Este miércoles 30 de abril, Valledupar alza su canto: arranca el 58° Festival Vallenato en homenaje a Omar Geles, entre lágrimas del alma, versos llaneros y acordeones latiendo por dentro.

Que nunca cese el canto
Adaptación por Evo Matrix
Sobre información —e imágenes— de Prensa FestiVallenato

Con un tinto doble, oscuro como el alma en parranda y dulce como una piquería bien rematada, recreo estancia en el Parque de la Leyenda Vallenata ‘Consuelo Araujonoguera’ la noche de este miércoles 30 de abril, para encontrar a Omar Geles entre las notas de un acordeón, entre las voces del pueblo, entre el llanto alegre de una tierra que ha de llorarlo cantando.
En este abril de lluvias mil, la noche no será noche: será vallenato, historia viva. Será el alma de un país vestida de pilón, aunque la violencia esté sangrándolo a diario, gracias a un fallido experimento de paz total que mantiene al gobierno de Petro perdiendo la guerra. Y a los colombianos, supérviviendo a la violencia, al conflicto, a la agitación, al caos, a la intranquilidad, a la tensión. Y a los miembros de la fuerza pública indefensos ante “el plan pistola” ejecutado por grupos al marge de la ley.

A las las 19 horas —7:00 P- M.—, el cielo vallenato, mojado o seco, se abrirá en cantos este miércoles. La gente no solo irá al Parque de la Leyenda Vallenata ‘Consuelo Araujonoguera’, sino que llegará con el corazón latiendo al ritmo de “Los caminos de la vida”. Desde la entrada del parque habrá de respirarse un aire con sabor a acordeón viejo y letras que aún duelen. Seguro que se sentirá como se siente cada guayabo del alma que alguna vez nos dejó una canción de Omar.
No podrá esperarse menos. La noche inaugural del 58° Festival de la Leyenda Vallenata será canto colectivo a la memoria del Rey Vallenato que se nos fue, pero que sigue en cada parranda donde alguien diga: “¡Póngame uno de Geles, compai!”
El compositor Wilfran Castillo, con el alma presta y el talento de poeta encendido, tendrá a su cargo la dirección de una revista musical que será más que un espectáculo: será un rezo alegre, una serenata al cielo. Durante una hora y 15 minutos, diez canciones del maestro Omar se volverán cuerpo y voz en artistas que saben lo que es sentir su música en la piel: Fabián Corrales, Miguel Morales, Los K Morales, Daniel Geles (el hijo que canta como si tuviera dos corazones), Rafa Pérez y la luminosa Esmeralda Orozco. Cada uno, con su estilo y su historia, han de volverse eco de Geles.
La puesta en escena de “Los caminos de la vida” tiene que ser como ver una película hecha con el alma del pueblo: bailarines, luces, escenografía y esa letra que nos recuerda que las madres luchan, que la vida no siempre es recta y que el amor se canta mejor cuando ha dolido. Nadie se quedará sin sentirla y se escucharán suspiros y por más de una mejilla rodarán arroyitos de ese líquido acuoso y salado que se llama lagrima. Otros. En desafine sostenido, cantarán. Y todos estarán unidos por esa fibra invisible que solo el vallenato sabe tocar.

Joropo pa’l Valle
¡Qué belleza de integración! Desde la tierra del río Guatiquía y los atardeceres infinitos, una delegación llanera se meterá en el corazón de Valledupar con el mismo ímpetu de los arrieros cuando bajan la cordillera. Más de 30 artistas subirán a la tarima con arpas, cuatros, maracas y versos para que chispeen como machete en piedra. Y allí estará Yostimar Prada, el Rey Vallenato de la Piquería del 2021, un llanero que aprendió a rimar con la cadencia de un río que no olvida.
Lo acompañarán la poderosa Leidy Lara, Meyer Beltrán con su joropo recio y el coplero Damián Santana, que sabe ponerle picante a la cosa con versos que arrancarán carcajadas al unísono y aplausos a rabiar. Detrás de ellos, más de 20 bailadores de joropo moverán sus pies como si el suelo fuera caja o tambor. Será una orgía cultural, un abrazo entre dos pueblos que, aunque canten distinto, sienten igual.
La integración será total. El alcalde de Villavicencio, Alexander Baquero, no solo aporta artistas al homenaje a Geles, sino corazón. El vallenato y el joropo se darán la mano como hermanos perdidos que por fin se reencuentran. ¡Y qué abrazo ese, compai!

