COP29: exigencia y crisis

COP29: exigencia y crisis

Mientras el WTTC exige inversiones urgentes en turismo costero-marino, en COP29 se viven tensas negociaciones climáticas. Pero hay que definir rumbo de lucha contra cambio climático. Orellano y Evo Matrix.

Para acción climática y creación
de resiliencia, se requieren 65 mil
millones de dólares al año: WTTC

El estudio ‘Clima y océano: cuantificación del turismo costero y marino y protección de los destinos’, a publicarse próximamente, destaca tales necesidades para la protección, ante los crecientes riesgos climáticos. COP29 al borde del colapso.

Por José Orellano

En inglés, el estudio se titula ‘Climate and Ocean: Quantifying Coastal and Marine Tourism and Protecting Destinations’, que traduce ‘Clima y océano: cuantificación del turismo costero y marino y protección de los destinos’ y precisa que “los destinos costeros de todo el mundo, especialmente los de las regiones vulnerables, se enfrentan a crecientes amenazas derivadas del cambio climático”.

Amenazas puntuales —que no han dejado de vivirse en los últimos tiempos—, como el aumento del nivel del mar, incluyendo sunamis; los fenómenos meteorológicos extremos y la erosión costera.

‘Clima y océano: cuantificación del turismo costero y marino y protección de los destinos’, un estudio WTTC que busca salvar el turismo de las arremetidas del cambio climático.

El estudio ha sido esbozado en desarrollo del Día de Acción por los Océanos durante una nueva jornada de la vigésima novena Conferencia de las Partes —COP29— de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático-CMNUCC, que, accidentada casi a su clausura, se realiza en Bakú, Azerbaiyán.

Allí, frente a líderes mundiales, el Consejo Mundial de Viajes y Turismo-WTTC, planteó la necesidad de realizar una inversión climática urgente en el turismo costero y marino para protegerlo de tales fenómenos extremos.

De acuerdo con el WTTC, para lograr la mitigación necesaria, el turismo costero y marino requerirá inversiones anuales de 30 mil millones de dólares para la reducción directa de emisiones, con requerimientos totales que alcanzarán los 65 mil millones de dólares si se incluyen los esfuerzos de adaptación climática.

Sacado adelante en colaboración con Iberostar Group y Oxford Economics, el estudio se reafirma en que “a pesar de su importancia económica, la huella ambiental del turismo costero y marino exige medidas rápidas de mitigación y adaptación”, en especial porque los destinos costeros de todo el mundo, especialmente los de las regiones vulnerables, se enfrentan a crecientes amenazas derivadas de la evolución acelerada del sistema climático.

El informe destaca que el turismo costero y marino contribuyó directamente con el 0,8 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero en 2023, lo cual equivale a 390 millones de toneladas de dióxido de carbono-CO₂.

Climate and Ocean: Quantifying Coastal and Marine Tourism and Protecting Destinations’ hace manifiesto que, en 2023, el turismo costero y marino generó directamente 1.5 billones de dólares y fue responsable de 52 millones de puestos de trabajo en todo el mundo. Y adiciona la información de que también representó aproximadamente el 50 por ciento de todo el gasto de los turistas a nivel mundial, generando 820.000 millones de dólares en ingresos fiscales directos. 

“Los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) y las zonas costeras del Pacífico, en particular, están sometidos a una grave presión, con un aumento de los desplazamientos y las pérdidas económicas relacionados con el clima que plantean desafíos urgentes”, dice el WTTC. Lo cual deja claro que las inversiones en acción climática no solo son esenciales, sino urgentes.

El informe ha sido elaborado para apoyar el avance del turismo costero bajo el liderazgo de la Alianza de Marrakech para la Acción Climática Mundial y los Campeones del Clima de Alto Nivel de las Naciones Unidas, que, desde la COP22 en 2016, han sido fundamentales para movilizar a los actores no estatales para avanzar en los objetivos del Acuerdo de París.

Ilustración sobre turismo costero-marino.

Los Ocean Breakthroughs son vías transformadoras que abarcan cinco sectores oceánicos claves:

1.- Conservación marina.
2.- Transporte marítimo
3.- Energía renovable oceánica.
4.- Alimentos acuáticos.
5.- Turismo costero.

Para el WTTC, la aceleración de la acción y las inversiones en estos sectores podrían reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 35 por ciento y “contribuir a un futuro resiliente, positivo para la naturaleza y con cero emisiones netas para 2050”, dice la presidenta y CEO del WTTC Julia Simpson, quien afirma que “el turismo costero y marino es un salvavidas para millones de personas en todo el mundo”.

