrarnos a él con todas nuestras fuerzas, sin importar las diferencias que puedan existir. Ni siquiera las de edades.