Cuando fenómenos climáticos afectan sitios del Caribe colombiano —vendavales, aguaceros torrenciales— el poeta samario Alfonso Noguera Aarón nos presenta el poema ‘¡Lluvia!’. Y nos “encierra en recuerdos fugados del olvido”.

¡Lluvia…!

Del libro:
Flor de Zarzas
Autor:
Alfonso Noguera Aarón
Creación:
Octubre de 2022
Me encanta la lluvia
porque me atrapa la tristeza,
y el olor al aire mojado
y los humedales de la tierra,
me encierran en recuerdos
fugados del olvido
desatados por la bruma;
me gusta la lluvia bienhechora
que vuela en pájaros de agua,
en pertinaz llovizna juguetona,
y en el cielo oscuro se apretuja
en su monótono dilema,
de llover o no llover…
o escampar para volver.
Me encanta la lluvia…
porque entonces arrecia
en regaderas tempestuosas,
y entre sus ráfagas contemplo
la tenue silueta de las cosas;
y me gusta el loco estruendo
del serpenteo atroz del cielo
relumbrado en la negrura,
y también la chispa indecisa
de la centella que hiere la noche
y nace y muere en lejanías
con su tardo trueno que retumba.
Me encanta la lluvia…
porque deleito en mi memoria
el repique intenso de las gotas,
monocorde, triste en el tejado;
y me gusta la lluvia de aguaceros,
borrasca de relámpagos y truenos,
porque después de las tinieblas
y del furor ciclónico del cielo,
se disipa la tormenta
en el azul del firmamento;
me encanta la lluvia…
pues siempre al fin escampa,
y la vida entera resucita
de las tinieblas de la noche
con su magia renovada;
y tras del perezoso gorgoteo
de los raudales sobre el suelo,
miro al arcoíris que se asoma
bordado de colores,
de golondrinas y palomas…
!De luces y de flores…!

y la vida entera resucita…