A pilonear desde niños
¡Ay, las piloneritas! ¡Ay, los piloneritos! Cómo no querer este festival si empieza —es el previo a los actos inaugurales del 30 de abril— con esa maravilla: este martes 29, 87 grupos infantiles y juveniles se tomaron las calles de Valledupar con sus vestiditos floreados o la ‘la chambra’ de antaño, sus pantalones y camisa blancos, con una mochila de fique terciada, regalando sonrisas que no cabían en sus caras, al compas de lo que marcaban acordeones, cajas, guacharacas, tamboras, trompetas y las palmas que nunca faltan. Un río de colores, de trenzas y de alegría pura invadió la ciudad.
Los niños bailaban con una seriedad que solo tienen los que saben que están cuidando un tesoro. Las niñas daban vueltas como flores en remolino. El público los ovacionaba como si fueran estrellas, porque lo eran. La tradición no se muere mientras ellos sigan bailando. ¡Y vaya si bailaron!

Carmen Lucía Pedroza, una señora que a todas luces era vallenata vieja guardia, no aguantó la emoción y dijo con la voz trémula: “¡Feliz! ¡Feliz! porque este es mi Valle”. Y se le notaba en los ojos. En el fondo, lo que ella decía era que si los niños bailan pilón, entonces la identidad está a salvo. “Esta es la representación de nuestra cultura. Y todos estos muchachos, y todos esos niñitos van a seguir con nuestra tradición. ¡Que viva el Valle y que viva el Festival Vallenato!”, expresó con emoción
El presidente de la Fundación del Festival Rodolfo Molina Araújo —quien rodó vías al compas de niñas y niños—también se sintió conmovido. “Esto es majestuoso”, dijo. Y sí, lo fue. Porque ver bailar un niño es como ver crecer un árbol donde pensabas que no había semilla.
“Celebro con orgullo la masiva participación”, dijo Molina Araujo. “Avanza la presente edición del Festival de la Leyenda Vallenata con los piloneritos. ¡Qué alegría tan grande!, porque se siembra, se cultiva y aquí estamos recogiendoi los frutos, que consisten en poder lograr que la tradición siga con el mismo entusiasmo”, puntualizó Molina.
A sus acordeones, ¡marrrr!

Antes de la inauguración oficial, las competencias arrancaron con todo el fervor de los que sueñan con ser Reyes. En el Parque Los Algarrobillos, 25 acordeoneros aficionados pasaron a segunda ronda. Pero más allá del número, quedó el eco de cada nota que tocaron como si le estuvieran cantando a la historia.
En La Pedregosa, los más pequeños —infantiles, juveniles, menores— tocaron como si llevaran cien años en esto. La cuna del vallenato sigue meciéndose con ritmo. Acordeoneros menores, pero con sonidos mayores. No había quien no se emocionara.
A segunda ronda clasificaron, además de los 25 acordeonero aficionado, 15 en categoría Juvenil, 26 en Infantil y 10 en categoría acordeonera menor.
No solo se honra a Omar
Una promesa de que el vallenato sigue vivo. Que el pilón no se apaga. Que los cantos del llano también caben en el Valle del Cacique Upar. Que los versos aún tienen filo. Que los caminos de la vida pueden ser tristes, pero también se cantan con orgullo.
Y, con mi tinto frío, pero el alma caliente, te imagino en parque. Pensando en Geles. Pensando en Valledupar. Pensando en que este festival no es un evento: es un país que canta para no olvidar.

¡Que viva Omar Geles! ¡Que viva el vallenato! ¡Y que nunca se nos apague el canto!
Para que todos vayan
El espectáculo inaugural es para todos. Las boletas se pueden adquirir gratuitamente en la Oficina de Comunicaciones de la Alcaldía de Valledupar, oficinas de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, La Casa de la Cultura, Tienda Compai Chipuco, Terminal de Transporte de Valledupar, Aeropuerto Alfonso López y en distintos medios de comunicación.
Entrada gratuita, sí, pero con boleta. Para que ningún amante de su folclor se quede sin disfrutar del espectáculo que despide a abril y recibe a mayo, año 2025.