Los indicadores indican que genera 1.5 billones de dólares para la economía mundial y alertas de que “está en la primera línea del cambio climático”.

“Proteger nuestra costa y la vida marina no es solo una necesidad ambiental, es un imperativo social”, agrega Simpson. “Nuestro informe cuantifica la magnitud del desafío y establece que para reducir el impacto ambiental del turismo costero y marino el costo puede estar en el orden de los 65 mil millones de dólares cada año!”.

Ante las amenazas naturales y la realidad del valor económico y social del turismo costero, la presidenta y CEO del WTTC alza la voz y conmina a los gobiernos, a las organizaciones de desarrollo y a las empresas de viajes y turismo a que “actúen ahora para salvaguardar estos recursos naturales vitales”.

La sede de COP29.

En ese sentido, la vicepresidenta y directora de Sostenibilidad del Grupo Iberostar y presidenta del Comité de Sostenibilidad del WTTC Gloria Fluxa considera que nunca es tarde para actuar y ha dicho que “para salvaguardar nuestra industria, su gente y los ecosistemas de los que dependemos, debemos centrarnos en mitigar nuestras operaciones, transformar las cadenas de suministro e invertir en la naturaleza con soluciones basadas en la naturaleza para la adaptación climática”.

De acuerdo con Fluxa, la descarbonización y la adaptación son inversiones esenciales para construir un modelo turístico resiliente y positivo para la naturaleza.

“Apoyamos el llamamiento de la Plataforma Océano y Clima para que se inviertan en resiliencia costera”, dice. “El Avance del turismo costero en el marco de la Alianza de Marrakech ofrece una hoja de ruta clara para reducir las emisiones hasta en un 35 por ciento”.

Es el momento, pues, para la toma decisiones acertadas que garanticen que los destinos turísticos costeros y marino prosperen durante generaciones.

Sumándose a estos puntos de vista, la directora ejecutiva de la ‘Plataforma Oceánica y Climática’ Loreley Picourt anota que “estos hallazgos se desarrollaron en apoyo del avance del turismo costero, uno de los cinco pilares de los avances oceánicos desarrollados en el marco de la Alianza de Marrakech para la Acción Climática Global con el propósito de cumplir con el clima, la naturaleza y la humanidad misma.

“Desde la COP22 en 2016, la Alianza de Marrakech ha sido fundamental para reunir a la sociedad civil e impulsar la ambición hacia el logro de los objetivos del Acuerdo de París”, dice Picourt. “Los avances oceánicos, que abarcan la conservación marina, el transporte marítimo, la energía renovable oceánica, los alimentos acuáticos y el turismo costero, ponen de relieve los casos en los que una acción e inversión aceleradas podrían producir una reducción de hasta el 35 por ciento de las emisiones mundiales de GEI”.

Juntos, estos organismos ofrecen un poderoso plan hacia un futuro resiliente, positivo para la naturaleza y con cero emisiones netas para 2050.

WTTC, protagonista en COP29.

‘Clima y océano: cuantificación del turismo costero y marino y protección de los destinos’ destaca las soluciones climáticas que están demostrando tener un impacto positivo, como Visit Scotland, que ha invertido mucho en energías renovables e infraestructuras bajas en carbono para reducir las emisiones.

Los expertos resaltan que en Tailandia, el Proyecto de Acción de Manglares en Nai Nang muestra cómo la restauración de zonas pobladas de mangle, puede proteger las costas y aumentar la resiliencia.

El WTTC insiste, persiste y no desiste en instar a los gobiernos, las empresas y las comunidades a unirse para proteger los destinos turísticos costeros y marinos.

“Con una inversión específica en mitigación y adaptación, estas regiones únicas pueden seguir prosperando económicamente mientras preservan su belleza natural para las generaciones futuras”, puntualiza la presidenta y CEO del WTTC Julia Simpson.

¡Manos a la obra!, pues.

Cumbre, al borde del colapso

Por Evo Matrix

La vigésima novena Conferencia de las Partes (COP29) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) se está desarrollando en Bakú, Azerbaiyán, con una tensión que amenaza con empañar los esfuerzos globales para combatir el cambio climático.

Lo que debía ser una plataforma para afianzar compromisos en la lucha contra este desafío planetario se ha transformado en un escenario de frustración, especialmente para los países insulares y en desarrollo, que se sienten marginados en el debate sobre la financiación climática.

El sábado, las negociaciones estuvieron al borde del colapso cuando delegaciones de países menos desarrollados abandonaron las discusiones.

Susana Muhamad, ministra de Medio Ambiente de Colombia.

La ministra de Medio Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, expresó la molestia colectiva: “Estamos acá para negociar, pero hemos dejado la sala porque tenemos la sensación de que no estamos siendo escuchados”, dijo.

Este acto simboliza una profunda división entre las naciones más ricas, principales responsables de las emisiones históricas de gases de efecto invernadero, y las más vulnerables, que padecen los estragos del calentamiento global.

El nudo del desacuerdo

En el centro de la discordia está la falta de consenso sobre los montos destinados a la financiación climática. Los países desarrollados propusieron un fondo anual de 300.000 millones de dólares para 2035, mientras que los estados en desarrollo exigen 500.000 millones anuales a partir de 2030. Por su parte, la presidencia de la COP29 sugirió un monto aún menor: 250.000 millones de dólares anuales hasta 2035, una cifra que muchos consideran insuficiente para enfrentar la magnitud del problema.

Estos fondos están destinados a costear medidas de adaptación, mitigación y reparación de daños en las naciones más afectadas, que son, irónicamente, las que menos han contribuido al cambio climático. El enviado especial del clima de Panamá, Juan Carlos Monterrey, recordó la amarga lección de la COP15 de Copenhague en 2009, considerada un fracaso histórico: “No podemos salir de Bakú como de Copenhague”.

Intento de tender puentes

Mientras el reloj sigue avanzando, las delegaciones de América Latina y el Caribe se esfuerzan por construir puentes entre las partes enfrentadas. Aunque conscientes de las limitaciones financieras de las naciones desarrolladas, insisten en que un acuerdo ambicioso es esencial para evitar que los países más vulnerables queden a merced de los fenómenos meteorológicos extremos.

Aquí se ha debatido el futuro del mundo ante el calentamiento global o cambio climático.

«Las conversaciones no pueden cerrarse sin un consenso robusto que permita avanzar hacia un futuro más justo y sostenible», señaló una fuente de la delegación panameña. Este llamado a la acción resuena especialmente en un contexto donde huracanes más intensos, olas de calor prolongadas e inundaciones devastadoras golpean con más frecuencia a los países del Sur Global.

Compromisos de países ricos

Ante la presión internacional, Estados Unidos, la Unión Europea y otros países desarrollados han mostrado cierta flexibilidad al proponer elevar su oferta de financiación climática a 300.000 millones de dólares anuales hasta 2035. Sin embargo, esta cifra sigue estando por debajo de las expectativas de los países en desarrollo, que insisten en que el tiempo apremia y que el financiamiento debe reflejar la urgencia del desafío.

La discusión también toca fibras sensibles respecto a la justicia climática: ¿por qué las naciones responsables de la mayoría de las emisiones históricas no asumen una mayor responsabilidad económica? Este es un punto que sigue alimentando tensiones en las negociaciones.

Cumbre prolongada y tensa

Aunque estaba previsto que la COP29 concluyera el viernes, las negociaciones se han extendido debido a la necesidad de alcanzar un acuerdo por consenso entre casi 200 países. Varias propuestas de texto circulan entre los equipos negociadores, pero las posturas siguen siendo divergentes.

Muchos asistentes a COP29 descansan en el piso, mientras avanzan las negocioaciones.

La falta de avances también pone de relieve las limitaciones del modelo de consenso que rige estas cumbres. Para muchos observadores, el hecho de que un solo país pueda bloquear un acuerdo global es un recordatorio de que el cambio climático requiere un nivel de cooperación y solidaridad que aún está lejos de ser alcanzado.

El camino a seguir

Mientras las discusiones en Bakú continúan, la comunidad internacional observa con preocupación. Un fracaso en la COP29 no solo sería un revés para la acción climática global, sino que también socavaría la credibilidad de los esfuerzos multilaterales en un momento crítico para el planeta.

En palabras del enviado especial panameño, “la gran lucha es la cifra”. Pero detrás de los números están las vidas humanas, los ecosistemas y el futuro de generaciones enteras. Bakú tiene la oportunidad de marcar un punto de inflexión, pero el tiempo para actuar se agota.

Las expectativas están puestas en que la COP29 no solo logre un acuerdo, sino que este sea lo suficientemente ambicioso como para responder al desafío del cambio climático. En juego no están solo los compromisos financieros, sino la posibilidad de construir un mundo más equitativo y resiliente ante la crisis climática.

¿Será Bakú un hito histórico o una amarga repetición de Copenhague? La respuesta está en manos de los negociadores, y el planeta espera con ansias.

Crédito: Imagenes www.infobae-Reuters